Museos Ferroviarios
La mítica locomotora a vapor Nro. 191 quedó instalada en la nave central del Museo Ferroviario de Pérez, pronto a inaugurarse, y donde se exhibirán otros materiales
El Museo Ferroviario de Pérez dejó instalada en su nave central a la Emperatriz, la mítica locomotora que en 1926 unió Retiro con Rosario en tres horas y 21 minutos, que logró récords de velocidad para trenes, que arrastró vagones que trasladaron a Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón, el príncipe italiano Umberto di Savoia y al duque de Windsor. Con este atractivo como joya principal, el museo se prepara para su reapertura, prevista para mediados o fines de agosto. Faltan instalar otros materiales rodantes, mobiliario ferroviario y otras atracciones con las que la ciudad espera recibir visitantes interesados en la historia del ferrocarril.
La iniciativa se enmarca dentro del Parque del Museo Ferroviario Nacional, que implicó una inversión inicial, cuando fue lanzado, de más de 54 millones de pesos. No obstante, el intendente de Pérez, Pablo Corsalini, aseguró que los costos finales, a cargo de la provincia y la Nación, terminarán superando en unos 20 millones de pesos esa predicción económica.
“El traslado de La Emperatriz ya se hizo. La locomotora estaba en los talleres ferroviarios, que hoy son privados, de modo que había incluso inconvenientes para ir a trabajar sobre ella”, comentó Corsalini. Y abundó: “El museo está terminado, empezamos con el traslado de la 191 y todo el material rodante que incluirá la puesta a la vista del público. Ahora se trabaja específicamente en el alistamiento final de la máquina para abrir la propuesta. Justamente lo que necesitábamos primero que nada era trasladar el material rodante. Estamos en ese proceso”.
Por una cuestión de vandalismo, tuvieron que retirarle a la locomotora todo lo que era bronce, mientras permaneció en los talleres, y ahora se está terminando de armar todo.
Corsalini contó a La Capital que la idea del Ferroclub, que es el que tiene la máquina bajo su responsabilidad, es que La Emperatriz “permanezca viva, que no haya una locomotora pintada y parada, sino que pueda funcionar. Las vías del museo tendrán conexión con el ramal que llega a Rosario, de modo tal que se la podrá poner periódicamente en funcionamiento”.
El resto del museo se completará con otros materiales que tienen que ver con la historia y el funcionamiento del ferrocarril. Habrá un coche de madera, un coche cine que apotró el Museo Ferroviario Nacional, que será uno de los cinco que permanecen en pie en el país y que servirá para proyectar audiovisuales sobre la temática ferroviaria, tanto a nivel local como nacional. Después habrá otros elementos que tienen que ver con la maquinaria y el mobiliario, como zorritas, balanzas, señalética de época, telégrafos y otros atractivos. “Queremos que sea lo más interactivo posible, y no será solamente un lugar de exposición, habrá algo de virtual, se incorporarán nuevas tecnologías”, afirmó Corsalini.
El 24 de marzo de 2021, La ministra de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat, Silvina Frana y el intendente de Pérez encabezaron la licitación para la construcción del nuevo Museo Ferroviario destinado al lugar de exposición de la Emperatriz, el módulo sanitario contiguo y el sector de expansión con la Plazoleta y explanada de ingreso principal al conjunto, como parte de la primera etapa de la obra.
Esta intervención arquitectónica y urbanística forma parte del futuro Parque del Museo Ferroviario Nacional que abarca el sector entre el galpón, la estación, el cabín y la parrilla de vías.
La primera etapa constó de la construcción de una nave mixta, ladrillera y metálica, destinado al lugar de exposición de la locomotora Emperatriz, el módulo sanitario alejado de la nave principal para no entorpecer la estética ferroviaria, y el sector de expansión con la plazoleta y explanada de ingreso principal al conjunto.
“Está todo hecho, lo que falta es la tercera etapa, que consiste en una segunda nave. Pero con lo que está terminado, ya estamos en condiciones de lanzar la propuesta. Calculamos que para mediados o fines de agosto podremos estar abriendo”, dijo el mandatario local. Y agregó: “La tercera etapa está en el Ministerio de Turismo de la Nación, encabezado por Matías Lammens, quisiéramos que el proyecto completo esté finalizado este año”.
El Museo es “una pieza fundamental en un plan de recuperación del pasado ferroviario de la región, donde se ponga en valor el orgullo y arraigo de los pobladores de una zona que supo ser orgullo nacional por su pujanza y su actividad productiva”, dice la página del espacio. Y sigue: “Así, la ciudad comenzará a explotar su potencial turístico en este gran desafío que dejó la pandemia. Estamos trabajando para reactivar la agenda turística de la ciudad con todo su potencial y poniendo en valor el espacio público de todos los perecinos y peregrinas”.
La obra quedará en manos del municipio, pero quienes seguirán sosteniendo la propuesta son los miembros del Ferroclub Argentino, una ONG que trabajará de modo articulado con el Estado local.
La Emperatriz
La PS10 fue un modelo de locomotora de vapor tipo Pacific, que fueron diseñadas en Rosario y fabricadas en Escocia para el Ferrocarril Central Argentino, destinadas al servicio de pasajeros. El lote original fue de 10 unidades, numeradas desde la 191 a la 200, y entregadas en el año 1914.
El origen de este modelo de locomotora se remonta en los desaparecidos Talleres Rosario del ex Ferrocarril Central Argentino. Allí ingenieros del taller diseñaron estas locomotoras y otros modelos, que posteriormente se las encargaban para su construcción a fabricantes del Reino Unido. Fue encomendada a la prestigiosa firma North British Locomotive Company Limited, de Escocia, que la fabricó y entregó al Central Argentino en el año 1914.
Las locomotoras eran de rodados Pacific 4-6-2 y de diámetros de ruedas de 1,8 metro. La primera de la seria, la N° 191, era conducida por Francisco Savio y pasó a la historia al batir el récord sudamericano de velocidad, el 13 de febrero de 1926, en el trayecto Buenos Aires-Rosario en tan solo 3 horas y 21 minutos, a un promedio de 90,4 kilómetros por hora, algo increíble para la época, y estableció el récord sudamericano de velocidad para trenes. Dos días antes, la Emperatriz había llegado a velocidades máximas de 140 kilómetros por hora en el mismo trayecto, cuando trajo, la madrugada del 11 de febrero, un suplemento del diario La Nación sobre el primer hidroavión que había llegado a Argentina desde España el 10 de febrero.
De aquel lote de 10 locomotoras, solamente se preservó la 191, por su enorme valor histórico y en homenaje a Francisco Savio. La unidad, reconstruida con partes de la N.º 196. Pertenece al Museo Nacional Ferroviario y está cedida en custodia al Ferroviario Club Central Argentino de Pérez.
Restauración
En 1964 La Emperatriz tuvo un severo accidente cuando iba rumbo a Casilda, al chocar a la altura de Maizales contra un camión cargado con maíz. Abandonada como chatarra, fue restaurada por gente del Ferroviario Club Central Argentino, que se trasladó a Pérez para iniciar ese trabajo. Pero no fue fácil ni rápido. El proceso comenzó en 1987, cuando integraban una asociación de ferromodelismo en Rosario. Después de muchos trámites burocráticos y comunicaciones con la antigua empresa Ferrocarriles Argentinos les cedieron un ramal dentro de la Estación Rosario Central y un furgón de encomiendas. En su interior se preparó la maqueta y allí se inició el trámite para que les dieran la locomotora 191 a fin de restaurarla.
Esa pasión por los trenes a vapor fue aumentando hasta que en 2001 el reducido grupo fundó el club, y sus integrantes se trasladaron a Pérez, donde estaba La Emperatriz, y comenzaron su restauración. Tras 14 años de trámites y permisos oficiales, en 2001 comenzó la tarea, y después de 7.000 horas de trabajo, en el 2003 lograron poner por primera vez en vapor a la máquina.
En 2014, cien años después de su llegada, la Emperatriz salió a las vías en un viaje triunfal desde Pérez hasta Rosario, donde fue recibida con honores. El 1º de Mayo de 2016 volvió a hacer el recorrido, en una singular conmemoración del Día del Trabajador. Un recorrido que ahora se buscará que haga con alguna regularidad, para no ser solamente una pieza estática de museo, sino testigo rodante y vivo de la historia.LaCapitaldeRosario.com