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Redacción Crónica Ferroviaria
Que las formaciones ferroviarias fueron, son y serán objeto de barbarie
por los inadaptados de siempre, ya sean
destruyendo el material, tirando piedras o, la moda actual, ser invadidos por
el "arte urbano" como llaman a estos sujetos que grafitan los trenes,
no es ninguna sorpresa.
Lo que sí es sorpresa, que los nuevos coches de pasajeros de origen
chino recientemente puestos en servicio en la Línea Sarmiento, cuyo itinerario
es de Once de Septiembre (Buenos Aires) hasta la ciudad de General Pico (Provincia
de La Pampa), hayan sido objeto de un ataque a mansalva por verdaderos
estúpidos que apedrearon la formación el día domingo pasado en la ciudad de
Trenque Lauquen (Provincia de Buenos Aires) ocasionando la rotura de varios
vidrios de tres coches, pero sin registrar heridas en ningún pasajero.
Estación Trenque Lauquen
La sorpresa es que el hecho se registró en un lugar que jamás a uno se
le iba a pensar que se podría dar semejante barbarie, o sea la ciudad de
Trenque Lauquen. Es más, entre las autoridades ferroviarias consultadas por
Crónica Ferroviaria nos dijeron que "si bien el temor a este episodio
estaba latente, nunca se llegó a pensar que iba a ser Trenque Lauquen el sitio
donde esto se iba a dar".
Es muy extraño todo esto. Parece ser que cuando las autoridades
nacionales ponen un nuevo servicio de pasajeros de media o larga distancia,
estos a los días sean atacados por vándalos (como en este caso a pedradas) o
sufran accidentes no exentos de ser sospechados. De estos ejemplos tenemos a
montones.
Las autoridades deberían tomar los recaudos necesarios para que estos
casos de vandalismo, y algunos otros, sean evitables poniendo y advirtiendo con
anticipación presencia policial donde así lo amerite.
Finalmente, a los que sean aprehendidos cometiendo estos delitos, sean
juzgados como corresponde para de esta forma erradicar esta costumbre de atacar
(en todos los sentidos arriba expresados) a las formaciones ferroviarias.
Por lo que los usuarios tienen el derecho de viajar con tranquilidad, y las autoridades brindarles seguridad.