Actualidad
Por
defectos de fabricación, se quebraron más de 7.000 durmientes en un tramo de 20
km. La ADIF y una empresa marplatense en la mira.
Sobre
llovido, mojado. El ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo,
parece haber perdido la buena estrella que lo estuvo acompañando hasta la
semana pasada cuando quedó trunca su aspiración presidencial.
Al
destrato político que recibió del kirchnerismo por haber rechazado la
candidatura a gobernador de Buenos Aires, ahora se le ha sumado un serio
problema por el lado de las obras ferroviarias que tiene en marcha su cartera.
Los
nuevos durmientes de hormigón que se fabrican en Mar del Plata y que se están
colocando en las vías a la ciudad feliz no resisten el paso de los trenes.
Por
defectos de fabricación, los durmientes instalados en varios tramos del ramal
que une Constitución con la costa atlántica quedaron literalmente quebrados al
medio al poco tiempo de que comenzarán a circular las formaciones ferroviarias
de pasajeros.
Desde
principios de junio y solamente en los últimos 20 kilómetros antes de llegar a
Mar del Plata ya se han verificado más de 7.000 durmientes averiados que las
empresas encargadas de las obras de renovación de vías van a tener que
remplazar.
Pero
según los datos que manejan fuentes del sector, el stock defectuoso que estaría
bajo observación en distintos trayectos del ferrocarril bonaerense llegaría a
casi 50.000 durmientes.
Las
fallas estructurales que presentan los travesaños de hormigón donde van apoyados
los rieles le han generado a Randazzo una doble complicación.
Por
un lado, dejan mal parada a la compañía estatal ADIF, la Administración de
Infraestructuras Ferroviarias que conduce Ariel Franetovich. Esta empresa -que
fue la encargada de adjudicar los trabajos y las compras de los durmientes- no
controló como correspondía la calidad de los materiales que se utilizaron en
las obras.
Y
por otro lado, vuelven a retrasar los trabajos de recambio de vías que
originariamente debían haber estado terminados entre noviembre y diciembre del
año pasado.
La
proveedora de los durmientes imperfectos que ha quedado en la mira del Gobierno
y de las empresas adjudicatarias de las obras de vías es la firma marplatense
DHASA.
Esta
empresa, que forma parte del Grupo Solana, le endilga la culpa por la rotura de
los durmientes a las contratistas que están cambiando las vías del ramal
atlántico. Sus técnicos sostienen que los durmientes se quiebran porque los
colocan mal y tienen un sistema de sujeción de los rieles que no es el
adecuado.
Por
su parte, los ingenieros de las constructoras como Techint, Panedile, Helport
(grupo Eurnekian) y Chediack que llevan adelante las obras de vías aseguran que
los durmientes se parten porque están mal hechos debido a que no tendrían la
composición exacta de los materiales exigidos por las normas internacionales y
por alguna anomalía registrada durante el proceso de fabricación.
Más
allá de este fuego cruzado que mantienen las empresas por los durmientes, lo
cierto es que la mayor parte de las obras de renovación de vías a Mar del Plata
y Rosario se encuentran virtualmente paralizadas.
De
acuerdo con los cronogramas iniciales, los 517 km. de vías a Rosario y los 312
km. del ramal a Mar del Plata tenían que haber estado rehabilitados a nuevo a
fines de 2014.
Pero,
la falta de reconocimiento de los mayores costos contractuales y la demora
registrada en los pagos de los últimos meses llevaron a las constructoras a
bajar al mínimo el ritmo de los trabajos.
Tal
como pinta el panorama, lo más probable es que las obras para poner a punto las
vías de larga distancia se terminen en los primeros meses del próximo gobierno
que asumirá en diciembre.LaPolíticaonline.com