Cartas de Lectores
Señor Director de Crónica Ferroviaria
Me dirijo a usted con el fin de agradecerle el haber publicado mi carta en el día de ayer con el título "Observación con respecto a la nota sobre el Tren Patagónico", a la vez de evacuar un par de preguntas que he leído en los comentarios respecto de la diferencia entre servicios de pasajeros y de turismo.
Respondo, por cortesía a las preguntas, aclarando que en ningún momento hubo tono provocador en la carta. La información suministrada en la misma era escueta, sin más, y debido ello a lo extenso que es este tema. Por el contrario, me resulta ofensivo, y hasta violento, que se considere a la información turística como provocadora.
Ahora bien, yendo al tema, que es interesante por demás, servicios de pasajeros y turísticos son cosa totalmente distinta, y en algunos casos hasta antagónica. Esta confusión de concepto se dá incluso a nivel de planificación de transporte.
Por empezar, definamos a un servicio de pasajeros como aquel destinado exclusivamente a transportar gente de un punto a otro. Sin más. Desde la óptica inversa, al pasajero sólo le interesa llegar a destino, y si es posible de forma rápida y cómoda, y con un buen servicio, y eso es todo. Si este pasajero es un turista, en realidad en ese tramo viaja como un pasajero más, y para éste el viaje empieza en el destino. En este caso es lo que se llama logística turística, en donde lo que prima es llevar y traer al turista, y nada más.
Tren turístico La Trochita
En un servicio de pasajeros, la lógica organizativa recomienda una flota moderna y estandarizada, y cuanto más estandarizada es, mejor.
El servicio turístico es aquel que funciona como un atractivo turístico (valga la redundancia), fuere de la categoría que fuere. Y en el turismo, el motor de la actividad son los atractivos, tema este bastante extenso, y que forma parte de toda una rama de marketing.
Los atractivos son muy peculiares, y los hay de muy diversas variedades, pero todos ellos tienen un común denominador, y este es que atraen gente y que el turista que acude a ellos busca vivir una experiencia, sin importar que tipo de experiencia esta sea, ya que a un mismo atractivo pueden acudir dos personas diferentes buscando experiencias distintas. Y precisamente, a lo que apuntan los servicios turísticos es a brindar experiencias.
Esto lleva a un punto más profundo, que no podré ampliar en esta misiva. Uno de los elementos que hace valer a un atractivo es su Valor de Unicidad. Cuanto más único un elemento, tanto más atractivo. Los buenos hoteleros y los buenos restaurateurs lo saben, y este punto es el talón de Aquiles de los cruceros, que comenzaron con elementos únicos, pero para luego derivar hacia una cierta estandarización de flota... que hace que visitando uno ya hayas visitado todos, lo que coarta el Valor de Atractivo. Esta creciente estandarización de diseño hace perder valor de unicidad, y por ende les diluye el valor de atractivo. A la larga les va a perjudicar.
Los trenes turísticos, para ser tales, tienen que ser únicos, es decir, tender a un valor de unicidad «1». Y en este aspecto el TP es único. Puede haber parecidos, pero no son iguales, ni comparten la misma geografía. Y si, tenemos a LT, que comparte geografía, pero que es una experiencia totalmente diferente.
Por ende, en este tipo de servicio, Tren Patagónico, la estandarización es contraproducente. Aquí hay un antagonismo con el servicio de paxs. Este es el único servicio del mundo que opera Pullmans Hitachi y camarotes Fiat Concord. De sus restaurantes, no hay ningún otro Fiat Concord en servicio en el mundo, así como tampoco ningún Carel & Fouché de esta serie operativo.
Hay quienes señalan el TP como tren de pasajeros. En realidad es un turístico, que acopla un coche de pasajeros para cubrir los Regionales, de manera que el mismo tren cumple dos funciones, pero fuera de la provincia se vende como turístico, ya que como servicio de pasajeros no es atractivo ni para el porteño ni para el barilochense. De hecho un tren histórico de los años '70, y operando a una velocidad comercial de entre 40 y 60km/h. no es competitivo como servicio de pasajeros, y no puede competir con el avión. Lo mismo aplica a La Trochita.
Por el contrario, velocidades como esas son las señaladas velocidades de paseo, de las que el Glacier XP con sus 36km/h se jacta de tener el récord mundial.
Los extranjeros que vienen a viajar en el tren Patagónico lo hacen en busca de una experiencia única, y lo mismo buscan los porteños. Ellos quieren que su viaje empiece en Viedma y no en Bariloche, y el tren es parte de su experiencia turística. El porteño que está apurado por llegar a Bariloche simplemente se toma un avión.
Para el vecino de la Línea Sur es un colectivo, sin más, y ello porque ellos no pueden costearse un boleto de ómnibus, que se viene encareciendo, lógicamente, a medida que el barril de petróleo sigue subiendo por un lógico problema de caída de oferta y aumento de demanda, habiendo iniciado ya un ciclo imparable, y recemos que Irán no entre en guerra o que Venezuela no inicie una guerra civil o sufra una invasión militar rusa, pues cualquiera de estos factores sólo va a disparar más el precio del crudo, lo que puede llevar al efecto Pan Am.
El vecino entonces viaja en un coche de pasajeros de 1ª que se acopla al servicio, o si puede se sube al Pullman, compartiendo con turistas, los cuales se ponen chochos de poder compartir el tren con auténticos vecinos. Y valga que más de una vez se ven gringos compartiendo mates y tortas fritas con los vecinos, lo que hace para ellos que su experiencia de viaje sea más auténtica. Aquí el tráfico turístico subsidia al regional de pasajeros.
El tema dá para más mucho más. Ambos trenes han sido oficialmente reconocidos como turísticos por la provincia y por el IAF, y si ellos ponen que son turísticos, pues será así. Atentamente.
Héctor Maquieira Cassano.
Especialista en Ferroturismo
la.trochita.rn@gmail.com