Nota de opinión
Por: Carlos Alberto Salgado (Director de CRÓNICA FERROVIARIA)
Vaya pregunta, ¿no?.
Hace unos días en una conferencia virtual (zoom) que tuvimos unos amigos que nos une el amor por el ferrocarril, estuvimos debatiendo sobre el presente y futuro de este medio de transporte, y hubo un punto donde nuestras opiniones convergían hacia un sólo lugar, preguntándonos: ¿por qué no comenzar a planificar en construir locomotoras, coches, vagones y otro material ferroviario en nuestro país como antes?.
Seguidamente, después de empezar a debatir sobre este punto, comenzamos a polemizar si los talleres ferroviarios existentes hoy en el país están en condiciones de ponerse a fabricar material ferroviario con tecnología moderna, y si los mismos pueden contar con los medios y el personal especializado para hacerlo. Personalmente, y sin jactarme de ser especialista en la materia, todo lo contrario, digo hoy que no. Creo que en la actualidad sólo están para la reparación y reacondicionamiento de coches, vagones y locomotoras.
Si bien recordamos que hay empresas como Materfer y Emepa que fabricaron coches motores que hoy están prestando servicio en algunos ramales del país y que al parecer lo están haciendo en buenas condiciones, pensando que dicho material circula en general por una infraestructura de vía que se encuentra de regular a mal estado, creemos, sin temor a equivocarnos, que dichos CCMM podrían perfeccionarse un poco más para hacerlos más confiables.
Igualmente, es loable lo que hacen estas empresas por la industria nacional, debiendo el Estado pensar en el corto plazo, ya que es el único que opera los trenes de pasajeros regionales, de media y larga distancia, tenerlos bien en cuenta para futuras órdenes de fabricación, ya que serán necesarios para los servicios regionales que quieran hacer circular por ramales del interior del país de ahora en más.
También nuestra conversación se basó, como lo digo más arriba, sobre qué se puede hacer a corto plazo con el material ferroviario que hoy se encuentra ocioso en varios talleres ferroviarios y que bien podría recuperarse para, por ejemplo las locomotoras, tener disponible para futuros itinerarios de pasajeros y de cargas.
Sabemos bien, que en lo que se refiere a locomotoras la situación de algunas líneas no es el ideal. Hay ferrocarriles que están necesitando urgentemente nuevas máquinas y en el corto plazo la recuperación es fundamental. Sobre todo de GM modelo G22 y GT22 CW y CU que se encuentran abandonadas en Maldonado, Pérez, Alta Córdoba o en otros talleres, que con la compra de insumos (motores, etc.) y con ganas, se las puede poner en pocos meses en funcionamiento. Ya lo hemos comprobado como Spurr (FerroExpreso Pampeano) en tres meses recuperó un par de ellas que eran ex Ferrobaires.
Donde también se lo puede llevar, en el corto plazo, es en los coches de pasajeros, ya que se puede observar decenas y decenas de ellos tirados en playas y talleres que bien pueden recuperarse para complementarse con los de origen chino, que hoy no llegan a satisfacer la demanda de nuevos destinos de trenes o agregar más frecuencias a los que ya se cumplían antes de desatarse la pandemia de COVID-19.
De llevarse a cabo estas ideas (seguramente habrán algunas otras que sean más superadoras) creemos que traería mayor toma de mano de obra para los talleres, más trabajo para las pequeñas y medianas empresas proveedoras de elementos a los talleres ferroviarios, y no habría una sangría de dólares al exterior (que hoy no abundan en el país) para comprar material, sólo importar los insumos que se necesitarían.
Para mediano plazo, pensamos que se tendría que comenzar a realizar, por parte del Estado Nacional u alguna empresa privada nacional o internacional en sociedad, convenios de industrialización del medio ferroviario con países como China y/o Rusia.
¿Por qué estos dos países?, porque ya hay instalada en la Argentina una empresa rusa como TMH donde ocupa parte de los talleres ferroviarios que están ubicados en Mechita (Provincia de Buenos Aires) y se los puede proveer con nuevas maquinarias de ese origen y tecnología para la producción de locomotoras u otros vehículos.
¿Por qué China?, porque en la actualidad hoy nuestros ferrocarriles están dotados en su mayoría por material ferroviario de ese origen, por lo que sería bueno que la empresa CRRC (fabricante del mismo) se pueda instalar en el país con un buen convenio donde el Estado libere de ciertos impuestos a la inversión que puedan realizar, y sirva no sólo para reparar dicho material, sino también para construir con tecnología de punta. Todo eso redundaría en más mano de obra y, como lo expresé más arriba, con más trabajo para las pequeñas y medianas empresas proveedoras de distinto material que se necesita para la reparacion y/o construcción de un vehículo ferroviario.
El largo plazo, y una vez que nuestro país se pueda afianzar en la fabricación de material ferroviario, pensar en la modernización total de nuestros ferrocarriles soñando con algún día tener un tren de alta velocidad y construido en el país. Soñar no cuesta nada, ¿no?.
Creo que industrializar el país, es fundamental. Por eso, tomo las palabras del señor Presidente de la Nación, Alberto Fernández, cuando expresó en su discurso del 1º de Marzo pasado que "Tenemos que salir del extractivismo y generar una industrialización de base nacional, PyME y tecnológica, que permita desarrollar una cadena de proveedores en torno a los recursos naturales y otras actividades. Tenemos que insertar a la Argentina en la agenda 4.0, en donde el mundo avanza a una velocidad enorme".
"Hemos comenzado a trabajar en proyectos estratégicos de movilidad sustentable y el fortalecimiento del programa de Parques Industriales. Vamos a desarrollar planes estratégicos en ramas industriales con participación de académicos, trabajadores y empresarios, para poner en marcha de modo concertado el futuro de la producción".
Ojalá que dentro de esos proyectos, se encuentre la definitiva industrialización del sistema de transporte como fue hace años en el país, pero eso sí, para que todo este sueño se realice, creo que lo primero sería tomar al ferrocarril como política de Estado donde todos los protagonistas políticos se comprometan a seguir con el proyecto de industrialización ferroviaria.
No vaya hacer cosa que se comienza con un período gubernamental de un partido político, y en el siguiente de otro color borre con el codo lo que hizo el anterior. De esos ejemplos en la Argentina tenemos a montones, y así estamos.