Actualidad
Redacción Crónica Ferroviaria
Según el Ministerio de Transporte de la Nación, desde su puesta en funcionamiento, la tuneladora extrae un promedio de 600 metros cúbicos de tierra húmeda o tosca por día, que sacan al exterior en vagones que los llevan desde el corazón del túnel hasta la superficie.
Además de excavar, la máquina también va armando la estructura de hormigón del túnel, fijando contra la pared unas estructuras de hormigón armado que se llaman dovelas y se van encastrando entre sí hasta formar un cilindro o anillo completo. Hasta el momento ya se colocaron 63 anillos.
En el interior de la máquina trabajan entre 30 y 40 operarios, que mantienen a punto la máquina y la mantienen en constante funcionamiento, garantizando la correcta instalación de las dovelas, las cintas transportadoras, el avance de los discos giratorios de corte que perforan la tierra y la salida a superficie de los restos de tierra, entre otras tareas.
Por fuera de la tuneladora, según el ministerio las obras también avanzan. En una planta contigua a la trinchera se continúan fabricando las estructuras de hormigón armado que luego son transportadas hasta el pozo: hasta el momento se fabricaron 1917 dovelas, que corresponden a 248 anillos.
También se avanzó en los trabajos preliminares en 2 de las futuras 8 estaciones subterráneas: Ciudadela y Ramos Mejía. En Ciudadela se realizaron cateos o estudios de suelo para verificar la existencia de interferencias que dificulten las excavaciones, con resultados negativos. También en Ramos Mejía se avanza en la construcción de la estación subterránea, con la instalación del primer obrador.
Por último, a la altura de Villa Luro, donde se hará un segundo obrador en trinchera como el que existe hoy en Haedo para extraer la tierra y proveer de dovelas a la máquina, están en ejecución los estudios del suelo o cateos para detectar interferencias.
¿Cómo se construye el túnel?
Mediante unos fuertes discos giratorios ubicados en el cabezal, la tuneladora perfora la tierra a 22 metros de profundidad. Esa tierra húmeda o tosca que se va excavando se deposita en vagones que la lleva desde el corazón de la tuneladora hasta el exterior, montados sobre rieles.
Una vez que se saca la tierra, hace falta fijar la estructura del túnel. Esto se hace con piezas de hormigón que se fabrican en el mismo predio, en una fábrica cercana al tùnel, y que las coloca la misma tuneladora debajo de la tierra. Las dovelas o piezas de hormigón armado se bajan al pozo con grúas y se ingresan al túnel utilizando vagones.
Una primera ventosa los succiona y los coloca sobre una cinta transportadora, que los acerca a la cabecera de la tuneladora. Allí, una segunda gran ventosa las hace girar y las adosa a las paredes del túnel, donde se terminan de fijar con un producto a base de cemento que también se fabrica en la planta de Haedo.
Hasta el momento ya se colocaron 63 anillos completos –cada anillo está conformado por 8 piezas o dovelas de cemento que se encastran entre sí para formar la estructura cilíndrica por la que dentro de 5 años pasará el tren Sarmiento, beneficiando a más de 200.000 pasajeros diarios. Se trata de un tubo de alrededor de 11 metros de diámetro, por el que pasarán las vías.
Estas piezas de cemento o dovelas se fabrican también en Haedo, en una fábrica especialmente diseñada, a unos 500 metros de la tuneladora.
Detalles de la megaobra
La megaobra que beneficiará a más de 200.000 pasajeros por día e integrará a las 11 localidades a lo largo de la traza entre la ciudad de Buenos Aires y Moreno: se trata de 18 kilómetros de túnel entre Caballito y Castelar y 8 estaciones subterráneas que eliminarán los cruces a nivel y mejorarán el tránsito y el entorno urbano por donde hoy pasan las vías.
El proyecto integral comprende la perforación y el armado del túnel entre Caballito y Castelar, la construcción de nuevas estaciones y de 15 pasos a distinto nivel, el trazado de vías nuevas y del tendido eléctrico subterráneo, todo en un plazo de 5 años. Durante la ejecución de la obra se generarán 10.000 empleos, con una inversión que ronda los 3.000 millones de dólares.
Con la obra terminada, los pasajeros podrán ahorrar hasta 15 minutos de viaje: hoy entre Castelar y Once se tardan unos 50 minutos que pasarán a ser 35. Además, se mejorarán las frecuencias, reduciendo a la mitad la espera entre un tren y otro: de 10 minutos a entre 5 y 6, con capacidad de bajarlas incluso hasta 3 minutos en hora pico. También se ampliará la capacidad de transporte del ferrocarril Sarmiento en un 70%, para que unas 350.000 viajen en forma más cómoda, rápida y segura.
La obra se licitó en 2007, se adjudicó al año siguiente y la tuneladora se instaló en 2011. En los últimos 10 años el proyecto fue anunciado al menos 7 veces, pero la excavación nunca comenzó, hasta hoy.
Además de mejorar el servicio de trenes, la obra contribuirá a agilizar el tránsito y a incrementar la seguridad vial en toda la traza desde Caballito a Moreno, ya que se eliminarán 51 pasos a nivel vehiculares en el corredor de la avenida Rivadavia. También tendrá un impacto urbanístico transformador en las localidades de Ciudadela, Ramos Mejía, Villa Sarmiento, Haedo, Morón, Castelar, Ituzaingo, San Antonio de Padua, Merlo, Moreno y el oeste de la Ciudad de Buenos Aires, ya que volverá a integrar a las ciudades y barrios que hoy están divididos por el tren.
La puesta en marcha del soterramiento forma parte del Plan Integral de Obras para la Red Metropolitana de Trenes que está ejecutando Ministerio de Transporte para transformar la manera de viajar en tren en el AMBA y que más de 10 millones de personas puedan acceder a un transporte público de calidad, más cómodo y seguro, con mejores servicios y frecuencias.
Con una inversión de 14.000 millones de dólares a 2023, este plan mejorará la infraestructura de todo el sistema ferroviario y hará posible la interconectividad de todas las líneas mediante la Red de Expresos Regionales (RER), una red de túneles y de estaciones subterráneas.
También incluye la electrificación de todas las líneas, 3 nuevos viaductos y 120 nuevos pasos bajo nivel, la renovación de vías, sistemas eléctricos y estaciones, más el 100% de la flota completamente renovada. Además, el Plan salda una deuda impostergable en materia de seguridad, ya que incorpora la tecnología de frenado automático en todas las líneas para 2019.
Redacción Crónica Ferroviaria
Según el Ministerio de Transporte de la Nación, desde su puesta en funcionamiento, la tuneladora extrae un promedio de 600 metros cúbicos de tierra húmeda o tosca por día, que sacan al exterior en vagones que los llevan desde el corazón del túnel hasta la superficie.
Además de excavar, la máquina también va armando la estructura de hormigón del túnel, fijando contra la pared unas estructuras de hormigón armado que se llaman dovelas y se van encastrando entre sí hasta formar un cilindro o anillo completo. Hasta el momento ya se colocaron 63 anillos.
En el interior de la máquina trabajan entre 30 y 40 operarios, que mantienen a punto la máquina y la mantienen en constante funcionamiento, garantizando la correcta instalación de las dovelas, las cintas transportadoras, el avance de los discos giratorios de corte que perforan la tierra y la salida a superficie de los restos de tierra, entre otras tareas.
Por fuera de la tuneladora, según el ministerio las obras también avanzan. En una planta contigua a la trinchera se continúan fabricando las estructuras de hormigón armado que luego son transportadas hasta el pozo: hasta el momento se fabricaron 1917 dovelas, que corresponden a 248 anillos.
También se avanzó en los trabajos preliminares en 2 de las futuras 8 estaciones subterráneas: Ciudadela y Ramos Mejía. En Ciudadela se realizaron cateos o estudios de suelo para verificar la existencia de interferencias que dificulten las excavaciones, con resultados negativos. También en Ramos Mejía se avanza en la construcción de la estación subterránea, con la instalación del primer obrador.
Por último, a la altura de Villa Luro, donde se hará un segundo obrador en trinchera como el que existe hoy en Haedo para extraer la tierra y proveer de dovelas a la máquina, están en ejecución los estudios del suelo o cateos para detectar interferencias.
¿Cómo se construye el túnel?
Mediante unos fuertes discos giratorios ubicados en el cabezal, la tuneladora perfora la tierra a 22 metros de profundidad. Esa tierra húmeda o tosca que se va excavando se deposita en vagones que la lleva desde el corazón de la tuneladora hasta el exterior, montados sobre rieles.
Una vez que se saca la tierra, hace falta fijar la estructura del túnel. Esto se hace con piezas de hormigón que se fabrican en el mismo predio, en una fábrica cercana al tùnel, y que las coloca la misma tuneladora debajo de la tierra. Las dovelas o piezas de hormigón armado se bajan al pozo con grúas y se ingresan al túnel utilizando vagones.
Una primera ventosa los succiona y los coloca sobre una cinta transportadora, que los acerca a la cabecera de la tuneladora. Allí, una segunda gran ventosa las hace girar y las adosa a las paredes del túnel, donde se terminan de fijar con un producto a base de cemento que también se fabrica en la planta de Haedo.
Hasta el momento ya se colocaron 63 anillos completos –cada anillo está conformado por 8 piezas o dovelas de cemento que se encastran entre sí para formar la estructura cilíndrica por la que dentro de 5 años pasará el tren Sarmiento, beneficiando a más de 200.000 pasajeros diarios. Se trata de un tubo de alrededor de 11 metros de diámetro, por el que pasarán las vías.
Estas piezas de cemento o dovelas se fabrican también en Haedo, en una fábrica especialmente diseñada, a unos 500 metros de la tuneladora.
Detalles de la megaobra
La megaobra que beneficiará a más de 200.000 pasajeros por día e integrará a las 11 localidades a lo largo de la traza entre la ciudad de Buenos Aires y Moreno: se trata de 18 kilómetros de túnel entre Caballito y Castelar y 8 estaciones subterráneas que eliminarán los cruces a nivel y mejorarán el tránsito y el entorno urbano por donde hoy pasan las vías.
El proyecto integral comprende la perforación y el armado del túnel entre Caballito y Castelar, la construcción de nuevas estaciones y de 15 pasos a distinto nivel, el trazado de vías nuevas y del tendido eléctrico subterráneo, todo en un plazo de 5 años. Durante la ejecución de la obra se generarán 10.000 empleos, con una inversión que ronda los 3.000 millones de dólares.
Con la obra terminada, los pasajeros podrán ahorrar hasta 15 minutos de viaje: hoy entre Castelar y Once se tardan unos 50 minutos que pasarán a ser 35. Además, se mejorarán las frecuencias, reduciendo a la mitad la espera entre un tren y otro: de 10 minutos a entre 5 y 6, con capacidad de bajarlas incluso hasta 3 minutos en hora pico. También se ampliará la capacidad de transporte del ferrocarril Sarmiento en un 70%, para que unas 350.000 viajen en forma más cómoda, rápida y segura.
La obra se licitó en 2007, se adjudicó al año siguiente y la tuneladora se instaló en 2011. En los últimos 10 años el proyecto fue anunciado al menos 7 veces, pero la excavación nunca comenzó, hasta hoy.
Además de mejorar el servicio de trenes, la obra contribuirá a agilizar el tránsito y a incrementar la seguridad vial en toda la traza desde Caballito a Moreno, ya que se eliminarán 51 pasos a nivel vehiculares en el corredor de la avenida Rivadavia. También tendrá un impacto urbanístico transformador en las localidades de Ciudadela, Ramos Mejía, Villa Sarmiento, Haedo, Morón, Castelar, Ituzaingo, San Antonio de Padua, Merlo, Moreno y el oeste de la Ciudad de Buenos Aires, ya que volverá a integrar a las ciudades y barrios que hoy están divididos por el tren.
La puesta en marcha del soterramiento forma parte del Plan Integral de Obras para la Red Metropolitana de Trenes que está ejecutando Ministerio de Transporte para transformar la manera de viajar en tren en el AMBA y que más de 10 millones de personas puedan acceder a un transporte público de calidad, más cómodo y seguro, con mejores servicios y frecuencias.
Con una inversión de 14.000 millones de dólares a 2023, este plan mejorará la infraestructura de todo el sistema ferroviario y hará posible la interconectividad de todas las líneas mediante la Red de Expresos Regionales (RER), una red de túneles y de estaciones subterráneas.
También incluye la electrificación de todas las líneas, 3 nuevos viaductos y 120 nuevos pasos bajo nivel, la renovación de vías, sistemas eléctricos y estaciones, más el 100% de la flota completamente renovada. Además, el Plan salda una deuda impostergable en materia de seguridad, ya que incorpora la tecnología de frenado automático en todas las líneas para 2019.