Cartas de Lectores
Señor
Director de Crónica Ferroviaria:
Durante
los últimos años, los argentinos hemos sido testigos de un proceso lento y
silencioso, pero real e incuestionable, cuyo objetivo final es, sin lugar a
dudas, la reducción del Museo Nacional Ferroviario (dependiente de la
Administración de Infraestructura Ferroviaria Sociedad del Estado, ADIFSE, hoy
Trenes Argentinos Infraestructura Ferroviaria) a una mínima expresión, una
triste y lamentable sombra de lo que supo ser.
Dicho
museo, el más importante de Argentina y uno de los más importantes de América
Latina por la variedad y calidad de las piezas que integran su colección, ha
sido víctima de una operación de desguace, digna de la infame década de los 90
y el nefasto plan Larkin.
Como
parte del plan de estatización y recupero de los ferrocarriles, el estado
nacional ha emprendido diversas obras, que si bien han conducido a una mejora
en el servicio ferroviario, poco contemplaron la suerte del museo que
albergaba.
La
necesidad justificada por remozar la estación Retiro, condujo al
desmantelamiento desordenado del galpón que albergaba la cochera de vehículos
ferroviarios, y donde el museo estacionaba una colección invaluable de coches
históricos con hasta más de 100 años de historia. Los mismos, desalojados del
lugar donde tenían resguardo, quedaron a la intemperie y a la merced de las
inclemencias del tiempo.
Locomotora a vapor "Patria". Obra reliquia a la intemperie sufriendo las inclemencias del tiempo, que bien podría estar siendo exhibida en el hall central de la estación Retiro (Mitre)
Algunos
tuvieron suerte y fueron estacionados en las inmediaciones del museo, sufriendo
daños menores por la exposición a la intemperie. Otros, no tan afortunados,
fueron inexplicablemente descartados y arrojados a su suerte en una playa
ferroviaria anexa. Sin resguardo y sin seguridad alguna, la suerte de los
mismos estaba echada: Fueron horriblemente vandalizados en su exterior por
"artistas callejeros" y saqueados en su interior, perdiéndose toda su
ornamentación centenaria, exquisitamente labrada en bronce.
Piezas
de valor incalculable que se han perdido para siempre. Lamentablemente la
triste historia no termina ahí. Frente a la necesidad de expandir sus oficinas,
la Adifse desalojó al museo de su histórico edificio, limitando al mismo a
ocupar sólo dos salas. Esta acción llevó a que la institución tuviera que
acomodar toda su colección en el reducido espacio asignado, siendo descartado
fuera del edificio todo aquello que no entraba en él, dejado al olvido sin
inventario ni custodia alguna.
Las
preguntas que deberíamos hacernos los argentinos son: ¿Cuál es el real objetivo
de las autoridades, reducir el museo a una mínima expresión, materializada en
un stand con un par de objetos antiguos?. ¿Existe una intención manifiesta de
destruir todo lo que "sobra y molesta"?. ¿Este proceso es coherente
con el tan necesitado proyecto de devolverle a los ferrocarriles la dignidad e
importancia que tuvieron en el pasado y deberían tener en el presente y
futuro?.
Les
ruego a todos aquellos que consideren incorrecta esta política de olvido y
destrucción del patrimonio e historia de los argentinos que difundan esta
lamentable noticia y hagan llegar su disconformidad a las autoridades
competentes en la materia, al Director del Museo Nacional Ferroviario, señor
Mauricio Di Césare (museoferroviario@adifse.com.ar
4318-3343 | 4318-3330) y al presidente de la ADIFSE, Sr. Ariel Franetovich (contactoweb@adifse.com.ar 4318-3333).
Desgraciadamente
ya hemos perdido demasiado de nuestro rico patrimonio ferroviario, no
permitamos que se pierda lo poco que nos queda. Reclamemos por la salvaguarda
del patrimonio del museo y luchemos por preservarlo para nuestros hijos. Un
país que no cuida su historia, su patrimonio y el trabajo de sus antepasados,
es un país que inexorablemente carecerá de un futuro venturoso. Atte.
Lic. Juan Martín Rodríguez