5 de junio de 2012

“SABÍAMOS QUE LO DE ONCE UN DÍA IBA A PASAR"


ACTUALIDAD

La gran mayoría de los vagones de nuestros trenes poseen más de 40 años de antigüedad o tal vez más. Fueron pensados y diseñados en otra época tecnológica, para otras exigencias y necesidades. Los materiales utilizados para su construcción ya están vencidos, sus pisos emparchados con chapas soldadas o remachadas, las ventanas rotas, sus mecanismos viejos e inservibles, las puertas fueron reparadas en el 100% de los casos. Muy pocas formaciones poseen aire acondicionado y las que tienen no funcionan bien, en cuando arde el verano ya se evidencia ausencia de mantenimiento. En invierno los coches se calefaccionan por el calor corporal de los cientos de pasajeros amontonados.


¿Cuánto costará un vagón de pasajeros nuevo, recién fabricado, con confort y seguridad? ¿Qué pasó con aquel proyecto del Tren Bala? El tema del estado calamitoso de los trenes está íntimamente ligado al del mantenimiento de las vías y los durmientes. Aceros vencidos, gastados, torcidos, desnivelados, soldados, rotos y vueltos a soldar, que descansan sobre maderos antiquísimos y podridos que sólo por su nobleza natural aún sostienen los últimos segundos de esas formaciones desvencijadas, hasta que también un día dejen de hacerlo.

Todo esto sería solucionable, pero se necesita inversión, de uno o varios inversores, y esos sólo invertirán cuando exista algo de rentabilidad. El estado actual de conservación de nuestras vías y durmientes tampoco sería capaz de darle ningún nivel de tolerancia a los hipotéticos nuevos vagones que pudiéramos llegar a reponer. Miles de kilómetros y cientos de años de desidia, de ausencia de mantenimiento, de abandono total, hacen que hoy lloremos la tragedia de Once, algo que sabíamos (y sabemos) que pasaría. No hay más muertes ni accidentes diarios por casualidad, nada más que por eso. Lo que pasa es que la costumbre nos mata.

La realidad nos castiga demostrando que algo básico como el transporte tiene mucha más urgencia que nunca. Sobre todo cuando no hay otras alternativas para viajar.
Marcelo H. Barba
mbarba@fibertel.com.ar

Carta de Lectores diario Clarín

4 comentarios:

  1. es indudable que el estado de las vías es pésimo y que los sistemas de protección del tráfico de trenes no estan a la altura de un sistema que mueve a tantas personas dadas las tecnologías existentes y difundidas en el mundo.
    El Estado es el único actor que podría revertir esta situación con fuertes inversiones, hoy practicamente estaríamos hablando de una RECONSTRUCCION del sistema y no de un MANTENIMIENTO dados los años de desidia que recibió la red urbana.
    En lo único que difiero del comentario es acerca de las reparaciones generales a que son sometidos los coches. Cuando éstas se realizan bien y a conciencia el material rodante demuestra ser perfectamente apto como para un servicio digno.
    Coches de mas de 30 años circulan en varios países avanzados del mundo sin que ello sea sinónimo de inseguridad o falta de mantenimiento. Los talleres ferroviarios existentes en el país tanto públicos como privados han dado sobradas muestras de aptitud hasta para reparar y producir coches en el país.
    Pero sin dudfas concuerdo que llegó la hora de invertir o invertir porque el esquema actual no dá para más.

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  2. Aclaro que no soy oficialista, pero ¿Clarín hubiera publicado una carta así durante el menemato?, es obvia la responsabilidad del gobierno actual por la tragedia de once; pero la liquidación del ferrocarril empezó en los '90, y salvo medios como Página 12 o el desaparecido Sur, ningún medio periodístico cuestionó las políticas menemistas, todo lo contrario.

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  3. Pensemos que despues de todo esto, siguen culpando al conductor.
    Desfachatados!!!

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  4. Hablen Hablen... Pero... El que este libre de culpa que tire la primer piedra.

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