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Son obras ferroviarias emblemáticas que quedaron en el olvido por el ajuste acordado con el FMI, por falta de financiamiento o por la aparición de firmas ligadas a la causa de los cuadernos.
Más allá de los viaductos de las líneas Mitre y San Martín, ejecutados a medias con el gobierno porteño, y la restauración de las terminales de Retiro y Constitución, el Ministerio de Transporte de Guillermo Dietrich acumula cinco proyectos ferroviarios emblemáticos que ya no tienen chances de concretarse y que, seguramente, la próxima administración se verá obligada a darles de baja para que no le generen perjuicios al Estado.
Se trata de los proyectos referidos a la Estación Central Obelisco de primera etapa de la RER (Red de Expresos Regionales); la compra de 169 trenes eléctricos para renovar las flotas de las líneas Sarmiento, Mitre, Roca y Urquiza; la construcción del viaducto de la línea Belgrano Sur entre Sáenz y Constitución, el tren petrolero de Vaca Muerta y la electrificación del ferrocarril San Martín.
A la hora de buscar las razones de la paralización de los grandes proyectos ferroviarios sobresalen el fuerte recorte de la inversión pública acordado con el FMI, la falta de financiamiento, los cuadernos de las coimas que hundieron a las principales empresas locales y una marcada soberbia de los funcionarios, que no tuvieron en cuenta los consejos de los expertos y priorizaron obras que no eran necesarias en las actuales circunstancias.
El primer proyecto congelado es el conocido como RER, que el presidente Mauricio Macri y Dietrich vienen anunciando y prometiendo desde la campaña electoral 2015, cuando lo presentaron con bombos y platillos como la megaobra ferroviaria que iba estar terminada para 2021.
Entre 2016 y 2017, los funcionarios macristas hicieron un intento fallido de licitación para empezar la obra con la construcción de una nueva estación en Constitución. Al ver que no conseguían oferentes, dieron de baja el proceso licitatorio y reformularon el proyecto.
En marzo de 2018, con un pomposo acto en el Centro Cultural Kirchner (CCK), Dietrich relanza el proyecto bajo la modalidad PPP y con una nueva primera etapa, que sería la construcción de la Estación Central Obelisco. En ese momento, se anunció que la licitación del primer tramo iba a arrancar en julio. Después vino la primera prórroga hasta fines de setiembre y después otra que postergó sin fecha el inicio del proceso licitatorio.
TRENES QUE NO VENDRÁN. La segunda deserción ferroviaria del macrismo está ligada con la adquisición de 169 trenes eléctricos, un negocio que implicaba una inversión estatal que oscilaba entre los 2.800 y 3.000 millones de dólares. Anunciada y promocionada por los medios oficialistas un mes antes de las elecciones de 2017, esa megacompra de formaciones ferroviarias vino mal barajada desde el inicio.
Los proveedores de equipos ferroviarios le avisaron al Gobierno que no podían conseguir financiamiento privado por el monto de la operación en juego y que dicha inversión debía cubrirse con fondos estatales. La apertura de las ofertas se iba a efectuar en julio de 2018, pero en medio de la crisis cambiaria y política se postergó para fines ese año. Desde entonces, la licitación quedó en el limbo.
Como salida alternativa, Dietrich lanzó otra licitación más acotada, para adquirir 70 trenes eléctricos de troncha ancha. Pero al igual que la anterior, ésta también quedó estancada tras la recepción en diciembre pasado de tres ofertas de Alstom Brasil, la rusa Transmashholding (TMH) y la local Vemerkiper Ingeniería que están en una “prolongada e indefinida instancia de evaluación”.
El tercer proyecto ferroviario que fue a parar al freezer es el referido a la construcción del viaducto de doble vía del ferrocarril Belgrano Sur, que unirá las estaciones Saénz y Constitución. Pese a que la obra había sido predjudicada a la firma brasileña Queiroz Galvao, el Ministerio de Transporte resolvió cancelar la licitación aferrándose a un informe de la Secretaría de Planificación del Transporte, que recomendó revisar los pliegos para realizar algunas modificaciones en las “Especificaciones Técnicas” del proyecto.
Luego de esa llamativa decisión, a mediados de este año la cartera de Dietrich volvió a anunciar un nuevo llamado a licitación que estuvo acompañado de una polémica medida. Por medio del decreto 446/19, la administración macrista resolvió cubrir una parte del financiamiento de la obra con el “desvío” de un crédito de 35 millones de dólares del FONPLATA que había sido otorgado para la renovación del ramal C15 del Belgrano Cargas, en Salta.
No obstante ese “redireccionamiento” de fondos, la licitación quedó al poco tiempo en el congelador, dejando sin fecha cierta de inicio a la obra clave del proyecto integral del viaducto del Belgrano Sur, cuya primera etapa de mejoras de vías y construcción de la nueva estación elevada Saénz ya registra un fuerte avance en los trabajos.
LA VACA PARALIZADA. El cuarto proyecto paralizado es el Tren de Vaca Muerta. La atípica licitación que llevó adelante la cartera de Transporte para vender por anticipado la prioridad de uso de la nueva infraestructura del Tren de Vaca Muerta -que aún no tiene fecha de construcción- terminó en un notorio fracaso. El llamado licitatorio que apuntaba a conseguir un pedido mínimo de transporte de cuatro millones de toneladas de cargas neta por año solo logró despertar el interés de 11 empresas, que presentaron sus ofertas para acceder al cupo prioritario que apenas llegó a las 3,3 millones de toneladas.
Esa limitada respuesta y el escaso interés mostrado por las empresas petroleras, dejó al proyecto en “punto muerto” y a la espera de que cambie el escenario económico y financiero para ver si aparecen los fondos para financiar la obra.
La lista de licitaciones frenadas se completa con la fallida electrificación de la línea San Martín que une Retiro con Pilar.
EL GRUPO CUADERNOS. A mediados del año pasado, el Gobierno recibió cinco ofertas para la electrificación que no sólo superaron ampliamente el presupuesto oficial de referencia, sino que además tienen como dato saliente el hecho que, formando parte de los grupos oferentes, aparecen cinco empresas que están vinculadas con la causa judicial de los “cuadernos de las coimas” que lleva adelante el juez federal Claudio Bonadio por los sobornos y aportes ilegales que se pagaron durante la época kirchnerista.
Se trata de las constructoras Roggio, Emepa, Supercemento, Dycasa y Chediack, cuyos dueños y directivos quedaron comprometidos por las anotaciones del ex chofer Oscar Centeno, las declaraciones del ex titular de la CAC Carlos Wagner y los dichos del ex timonel del Occovi Claudio Uberti.
A 14 meses de haber abierto las ofertas, Dietrich mantiene el proceso licitatorio en la nebulosa pese a que la obra ya cuenta con casi el 80% del financiamiento asegurado por parte del BID y requiere solo un aporte del Estado de 122 millones de dólares.AntonioRossi LetraP.com.ar
Son obras ferroviarias emblemáticas que quedaron en el olvido por el ajuste acordado con el FMI, por falta de financiamiento o por la aparición de firmas ligadas a la causa de los cuadernos.
Más allá de los viaductos de las líneas Mitre y San Martín, ejecutados a medias con el gobierno porteño, y la restauración de las terminales de Retiro y Constitución, el Ministerio de Transporte de Guillermo Dietrich acumula cinco proyectos ferroviarios emblemáticos que ya no tienen chances de concretarse y que, seguramente, la próxima administración se verá obligada a darles de baja para que no le generen perjuicios al Estado.
Se trata de los proyectos referidos a la Estación Central Obelisco de primera etapa de la RER (Red de Expresos Regionales); la compra de 169 trenes eléctricos para renovar las flotas de las líneas Sarmiento, Mitre, Roca y Urquiza; la construcción del viaducto de la línea Belgrano Sur entre Sáenz y Constitución, el tren petrolero de Vaca Muerta y la electrificación del ferrocarril San Martín.
A la hora de buscar las razones de la paralización de los grandes proyectos ferroviarios sobresalen el fuerte recorte de la inversión pública acordado con el FMI, la falta de financiamiento, los cuadernos de las coimas que hundieron a las principales empresas locales y una marcada soberbia de los funcionarios, que no tuvieron en cuenta los consejos de los expertos y priorizaron obras que no eran necesarias en las actuales circunstancias.
El primer proyecto congelado es el conocido como RER, que el presidente Mauricio Macri y Dietrich vienen anunciando y prometiendo desde la campaña electoral 2015, cuando lo presentaron con bombos y platillos como la megaobra ferroviaria que iba estar terminada para 2021.
Entre 2016 y 2017, los funcionarios macristas hicieron un intento fallido de licitación para empezar la obra con la construcción de una nueva estación en Constitución. Al ver que no conseguían oferentes, dieron de baja el proceso licitatorio y reformularon el proyecto.
En marzo de 2018, con un pomposo acto en el Centro Cultural Kirchner (CCK), Dietrich relanza el proyecto bajo la modalidad PPP y con una nueva primera etapa, que sería la construcción de la Estación Central Obelisco. En ese momento, se anunció que la licitación del primer tramo iba a arrancar en julio. Después vino la primera prórroga hasta fines de setiembre y después otra que postergó sin fecha el inicio del proceso licitatorio.
TRENES QUE NO VENDRÁN. La segunda deserción ferroviaria del macrismo está ligada con la adquisición de 169 trenes eléctricos, un negocio que implicaba una inversión estatal que oscilaba entre los 2.800 y 3.000 millones de dólares. Anunciada y promocionada por los medios oficialistas un mes antes de las elecciones de 2017, esa megacompra de formaciones ferroviarias vino mal barajada desde el inicio.
Los proveedores de equipos ferroviarios le avisaron al Gobierno que no podían conseguir financiamiento privado por el monto de la operación en juego y que dicha inversión debía cubrirse con fondos estatales. La apertura de las ofertas se iba a efectuar en julio de 2018, pero en medio de la crisis cambiaria y política se postergó para fines ese año. Desde entonces, la licitación quedó en el limbo.
Como salida alternativa, Dietrich lanzó otra licitación más acotada, para adquirir 70 trenes eléctricos de troncha ancha. Pero al igual que la anterior, ésta también quedó estancada tras la recepción en diciembre pasado de tres ofertas de Alstom Brasil, la rusa Transmashholding (TMH) y la local Vemerkiper Ingeniería que están en una “prolongada e indefinida instancia de evaluación”.
El tercer proyecto ferroviario que fue a parar al freezer es el referido a la construcción del viaducto de doble vía del ferrocarril Belgrano Sur, que unirá las estaciones Saénz y Constitución. Pese a que la obra había sido predjudicada a la firma brasileña Queiroz Galvao, el Ministerio de Transporte resolvió cancelar la licitación aferrándose a un informe de la Secretaría de Planificación del Transporte, que recomendó revisar los pliegos para realizar algunas modificaciones en las “Especificaciones Técnicas” del proyecto.
Luego de esa llamativa decisión, a mediados de este año la cartera de Dietrich volvió a anunciar un nuevo llamado a licitación que estuvo acompañado de una polémica medida. Por medio del decreto 446/19, la administración macrista resolvió cubrir una parte del financiamiento de la obra con el “desvío” de un crédito de 35 millones de dólares del FONPLATA que había sido otorgado para la renovación del ramal C15 del Belgrano Cargas, en Salta.
No obstante ese “redireccionamiento” de fondos, la licitación quedó al poco tiempo en el congelador, dejando sin fecha cierta de inicio a la obra clave del proyecto integral del viaducto del Belgrano Sur, cuya primera etapa de mejoras de vías y construcción de la nueva estación elevada Saénz ya registra un fuerte avance en los trabajos.
LA VACA PARALIZADA. El cuarto proyecto paralizado es el Tren de Vaca Muerta. La atípica licitación que llevó adelante la cartera de Transporte para vender por anticipado la prioridad de uso de la nueva infraestructura del Tren de Vaca Muerta -que aún no tiene fecha de construcción- terminó en un notorio fracaso. El llamado licitatorio que apuntaba a conseguir un pedido mínimo de transporte de cuatro millones de toneladas de cargas neta por año solo logró despertar el interés de 11 empresas, que presentaron sus ofertas para acceder al cupo prioritario que apenas llegó a las 3,3 millones de toneladas.
Esa limitada respuesta y el escaso interés mostrado por las empresas petroleras, dejó al proyecto en “punto muerto” y a la espera de que cambie el escenario económico y financiero para ver si aparecen los fondos para financiar la obra.
La lista de licitaciones frenadas se completa con la fallida electrificación de la línea San Martín que une Retiro con Pilar.
EL GRUPO CUADERNOS. A mediados del año pasado, el Gobierno recibió cinco ofertas para la electrificación que no sólo superaron ampliamente el presupuesto oficial de referencia, sino que además tienen como dato saliente el hecho que, formando parte de los grupos oferentes, aparecen cinco empresas que están vinculadas con la causa judicial de los “cuadernos de las coimas” que lleva adelante el juez federal Claudio Bonadio por los sobornos y aportes ilegales que se pagaron durante la época kirchnerista.
Se trata de las constructoras Roggio, Emepa, Supercemento, Dycasa y Chediack, cuyos dueños y directivos quedaron comprometidos por las anotaciones del ex chofer Oscar Centeno, las declaraciones del ex titular de la CAC Carlos Wagner y los dichos del ex timonel del Occovi Claudio Uberti.
A 14 meses de haber abierto las ofertas, Dietrich mantiene el proceso licitatorio en la nebulosa pese a que la obra ya cuenta con casi el 80% del financiamiento asegurado por parte del BID y requiere solo un aporte del Estado de 122 millones de dólares.AntonioRossi LetraP.com.ar