Instituciones
En plena época de la recuperación de los ferrocarriles, desguazados
durante tanto tiempo, en la regional Haedo de la UTN, desde este año se puede
cursar Ingeniería Ferroviaria.
No venimos a contar materias, sino a cursar y a adquirir los
conocimientos necesarios", dice Damián Díaz, un joven de 34 años que está
realizando una pasantía en Talleres Villa Luro del Ferrocarril Sarmiento a
través de un convenio de esa firma con la Facultad Regional Haedo de la
Universidad Tecnológica Nacional, donde desde 2012 se dicta la Tecnicatura
Superior en Material Rodante Ferroviario y, desde este año, la carrera de grado
en Ingeniería Ferroviaria. Damián tiene experiencia en trabajos relacionados
con el sistema neumático de frenos y cursa la tecnicatura "porque me gusta
el ferrocarril". Confiesa que cuando se enteró de la posibilidad de
inscribirse no trabajaba en el rubro, pero lo hizo porque "empecé a ver un
cambio radical en el ferrocarril, y muchos de los que estamos en la tecnicatura
o en la ingeniería creemos que es el momento de formar parte de este cambio,
que no se había dado antes".
Estas nuevas disciplinas fueron concebidas para cubrir áreas de vacancia
profesional y para atender la demandad de personal calificado, en el marco de
la política de recuperación y reconversión del sistema ferroviario argentino, y
cuentan con altos niveles de exigencia en la formación de los futuros ingenieros
y técnicos superiores. "Recursos humanos, entusiasmo y decisión
política" son los tres ejes de una etapa en la que "se necesita
personal capacitado para llevar adelante las nuevas tecnologías que se están
incorporando o que se fabricarán en el país", afirma el director de la
carrerade Ingeniería Ferroviaria, Julio Aracama. "Es que para que el tren
frene o no, se requieren especialistas", resume el decano Regional Haedo,
el ingeniero aeronáutico Víctor Caballini.
"El gobierno nacional ha desarrollado una política de recuperación
de las vías férreas, primero para evitar el desastre que significa el
transporte por camiones, y luego para conectar en forma masiva localidades muy
lejanas", considera Caballini, quien además no duda al afirmar que "ese
proceso de recuperación enfrenta al gobierno con la falencia de que no hay
gente formada en las tecnologías, es decir, que tenga la capacidad de resolver
problemas, y además tener la responsabilidad por hacerlo, lo que significa que
responde ante la Justicia Penal si uno se equivoca".
Para solucionar estos problemas era necesario generar una carrera que
tuviera actividades exclusivas en materia ferroviaria. "Ante los últimos
accidentes ferroviarios, que si bien es cierto, no tuvieron nada que ver con
problemas técnicos, sino que fueron por fallas humanas –continúa Caballini–, el
desafío fue que los cargos jerárquicos y de tomas de decisiones tecnológicas
estén en manos de profesionales en Ingeniería Ferroviaria que no puedan decir
que desconocen el problema ante cualquier eventualidad." Los cargos de
toma de decisiones hoy están ocupados por profesionales de otras disciplinas.
Caballini está convencido de que "esta idea nació por la decisión política
del gobierno nacional", ya que la de Ingeniería Ferroviaria es la primera
de todas las carreras de universidades nacionales de la Argentina que tiene
financiamiento específico para docentes, laboratorios e infraestructura.
"Antes, las universidades no les importaban a nadie. Nunca fueron
reconocidas como lo fueron desde 2003", recuerda.
Esa confianza que depositó el gobierno nacional en la UTN es un desafío
para las autoridades académicas. "Estamos intentando revertir un proceso
muy largo. En la Argentina llegamos a tener, en 1910, casi 48 mil kilómetros de
vías. Hoy, 5000. Somos todos defensores acérrimos de la universidad pública y
los que quieren estudiar, una vez que se reciban, deben devolver calidad de
vida a la sociedad." Y agrega: "Todo esto va a generar un movimiento
muy grande, con la posibilidad de que haya empresas serias que produzcan
partes, o que hagan el mantenimiento de las líneas férreas. Se va desarrollar
una industria ferroviaria con un respaldo tecnológico muy importante."
Estas tecnicatura e ingeniería se meten con la cuestión tecnológica en
materia ferroviaria. "La idea primigenia salió de acá, de Haedo",
dice Caballini y señala con sus índices la mesa de reuniones de la UTN.
"Es una carrera extremadamente dura que fue elaborada a partir de la
carrera de Ingeniería Aeronáutica. Tiene un grado de dureza muy, muy grande.
Pero tenemos el orgullo de que nuestros alumnos, lejos de cuestionar cuando se
los aprieta, se manifiestan en contra de los docentes que pasan la vida
light", afirma el decano.
"Me pareció que ante la aparición de una carrera nueva se podía
aportar mucho", dice Patricio Alos, estudiante de Ingeniería Ferroviaria
de 31 años. "No hay ingenieros en la materia y con esta nueva carrera se
abrió el abanico laboral", agrega quien es un técnico automotor al que
siempre les gustaron "la mecánica y los fierros". Además, con esta
nueva carrera, considera que se les puede hacer un "gran aporte a los
ferrocarriles argentinos tanto en el transporte de pasajeros como el de carga y
en la infraestructura de las vías". En este sentido, Caballini concluye:
"Tenemos el material humano y hay un entusiasmo muy grande. Los alumnos
nos mostraron vocación y muchas ganas de acceder a formación e información. La
universidad pública tiene la obligación de identificar los problemas latentes
para luego resolverlos".
Industria Argentina
La UTN Haedo firmó un convenio con el Ministerio de Interior y
Transporte mediante el cual la cartera que conduce Florencio Randazzo otorga
pasantías a alumnos de la Tecnicatura en Material Rodante Ferroviario. En el
primer año de dictada la carrera, ya son alrededor de 50 los alumnos inscriptos
en Ingeniería Ferroviaria. Además, el mes pasado, en Córdoba, se presentó la
primera locomotora hecha en Argentina en 40 años. Es la MTF 3300, de última
generación, y podrá traccionar una carga de hasta 30 mil toneladas.InfoNews