Cartas de Lectores
Señor Director de Crónica Ferroviaria
En el Ramal C de la Línea Belgrano Km. 822 se encuentra el túnel y viaducto "El Saladillo" que es una obra de la ingeniería ferroviaria única en esta parte del mundo y que se encuentra a sólo 27 km. de la capital tucumana en la localidad de El Cadillal (Dpto. de Tafí Viejo).
Esta obra (declarada Monumento Histórico Nacional en el año 2000 mediante Ley Nro. 25.270) hace tres meses la empresa Trenes Argentinos Cargas (Línea Belgrano) cometió la aberración de abrir con máquinas viales pesadas, un camino en las bases mismas de los pilares que son sostén del centenario puente ferroviario.
Los rimbombantes anuncios de inversiones del tan mentado y mentiroso "Plan Belgrano", no tan sólo no contempló el resguardo y conservación del puente, del túnel y su entorno, sino que por el contrario, abrió un camino para acceder a la vía operativa y bajar la ladera de una cerro.
Se suele decir que aquel que se ha criado rodeado de riquezas o de exuberancias, difícilmente valore lo que tiene. En contrapartida, el pobre, acostumbrado a sobrellevar una vida de carencias, rápidamente reconoce algo valioso que puede ayudarlo a transformar su realidad.
Del mismo modo, hay pueblos que conscientes de sus limitaciones tratan de explotar al máximo los pocos recursos que la naturaleza les ha dado, en este caso, su patrimonio histórico.
El turismo les ha permitido generar ingresos económicos importantes, sin embargo, hay otras sociedades, como la tucumana, que generalmente acostumbra a destruir se pasado o deja que el tiempo y el abandono lo desgaste.
En esa situación se encuentra el viaducto "El Saladillo" (ubicado a tan sólo 4 km. del Dique "El Cadillal") que tiene 356 metros de largo por 27 metros de altura con 25 arcos. La imponente estructura, de las cuales son contadas en el mundo, permaneció durante las últimas décadas prisionera del monte.
Una crónica del diario La Gaceta de Tucumán señalaba que en el año 2009 una empresa privada firmó un convenio con el Ente de Turismo y la comuna de Los Nogales para ofrecer servicios a los viajeros interesados en el turismo aventura, en particular el rapel.
En el acuerdo se consignaba que el ente aportaría el dinero, la empresa se ocuparía de ejecutar las obras y la comuna sería el contralor. Al comienzo se acondicionó el camino, se colocaron carteles, se desmalezó el área y se arreglaron los merenderos. En la actualidad se hacen tareas de desmalezamiento y recolección de residuos.
El delegado de la comuna de El Cadillal, de la cual también depende el viaducto, admitió en aquel entonces que tenía problemas para mantenerlo, pero no quería opinar mientras que el presidente del Ente de Turismo dijo que el organismo sólo pagaba a una persona para que realice la limpieza.
El delegado por Tucumán de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos y Lugares Históricos en el año 2012 señaló que la puesta en valor del viaducto no es responsabilidad del Estado Nacional, sino del gobierno provincial. Además, sostenía que en este caso hay un problema de gestión.
En su opinión, la obra vial es ideal para montar un pequeño museo y establecer una suerte de triada con El Cadillal y con Raco. "Se podría construir un pequeño museo, parquizar toda el área y hasta montar una pequeña confitería donde los turistas puedan sentarse a tomar algo mientras admiran el paisaje. Es cierto que el viaducto está muy abandonado, pero todo se puede mejorar, sólo es cuestión de destinar el presupuesto adecuado y alentar la inversión de capitales privados. Este es un lugar único en la provincia", aseveraba el funcionario nacional hace siete años.
El viaducto fue inaugurado en el año 1884 y funcionó hasta 1927. Tanto concitaba la atención de turistas y curiosos, que llegó a instalarse en el lugar un pequeño hotel. Da la impresión que los tucumanos de aquel entonces tenían una visión de futuro que inexplicablemente se fue perdiendo con el paso del tiempo.
Si esta maravilla de ingeniería estuviese en otra provincia, posiblemente estaría dotada de infraestructura turística y, seguramente, los tucumanos la visitaríamos.
Nuestra provincia es una tierra privilegiada por la naturaleza y por el valioso patrimonio que aún le queda. Sin embargo, a veces parece cierto que "Dios le da pan al que no tiene dientes", como reza el refrán. Otra más del Plan Belgrano. Atte.
Segundo Giménez
segimenez@hotmail.com
Señor Director de Crónica Ferroviaria
En el Ramal C de la Línea Belgrano Km. 822 se encuentra el túnel y viaducto "El Saladillo" que es una obra de la ingeniería ferroviaria única en esta parte del mundo y que se encuentra a sólo 27 km. de la capital tucumana en la localidad de El Cadillal (Dpto. de Tafí Viejo).
Esta obra (declarada Monumento Histórico Nacional en el año 2000 mediante Ley Nro. 25.270) hace tres meses la empresa Trenes Argentinos Cargas (Línea Belgrano) cometió la aberración de abrir con máquinas viales pesadas, un camino en las bases mismas de los pilares que son sostén del centenario puente ferroviario.
Los rimbombantes anuncios de inversiones del tan mentado y mentiroso "Plan Belgrano", no tan sólo no contempló el resguardo y conservación del puente, del túnel y su entorno, sino que por el contrario, abrió un camino para acceder a la vía operativa y bajar la ladera de una cerro.
Se suele decir que aquel que se ha criado rodeado de riquezas o de exuberancias, difícilmente valore lo que tiene. En contrapartida, el pobre, acostumbrado a sobrellevar una vida de carencias, rápidamente reconoce algo valioso que puede ayudarlo a transformar su realidad.
Del mismo modo, hay pueblos que conscientes de sus limitaciones tratan de explotar al máximo los pocos recursos que la naturaleza les ha dado, en este caso, su patrimonio histórico.
El turismo les ha permitido generar ingresos económicos importantes, sin embargo, hay otras sociedades, como la tucumana, que generalmente acostumbra a destruir se pasado o deja que el tiempo y el abandono lo desgaste.
En esa situación se encuentra el viaducto "El Saladillo" (ubicado a tan sólo 4 km. del Dique "El Cadillal") que tiene 356 metros de largo por 27 metros de altura con 25 arcos. La imponente estructura, de las cuales son contadas en el mundo, permaneció durante las últimas décadas prisionera del monte.
Una crónica del diario La Gaceta de Tucumán señalaba que en el año 2009 una empresa privada firmó un convenio con el Ente de Turismo y la comuna de Los Nogales para ofrecer servicios a los viajeros interesados en el turismo aventura, en particular el rapel.
Túnel viaducto "El Saladillo"
En el acuerdo se consignaba que el ente aportaría el dinero, la empresa se ocuparía de ejecutar las obras y la comuna sería el contralor. Al comienzo se acondicionó el camino, se colocaron carteles, se desmalezó el área y se arreglaron los merenderos. En la actualidad se hacen tareas de desmalezamiento y recolección de residuos.
El delegado de la comuna de El Cadillal, de la cual también depende el viaducto, admitió en aquel entonces que tenía problemas para mantenerlo, pero no quería opinar mientras que el presidente del Ente de Turismo dijo que el organismo sólo pagaba a una persona para que realice la limpieza.
El delegado por Tucumán de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos y Lugares Históricos en el año 2012 señaló que la puesta en valor del viaducto no es responsabilidad del Estado Nacional, sino del gobierno provincial. Además, sostenía que en este caso hay un problema de gestión.
En su opinión, la obra vial es ideal para montar un pequeño museo y establecer una suerte de triada con El Cadillal y con Raco. "Se podría construir un pequeño museo, parquizar toda el área y hasta montar una pequeña confitería donde los turistas puedan sentarse a tomar algo mientras admiran el paisaje. Es cierto que el viaducto está muy abandonado, pero todo se puede mejorar, sólo es cuestión de destinar el presupuesto adecuado y alentar la inversión de capitales privados. Este es un lugar único en la provincia", aseveraba el funcionario nacional hace siete años.
El viaducto fue inaugurado en el año 1884 y funcionó hasta 1927. Tanto concitaba la atención de turistas y curiosos, que llegó a instalarse en el lugar un pequeño hotel. Da la impresión que los tucumanos de aquel entonces tenían una visión de futuro que inexplicablemente se fue perdiendo con el paso del tiempo.
Si esta maravilla de ingeniería estuviese en otra provincia, posiblemente estaría dotada de infraestructura turística y, seguramente, los tucumanos la visitaríamos.
Nuestra provincia es una tierra privilegiada por la naturaleza y por el valioso patrimonio que aún le queda. Sin embargo, a veces parece cierto que "Dios le da pan al que no tiene dientes", como reza el refrán. Otra más del Plan Belgrano. Atte.
Segundo Giménez
segimenez@hotmail.com