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7 de noviembre de 2025

Los ferrocarriles argentinos en diagnósticos y propuestas del “Plan Larkin” (1962). Una revisión crítica ante el desenlace de los noventa

Nota de Opinión

Por María Alejandra Saus (IHUCSO / UNL – CONICET) (para Crónica Ferroviaria)

Resumen

El Plan de Largo Alcance (1962) o “Plan Larkin” fue un estudio de los transportes argentinos impulsado durante la presidencia desarrollista de Arturo Frondizi. La publicación consiste en diagnósticos y prospectivas sobre la situación de los ferrocarriles, caminos, vías navegables y puertos. Sin embargo, el plan fue muy cuestionado por los trabajadores ferroviarios y, ante el derrocamiento de Frondizi, no fue implementado. 

Las razones del rechazo fueron múltiples: el negativo panorama ferroviario descripto, sugiriendo incluso el cierre de talleres y ramales, la decidida promoción de la industria automotriz, el origen estadounidense del director, entre otras. El objetivo de este artículo es indagar los estudios técnicos y propuestas ferroviarias del plan, para impulsar lecturas alternativas ante los hechos consumados en la década de 1990. 

Introducción

El Plan de Largo Alcance (PLA) –difundido como “Plan Larkin” debido a quien se atribuye la dirección– es un documento técnico redactado por el Grupo de Planeamiento de los Transportes del Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Argentina (figura 1). Fue costeado por organismos internacionales y su impulso tuvo lugar durante la presidencia de Arturo Frondizi (1958-1962). Está compuesto por dos tomos publicados en 1962 con estudios técnicos, planillas estadísticas, gráficos, planos y mapas. 

El PLA consta de un diagnóstico de la situación de los transportes y una proyección del tráfico hacia 1970, cuando terminarían las obras previstas. El primer volumen está dedicado a los transportes terrestres: ferrocarriles y caminos (apéndices I, II y III); el segundo, consagrado a vías navegables y puertos (IV al VIII). Este artículo es un estudio crítico del primer ejemplar debido a nuestra especialización en temas ferroviarios.

Las actuaciones del PLA no fueron ejecutadas tal como habían sido concebidas, debido a conflictos sociales y políticos desatados a causa de las medidas de los ministros de Frondizi para disminuir el déficit fiscal. 

Asimismo, el contexto de producción del plan fue muy controversial. Por un lado, el impulso que el presidente Juan Domingo Perón (1946-1955) había dado a los ferrocarriles estaba empezando a cuestionarse, junto a un modelo de crecimiento que se había estancado. 

Por otra parte, la cuestión de la soberanía nacional, que había sido un pilar del peronismo, comenzaba a discutirse debido al requerimiento de importar insumos y combustibles. En ese marco, Frondizi procuró impulsar el desarrollo de la industria nacional, pero sin excluir al capital extranjero que era considerado un aliado para expandir la economía.

Dado que el PLA había revelado una situación muy desalentadora sobre el estado de los ferrocarriles (brindando argumentos para la privatización de servicios complementarios, la clausura de ramales, el cierre de talleres, la eliminación de playas de maniobras y el despido de personal), se fue instalando un estado de alarma entre los trabajadores y sindicatos ferroviarios. No obstante, este artículo se plantea una pregunta retórica cuya respuesta quedará abierta ya que sólo invita a una reflexión. 

Dado el deterioro con el cual arribaron los ferrocarriles a la década de 1990 y el desenlace negativo plasmado en las medidas del gobierno de Carlos Menem, ¿cabe preguntarse si la racionalización propuesta en el PLA podría haber sido una forma de prolongar la vida del sistema ferroviario, aún a pesar de los recortes que suponía? (Saus, 2016).

El objetivo de este artículo es revisar los fundamentos técnicos del plan, examinando en perspectiva histórica la evidencia empírica que proporciona. La idea es ponderar las acciones que –a pesar de aquella oposición sindical– se efectuaron de todos modos hacia 1990 cuando el deterioro de los servicios llevó al cierre del sistema interurbano de pasajeros y a la concesión fragmentaria de la red de cargas (Waddell, 2009). 

Para ello, nos hemos basado en los argumentos de Ortega (2012) quien advierte que el informe fue injustamente descalificado, ya que las medidas tomadas con posterioridad, al carecer de planificación, tuvieron peores secuelas para el sistema ferroviario. Asimismo, se procura ampliar el tradicional abordaje de la crisis ferroviaria en la Argentina, concibiéndola como un fenómeno global inherente a los cambios tecnológicos del sistema capitalista en un proceso de larga duración marcado por los ciclos económicos o coyunturas técnicas que las infraestructuras van atravesando (Rodriguez, 2013). 

Con esas directrices, se propone examinar el estado de los ferrocarriles según los dictámenes y las proposiciones publicadas en 1962, pero a la luz de los resultados de finales del siglo XX. En las próximas secciones se exploran los siguientes aspectos: contexto histórico de producción del plan, proyecciones de tráfico, diagnósticos y propuestas ferroviarias, culminando con algunas conclusiones que inviten a una posible reflexión sobre el panorama reciente.

Desarrollo

Contexto histórico de producción del PLA

Para entender las premisas que condujeron al presidente Frondizi a demandar la redacción del informe, es necesario identificar el papel que las infraestructuras de transporte tuvieron en el marco de políticas de desarrollo. 

Si acudimos a una escala regional de análisis, es pertinente señalar que América Latina había estado sujeta a un modelo primario-exportador desde la época colonial y luego éste se mantuvo con ciertas inflexiones en los proyectos nacionales de cuño liberal. La preocupación por el desarrollo endógeno surgió recién a mediados del siglo XX, a causa de los efectos de la Gran Depresión y de la Segunda Guerra Mundial cuando se interrumpieron los flujos comerciales y de capital, instaurando esto la urgencia de repensar la vinculación de la periferia con los países centrales. 

El campo intelectual tuvo notable influencia en la definición del concepto de desarrollo y ello fue traducido a un programa político enfocado en la industrialización y la reducción de la dependencia externa (Corzo García, 2017). 

Según ese enfoque, la Argentina experimentaba un constante “estrangulamiento” y ostentaba una elevada inflación debido a un desequilibrio en la balanza de pagos que era resuelto artificialmente a través del monetarismo (de San Román, 2009). Para superar esa situación, los especialistas argumentaban que el país debía impulsar las industrias de base que serían capaces de proveer los insumos críticos que estaban siendo importados. 

Se sugería, entonces, continuar con las exportaciones agrícolas tradicionales, generar beneficios y ahorros e invertirlos en la promoción de otros sectores de la economía. Por otra parte, el capital extranjero no era considerado una amenaza, al contrario, para Frondizi y Rogelio Frigerio –su principal asesor económico– el capital externo contribuiría al proceso de industrialización.

Al situar esas ideas en perspectiva histórica, se vislumbra que la economía argentina ha alternado –y continúa haciéndolo– entre dos programas políticos: el “nacional y popular” y el “neoliberal” (Rougier, 2016). Para el primero, la soberanía económica y la inclusión social son premisas clave, mientras la industrialización por sustitución de importaciones juega un papel central; el segundo modelo confía en las lógicas del mercado y en la apertura al orden mundial, apostando a la exportación de materias primas y a la acumulación financiera. 

Los desarrollistas, en cambio, se enfocaron en una vía intermedia, preocupándose por el deterioro de los términos del intercambio, es decir: la caída de las cotizaciones agropecuarias limitaba el acceso a las importaciones en bienes de capital cuyos precios iban en aumento. Por ello, consideraban clave agregar valor a lo producido y construir infraestructuras para transportarlo. 

Las problemáticas del estancamiento ya habían sido vislumbradas durante el gobierno de Perón y esto se plasmó en la Ley de Inversiones Extranjeras (1953). Además, Ortega (2012) detecta en la política del peronismo una serie de medidas que, según su postura, llevaron a la crisis del sistema ferroviario y a profundizar su decadencia. En primer lugar, señala el reemplazo de los cuadros directivos de las empresas británicas y francesas por actores políticos sin formación especializada. Por otra parte, atribuye a las tarifas bajas la incapacidad del sistema de sostener su productividad en un contexto inflacionario. 

Según este autor, incluso las políticas de promoción del “turismo social” y las migraciones internas habrían sido factores negativos, debido al aumento de la demanda de un ferrocarril sin inversiones. Ello también habría llevado al aumento de la cantidad de personal que pasó de 158.000 empleados en 1947 a 220.000 en 1959, de modo tal que casi todo lo recaudado por tarifas debía destinarse a pagar los salarios. 

El golpe de 1955 dio paso a revisiones más profundas y el gobierno militar convocó al economista Raúl Prebisch quien señaló que el país estaba descapitalizado, la infraestructura destruida, la deuda externa desbordada y la inflación fuera de control. 

Propuso una combinación de métodos, sosteniendo que el despliegue de las industrias básicas iba a fortalecer la economía y a disminuir su vulnerabilidad exterior. Así se escogieron las industrias petroquímica, siderúrgica, metalúrgica, minera, de maquinarias y de vehículos como las prioritarias. Así, las obras de infraestructura, de energía y de transportes eran consideradas indispensables para mejorar la competitividad de las actividades productivas. 

Pero ese programa no se impulsó sin resistencias. El sector sindical cuestionó la ausencia de estrategias redistributivas, porque entendían que mejorar sólo la capacidad de acumulación del excedente podía entrar en conflicto con las reivindicaciones de la fuerza laboral (Corzo García, 2017). 

Ante ese panorama desafiante, en 1958 el secretario de transporte Alberto López Abuín buscó renovar y fortalecer el sistema ferroviario en un plazo prolongado de modernización que no fue del agrado de Frondizi (Coll Cárdenas, 2018). Dados los problemas financieros e inflacionarios del país y presionado por los militares, Frondizi gestionó un pedido de ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) que culminó con el “Plan de Estabilización” de 1959. 

Eso fue sellado con la llegada al ministerio de hacienda de dos representantes de la ortodoxia económica y del liberalismo: Álvaro Alsogaray en 1959 y Roberto Alemann en 1961, quienes sostenían que tres cuartas partes del déficit fiscal eran atribuidas a la empresa ferroviaria. A medida que los estudios avanzaban, la gravedad de los resultados iba conduciendo la idea inicial de modernizar el sistema en forma gradual hacia una racionalización sin atenuantes (Ortega, 2012).

El informe del PLA fue realizado en el período 1959-1962 con financiamiento del Banco Mundial (BM) y a través de las gestiones de Alsogaray. Su dirección se atribuye al ingeniero y militar estadounidense teniente general Thomas Bernard Larkin, autoría no mencionada en la publicación oficial. Ahora bien, el dramático dictamen presentado, la fuente de financiamiento y el origen del director; dieron a los gremios ferroviarios argumentos para su rechazo. 

En general, el BM recomendaba el abandono de líneas deficitarias, postura ratificada en 1961 con la designación del ingeniero Arturo Acevedo como ministro de obras y servicios públicos. Acevedo generaba resistencia en las organizaciones ferroviarias, no sólo por su defensa de la racionalización, sino también porque había sido presidente de la empresa siderúrgica ACINDAR, cuestión que lo posicionaba como defensor de las compañías automotrices. 

Estudio analítico del Plan de Largo Alcance

Figura 1. Portada de la publicación

Fuente: PLA

Proyecciones del tráfico ferroviario

Una vez descripto el panorama histórico, económico y político en el cual se decidió elaborar el plan, nos abocaremos al estudio de aspectos técnicos. Vale aclarar que el PLA fue redactado a partir de datos estadísticos provistos por la Empresa Ferrocarriles del Estado Argentino (E.F.E.A). El informe realiza un estudio de los tráficos de cargas, de pasajeros y sus proyecciones. En cuanto a las cargas, su composición es discriminada por productos transportados, líneas de ferrocarriles y distribución geográfica.

Por su parte, el movimiento de pasajeros se detalla por líneas de ferrocarriles. Se afirma que el tráfico ferroviario consistía casi exclusivamente en el traslado de productos agrícolas para consumo interno y exportación, y de materias primas para ser manufacturadas en los centros industriales. Se afirma que en 1950 se habían despachado 32.732 toneladas, en 1955 unas 27.386 y en 1960 apenas 25.895, lo que evidencia una paulatina pérdida de tonelaje en el traslado de cargas. 

Esta cuestión es atribuida a la desviación del tráfico de recorridos cortos hacia los camiones, debido al deterioro del servicio ferroviario, destacando que su participación se había mantenido en los recorridos medios. 


Más allá del deterioro del servicio ferroviario expuesto como causa de la pérdida de mercancías, también se evidencian efectos propios de las “revoluciones tecnológicas y paradigmas tecno-económicos” (Pérez, 2010). Esto significa que algunos problemas no pueden atribuirse sólo al estado de los ferrocarriles, sino también a lógicas del ciclo económico que utiliza nuevas tecnologías y recursos energéticos, estableciendo quiebres en el avance del progreso técnico. Un ejemplo de ello es la disminución del tráfico ferroviario de combustibles debido a la construcción de oleoductos. También había mermado el traslado de leña, productos forestales y carbón a causa del uso creciente de otros combustibles como el gas. 

Además, a diferencia de Europa donde la mayor parte del tráfico se componía de carbón y mineral de hierro, la composición del tráfico de la Argentina era más susceptible de ser absorbida por los camiones. 

Por otra parte, el programa económico desarrollista no vislumbraba la necesidad de utilizar ferrocarriles como medio de transporte, dado que no se estaba previendo movilizar materias primas (grandes volúmenes - elevado peso - bajo precio) sino productos industriales con valor agregado para los cuales el camión ofrecía mejores prestaciones. 

La previsión de crecimiento basado en la industria pesada no estaba vinculada al tráfico ferroviario ya que las industrias, sus proveedores de materias primas por vía fluvial y sus mercados urbanos se localizaban en el área central en un radio de cortas y medias distancias. 

En suma, según el modelo económico de Frondizi, se esperaba una mayor demanda de infraestructura vial: “Mucho de la futura expansión industrial argentina, se espera que ocurra en productos de la industria pesada, que ahora representan una gran parte del total de las importaciones” (I, p. 21). 

Por su parte, los incrementos en el movimiento de cargas ferroviarias podían estar vinculados al crecimiento de la industria de la construcción. Sin embargo, según el estudio realizado, los tráficos generales no tenderían a aumentar. En la época de su publicación, el informe sostenía que el Ferrocarril San Martín sería perjudicado por la pérdida del tráfico de petróleo, mientras que el Mitre y el Roca, mediando fuertes mejoras, podían beneficiarse por ser grandes transportadores de granos y materiales de construcción. Por su parte, los tráficos de cereales, ganado y cítricos del Urquiza se verían seriamente afectados por la competencia del camión en la medida en que avanzaran las obras viales. 

En el caso del Ferrocarril Belgrano, dada su extensión y diversidad de productos transportados, se proyectaban aumentos y pérdidas equilibrados con incrementos en los granos, vacunos, materiales de construcción y maderas, y disminuciones en carbón de leña, caña de azúcar y petróleo. Asimismo, en el Ferrocarril Sarmiento se esperaba un incremento en lo referente a granos, semillas y vacunos. 

Otro punto que explica la pérdida de cargas por parte del ferrocarril estaba asociado a las regiones productivas y al modo de conservación de algunos cereales. Por ejemplo, para el período 1955-1960 fueron analizados el trigo y el maíz, que destacamos por ser las mayores producciones (6.401 y 3.827 toneladas promedio, respectivamente). 

En el primer caso, el transporte por ferrocarril seguía siendo dominante (48 % de la producción anual). En general, era más barato trasladar el trigo por ferrocarril, porque es una mercancía voluminosa que recorre muchos kilómetros hasta los puertos y requería de una clasificación realizada en estaciones ferroviarias. 

En cambio, en el período señalado, la cosecha de maíz había sido trasladada por ferrocarril sólo en un 24 % debido, entre otros factores, a que gran parte se producía en las cercanías de los puertos del río Paraná, por lo tanto, las distancias eran cortas y se prefería el camión. Además, el maíz demandaba un transporte rápido ya que su precio bajaba por humedad.

En cuanto a los pasajeros de larga distancia, se destaca el tráfico entre las ciudades de Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Mar del Plata. En relación a los viajes suburbanos, estos estaban limitados a las cortas distancias en torno a la ciudad de Buenos Aires y alrededor de otras grandes ciudades. Se hace notar que tras un extraordinario aumento del 164 % del tráfico de pasajeros entre 1946 y 1949, este había vuelto a decrecer. Ese incremento había respondido a una suba en el Producto Bruto Nacional (PBN) que llegó a un tope en 1948 y que no se esperaba que repuntase. 

Ello determinó un período de gran prosperidad y aumento de los viajes, también favorecido por las reivindicaciones sociales del peronismo: el abono del sueldo anual complementario, las vacaciones pagas y las tarifas bajas en los hoteles de turismo. 

En 1959 hubo un pronunciado aumento de viajeros que puede atribuirse a un incremento salarial del 60 %, pero el informe determina que en el futuro la demanda del transporte ferroviario sería menos sensible a los aumentos salariales. Asimismo, afirma que el 80 % de los pasajeros eran suburbanos o de corta distancia. Luego se esgrime un argumento cuestionable, en tanto el plan podría haber establecido las condiciones para evitar la pérdida de pasaje en lugar de plantearlo como un hecho inexorable: “el tráfico de larga distancia no es probable que aumente apreciablemente… porque estará bajo una competencia fuertemente creciente por parte de los automóviles, ómnibus y aviones” (I, p. 13). 

Por otro lado, los traslados de corta distancia también estarían sujetos a la competencia a medida que fueran avanzando las obras viales. En general, la tendencia señalada para los ferrocarriles era perder cargas en las cortas distancias y pasajeros en las distancias largas. Esa tendencia, en parte, explica la posterior fractura de las concesiones de líneas de cargas y la clausura de los servicios interurbanos de pasajeros en la década de 1990 en un contexto de políticas neoliberales que ya no tendrían miramientos.

Diagnósticos y propuestas ferroviarias 

A la fecha de redacción del informe, la red de ferrocarriles argentinos llegaba a 43.228 km. Esa extensión supo ser motivo de orgullo y fue reivindicada por el sector ferroviario al comenzar el cierre de ramales. Sin embargo, es preciso recordar algunos detalles de su construcción original. En primer lugar, no se trató de una red diseñada o dimensionada bajo algún criterio de desarrollo del territorio nacional, a excepción de los ferrocarriles de fomento construidos por el Estado para llegar a las regiones desatendidas por las compañías extranjeras. 

Además, su trazado radial convergente en los principales puertos del área central es una marca de la división internacional del trabajo y del rol periférico de esos ferrocarriles en el modelo agroexportador cuyos alcances estaban siendo revisados por los teóricos desarrollistas. 

En rigor, dicha red estaba constituida por una sumatoria de líneas y concesiones con trazados muchas veces duplicados por cuestiones de competencia privada. Otros tendidos, en las provincias de Santa Fe y Chaco, por ejemplo, respondieron a explotaciones forestales que para la década de 1960 ya se habían agotado. De modo que los kilómetros de la red constituían un dato bastante engañoso a mediados del siglo XX. Asimismo, los ferrocarriles habían sido el único medio de transporte terrestre a gran escala en el siglo XIX, pero tal escenario pasó del monopolio a la especialización de los transportes durante el siglo XX. En ese contexto, con respecto al estado de los ferrocarriles, el informe advierte: “en momentos en que debieran estar preparados para combatir la competencia de otros medios de transporte, están en peores condiciones que en cualquier otra época de su historia” (III, p. 96).

Entre los aspectos negativos detectados se remarcan algunos de orden administrativo, otros referidos a la infraestructura y otros relativos al material rodante. En cuanto a la gestión de los ferrocarriles, se destaca la falta de calificación de los gerentes y su vínculo circunstancial con la política. 

Eso lleva a sugerir cambios a fin de lograr una organización semejante a la de una empresa privada. También son observados otros aspectos como la pervivencia de cuestiones legales que reglamentaban el régimen de concesiones previo a la nacionalización. Entre otras medidas correctivas, el informe sugiere establecer una administración formada sólo por cuatro gerentes: uno para la trocha media, otro para la angosta y dos para la ancha. 

El texto también describe irregularidades operativas en relación a los trenes de carga: horarios incumplidos, demoras en las playas de clasificación, falta de diagramas en el armado de las formaciones, paradas en todas las estaciones, gran número de pequeñas playas intermedias que retrasaban el movimiento del tráfico, entre otras. Además, se hace referencia a incrementos en los gastos de explotación, número de empleados y salarios; contrapuestos a la disminución de la productividad del personal, con el agravante de haberse mantenido las tarifas congeladas. 

El estado de las infraestructuras provee indicadores de obsolescencia que se combinan con baja densidad del tráfico en algunas líneas cuyo mantenimiento resultaba, entonces, mayor a sus dividendos. En cuanto a los talleres, se afirma que habían sido erigidos por empresas distintas y ya no se justificaban, además eran anticuados porque habían sido construidos para locomotoras y equipos a vapor con procesos de mantenimiento diferentes a los diéseles. 

En relación a las playas de maniobras el texto asevera que era excesivo efectuar operaciones en 190 lugares. En Buenos Aires, cada uno de los ferrocarriles de trocha ancha tenía su propia playa de clasificación. En Rosario se advierte la existencia de “una colección de playas pequeñas, ninguna de las cuales es de tamaño suficiente para recibir todos los vagones…”  (III, p. 43). 

En cuanto al material tractivo, y a pesar de los esfuerzos de dieselización, la mayoría de las locomotoras seguían siendo a vapor y tenían más de 45 años. Se remarca que más del 50 % de las locomotoras diésel estaban fuera de servicio por malas prácticas en relación a la provisión de repuestos y deficiencias en los talleres de reparaciones. Tanto el material rodante para cargas como para pasajeros se describe en “condiciones deplorables”, especificando los componentes del equipo, las condiciones y la antigüedad. En general, según el informe, el estado de los ferrocarriles era tan lamentable que sólo la falta de otros medios de transporte, la ausencia de caminos pavimentados en días de lluvia y las tarifas bajas podían justificar su demanda. 

En cuanto a los trenes de pasajeros de larga distancia se subrayan desventajas en los servicios interurbanos con una velocidad media que rara vez superaba los 60 km/h. El número de paradas se describe como excesivo y el tiempo medio de los trenes detenidos era elevado también a causa de las encomiendas. Se ofrecía como solución la separación funcional de trenes locales y directos, y el reemplazo de pequeñas playas de clasificación por grandes espacios estratégicos. En relación a los servicios suburbanos del Gran Buenos Aires, el problema señalado consistía en la existencia de diferentes estaciones para todos los servicios. Ello había impulsado proyectos para una nueva estación única o un túnel entre las estaciones Retiro y Constitución. 

Ahora bien, los detalles negativos del diagnóstico impulsan viejos interrogantes en el PLA: “en tales circunstancias y antes de embarcarse en enormes gastos de capital… ¿Son en realidad indispensables los ferrocarriles en el moderno sistema de transporte de la Argentina?” (III, p. 21). En consecuencia, el plan estudia la opción de transferir parte del tráfico a la red de carreteras proyectada, a excepción del área de Buenos Aires que podía congestionarse. Pero, en general, “la especial situación de los transportes ferroviarios ha impuesto que… se llevase a cabo una detallada investigación para decidir sobre el abandono de líneas ferroviarias improductivas y su sustitución por caminos” (II, p. 1).

La opción de abandonar el sistema por completo impulsó algunas reticencias. Preocupaba el mayor costo del tráfico de cargas por camión y, también, los costes de abandonar los ferrocarriles sabiendo que las obras viales tardarían años en concretarse. Además, el destino del personal ferroviario era otro aspecto negativo del abandono de los ferrocarriles, debido a su notorio coste social. Asimismo, se perdía la competencia y su rol en la definición de tarifas. 

Tras el balance, se concluye: “pese al estado sumamente deficiente de los ferrocarriles y a los enormes gastos que indudablemente se requieren para rehabilitarlos, estos son y deben continuar siendo un factor esencial en la solución de los problemas de transporte de la nación” (III, p. 29).

Empero, para establecer una red ferroviaria eficaz debían seguirse indicaciones que fueron controversiales. El informe advertía que la longitud de la red era excesiva. En general, el criterio seleccionado para la eliminación de líneas derivaba de la relación productividad/gastos directos. Es decir, se planteaba suprimir las vías deficitarias, a excepción de aquellos ramales improductivos que eran alimentadores de líneas troncales. 

Tras realizar otras ponderaciones se sugiere preservar una red ferroviaria de 29.128 km, de los cuales 4.990 km debían ser objeto de futuros estudios, destinando todos los esfuerzos sólo a la modernización de esa red. De ese modo, se pretendía eliminar 14.100 km de vías (figura 2). Teniendo en cuenta que las estimaciones de ramales operativos tras las concesiones y clausuras del gobierno de Menem rondan entre los 11.000 y 17.000 km (Transporte Ferroviario, 2024; Pagano, 2016; Felder, 2000), podría afirmarse que la conservación planificada en 1962 (casi 30.000 km), aún con sus dramáticos efectos, ofrecía un mejor panorama que el presentado de hecho 30 años después.

Figura 2. Comparación red ferroviaria existente y proyectada.

Fuente PLA

En relación a los talleres y en orden de prioridad se indicaba trasladar los trabajos y cerrar las siguientes instalaciones, en tres etapas: 1. San Antonio Oeste, Villa Diego, Strobel, Libertad, Santa Fe, La Plata; 2. Liniers, Rosario; 3. Laguna Paiva, Temperley, San Cristóbal y Cruz del Eje; lo que implicaba una reducción de 28 a 16 talleres. Derivada de la supresión de talleres, se estimaba una reducción del personal de 31.079 a 12.650 empleados. Finalmente, como un presagio de los conflictos sociales y políticos que se desatarían como respuesta a las medidas descriptas, el informe concluye con la siguiente frase:

Será necesario que todos los interesados reconozcan muchos hechos desagradables, lo que indudablemente causará desilusiones y resentimientos en algunos sectores. Probablemente surgirán numerosos problemas en las relaciones con las provincias, regiones y comunidades; sin embargo, si se desea lograr pleno éxito y crear una empresa viable, no vemos otra alternativa que encarar un programa tan formidable como el que hemos presentado en este informe (III, p. 100).

Conclusiones

Para concluir este artículo se pueden realizar algunos balances con la intención de aportar algo de moderación a los apasionados debates político-ideológicos que suelen envolver a la historia de los ferrocarriles argentinos. 

En principio, siempre será legítimo plantear una discusión acerca de preguntas incómodas: ¿los ferrocarriles deben adecuarse a un modelo de eficiencia empresarial o responder a premisas estatales de interés social? ¿Están llamados a reconectar y desarrollar territorios despoblados o solo deberían construirse allí donde exista una demanda de pasajeros sustantiva? ¿Debe el Estado soportar su déficit en función de beneficios sociales indirectos o sólo concentrarse en lograr beneficios económicos directos? ¿Las políticas públicas deberían responder a la perspectiva de las empresas o al enfoque de los usuarios? Esos interrogantes podrían ser discutidos por los lectores y es muy probable que no haya consenso.

En lo concerniente a las ideologías dominantes en la Argentina durante las décadas del 1950 y 1960 puede advertirse que los ferrocarriles habían respondido a un modelo económico agroexportador que debía revisarse, sobre todo ante la dependencia externa que estaba obturando un salto cualitativo. Los teóricos del desarrollo entendían que debían impulsarse nuevos sectores industriales para lograr cierta autonomía en la demanda de insumos y combustibles, incrementando también el valor agregado de los productos. Además, ante las innovaciones tecnológicas, los trenes ya no serían el único medio, debiendo en cambio impulsarse una reconversión competitiva: largas distancias, grandes volúmenes, elevado peso para los trenes de cargas; medias-cortas distancias y manufacturas para los camiones. 

En cuanto a los pasajeros, sólo se veía futuro en los trenes de cercanías y el tiempo lo ha ratificado. Con esas premisas fueron ideadas las sugerencias del informe y en ese contexto deberían juzgarse. 

En cuanto a los dictámenes sobre la situación de los ferrocarriles, los resultados publicados en 1962 son tan alarmantes que resulta difícil imaginar posibles alternativas a las intervenciones planeadas. 

Asimismo, se entienden los costos políticos implicados en la potencial ejecución del plan y se comprende, también, que recién en la década de 1990 estuvieran dadas las condiciones para concretar las actuaciones más desafortunadas. En relación a la propuesta de reducción de ramales y talleres, las medidas implementadas por el presidente Menem llevaron a la red a una reducción mucho más dramática que la que habían propuesto los técnicos del Plan de Largo Alcance. En ese marco, podría especularse acerca de mejores condiciones de arribo de los ferrocarriles al ocaso del siglo XX, en caso de que se hubieran ejecutado las medidas del plan.  

Referencias

Coll Cárdenas, M. (2018). El Plan Larkin visto desde los editoriales y notas de los diarios La Nación y El Argentino de La Plata. Actas de Periodismo y Comunicación, 4, (3), 1-11. http://perio.unlp.edu.ar/ojs/index.php/actas  

Corzo García, R. (2017). Latinoamérica: entre el desarrollismo endógeno y el subdesarrollismo exógeno. Temas Sociales, 40, 47-70.

De San Román, P. (2009). Conflicto político y reforma estructural. La experiencia del desarrollismo en Argentina durante la presidencia de Frondizi (1958-1962). Documentos de Trabajo N°6. Instituto de Estudios Latinoamericanos, Universidad de Alcalá, 1-42. 

Felder, R. (2000). La Privatización de los ferrocarriles en Argentina: el nuevo rol del Estado. Tesis de Maestría de la Universidad de Buenos Aires. 

Grupo de Planeamiento de los Transportes. (1962). Transportes Argentinos. Plan de Largo Alcance. Ministerio de Obras y Servicios Públicos. 

Ortega, F. A. (2012). Modernización, racionalización, militarización. Políticas de Frondizi ante la crisis ferroviaria argentina (1958-1962). Ponencia presentada en el VI Congreso de Historia Ferroviaria, Vitoria Gasteiz, España.

Pagano, F. A. (2016). La privatización y desguace del sistema ferroviario argentino durante el modelo de acumulación neoliberal. Universidad Nacional de Cuyo. 

25 de octubre de 2025

Santa Fe: Nostalgia ferroviaria: la valiosa ayuda del tren en la inundación de 1940

Historia Ferroviaria

Las empresas del FF.CC pusieron a disposición un centenar de vagones adaptados para evacuados de los sectores ribereños. Por aquellos tiempos, el río Paraná superaba los 5 metros en la región. Un año lluvioso con consecuencias en la creciente ciudad.

Hablar del ferrocarril en Santa Fe es mencionar una rica historia que comenzó hacia fines del siglo XIX y se extendió por todo el XX, hasta su triste decadencia en las décadas de 1980 y 90.

La figura del tren marcó a fuego la comunidad local y provincial, con miles de pasajeros y cientos de empleados ferroviarios.

Este pequeño preámbulo, viene a cuento para introducir el recuerdo de una valiosa ayuda del ferrocarril a la sociedad santafesina afectada por la crecida del río, en los años 40.

La hidalguía de aquellos días de enero de 1940 quedó marcada por la prensa local, El Litoral incluido. Como huella imborrable de la significancia del FF.CC en el entramado de la ciudad.

100 vagones

“Los ferrocarriles con acceso a Santa Fe, le han cedido ya 125 vagones cubiertos de los cuales 50 el F. C. Central Norte, 50 el F.C. Central Argentino y 25 el F.C. Santa Fe. Estos vagones han sido colocados en vías muertas, muchos de ellos en las proximidades del puesto X del F. C. S. F. y de la Sociedad Rural, y otros en el Sur, cerca de la estación del Central Argentino”, explicó El Litoral.

“También Guadalupe se estableció un campamento de inundados con los vagones cedidos por el Central Norte”, agregaba el vespertino.

Para ese entonces, el río Paraná alcanzaba los 5,21 mts en el puerto y la cantidad estimada de familias afectadas por la crecida llegaba a unas 200 familias, según crónicas periodísticas de aquel entonces.

La altura del río llegó incluso a los 5,30 mts y los evacuados permanecieron por unas semanas alojados en los vagones ferroviarios.

Al cauce le tomó varias semanas bajar a niveles que permitan desalojar los refugios transitorios. También hubo anegaciones y cortes de ruta, sobre todo hacia las localidades costeras.

Año lluvioso

En un “Memorias de Santa Fe” de 2023 titulado “Fuertes tormentas y sus consecuencias sobre la capital santafesina de los años '40” se recordó que ese mismo año, además de la creciente del río, tuvo meses muy lluviosos.

“En enero habían llovido más de 160mm, en abril 125 mm, siendo regulares las lluvias en los restantes meses. Hasta septiembre se registraron 1000 mm en la ciudad y en los meses posteriores se sumaron 200 mm. Aunque el año más lluvioso, hasta ese momento, había sido 1914 con 1838 mm, de los cuales, insólitamente, habían caído 700 mm en el mes de abril”, asegura la nota de Mariano Rinaldi.

Y sumaba la nota que las tormentas de esos días provocaban inconvenientes urbanos. “El parque Garay se encontraba anegado, especialmente Santiago del Estero que conducía al lago principal y su fuente artística. El reciente Parque Sur, inaugurado ese mismo año, sufrió violentos episodios de ráfagas de viento sobre sus recientes calzadas y canteros”, rememoraba.Fotos y texto:ElLitoral.com

20 de octubre de 2025

La Unión Ferroviaria insiste: Las demoras y cancelaciones en la Línea Sarmiento son culpa del Gobierno de Milei

Gremiales

A través de un comunicado, la seccional oeste del gremio pidió que las personas usuarias no descarguen su ira por las interrupciones con trabajadores ferroviarios. “Hay parches que se hacen en hora pico para reducir los costos que implican los trabajos nocturnos”, afirmaron.

“Queremos contarles que la responsabilidad por las demoras y cancelaciones en la línea es de la empresa y del ajuste que Milei está aplicando en el tren Sarmiento”.

La Unión Ferroviaria seccional Oeste salió a explicar públicamente a qué se deben los inconvenientes que viene registrando el servicio desde hace varios días, con permanentes reportes de suspensiones y cancelaciones.

Según detalló el gremio conducido por Rubén ‘Pollo’ Sobrero, la semana pasada se incendió una cabina de señales, motivo por el cual se registran problemas en el sistema de señalamiento, principalmente en Caballito. “Es tan antiguo que es casi imposible conseguir repuestos de las señales dañadas”, indicaron.

En paralelo, afirman que hay demoras por trabajos ‘parches’ que “se hacen en hora pico para reducir los costos que implican los trabajos nocturnos”. “Todo esto es fruto de la desinversión de décadas y que este gobierno ha venido a profundizar”, aseveraron en un comunicado público.

“Las consecuencias las sufren los pasajeros con un mal servicio y también las y los ferroviarios, que trabajamos en condiciones muy malas y con salarios de hambre que ha generado que casi 400 compañeros se fueran con retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas para probar suerte en otro lado”, completaron en el texto.

Asimismo, pidieron que la bronca de los usuarios “no debe recaer sobre el personal ferroviario”. “Todos somos víctimas de este vaciamiento”, finalizaron, al tiempo que pidieron “basta de ajuste en el ferrocarril”.PrimerPlanoonline.com

3 de octubre de 2025

En lo que va del año 2025 el CENACAF capacitó a 2.413 trabajadores ferroviarios

Capacitación Ferroviaria

Redacción Crónica Ferroviaria

La empresa estatal Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado informa que en el marco de la Emergencia Ferroviaria, el Centro Nacional de Capacitación Ferroviaria (CENACAF) reportó un crecimiento histórico en su actividad formativa durante los primeros nueve meses del año 2025. 



Según los últimos datos consolidados, entre el 01 de Enero y el 30 de Septiembre de este año, un total de 2.413 empleados ferroviarios participaron en los programas de capacitación, lo que representa un incremento del 168% frente a los 902 participantes registrados en el año 2023, y un crecimiento del 48% en comparación con el mismo período de 2024.

El detalle por áreas formativas, muestra un desempeño destacado en todas las categorías: los Cursos Técnicos alcanzaron a 630 participantes, las Jornadas especializadas a 587, la formación en Máquinas de Izaje a 373 trabajadores, y los Simuladores a 823 personas. En total, se impartieron 263 cursos con 3.271 horas de formación, demostrando una intensa actividad del organismo rector de la capacitación ferroviaria nacional.

Este crecimiento resulta aún más significativo al analizar la formación estrictamente técnica vinculada a la seguridad operacional. La suma de participantes en Cursos Técnicos y Simuladores evidencia un aumento del 157% en comparativa con 2023 y del 65% respecto al mismo periodo de 2024, reflejando el cumplimiento de los objetivos establecidos en el marco de la Emergencia Ferroviaria. En cuanto a la carga horaria total, se registra un incremento del 17% respecto a las 2.802 horas de 2023.

30 de septiembre de 2025

La Fraternidad: "Ferrocarriles: La Tragedia Evitable"

Gremiales

Redacción Crónica Ferroviaria

El sindicato "La Fraternidad" (Conductores de Trenes) emitió en el día de hoy un comunicado en la que informa que los ferrocarriles podrían ser recuperados operativamente, explotando el capital contenido en sus miles de hectáreas, propiedades y edificios "fuera de uso".

También, manifiesta el comunicado que "la clase política en su conjunto, en vez de impulsar mejoras solo se ha dedicado a enajenar las propiedades ferroviarias para sus proyectos personales, demostrando poco interés en un proyecto nacional de desarrollo, siendo que los terrenos ferroviarios son propiedad fiscal de la República".

Además, dice que los "trabajadores insistimos que los ferrocarriles no son deficitarios, que pueden ser recuperados en "desuso", tanto para la recuperación de su infraestructura de vía como tractiva y remolcada, para brindar más y mejores servicios a la comunidad".

"En vez de esto, suspenden servicios, desmantelan la infraestructura, saquean tierras y propiedades, y el país se queda sin trenes, mientras el organismo que debiera administrarlos se convierte en una gran inmobiliaria", expresa contundentemente el gremio ferroviario.

Asimismo, dicen que es "un desmantelamiento que tiene responsables directos entre los que intentan rematar los bienes ferroviarios nacionales, despojando a la Argentina de una herramienta logística insustituible".

"Los trabajadores denunciamos la mentira de los políticos municipales, provinciales y nacionales que desmantelan los ferrocarriles que son propiedad federal y al Ejecutivo Nacional por el vil desmanejo y destrucción de los Ferrocarriles Argentinos.", 

Por último, expresan que "la opinión pública ¿tomó conciencia que el transporte ferroviario no es reemplazable?

17 de septiembre de 2025

Trenes Argentinos: Una pulseada entre la rentabilidad y la conectividad estratégica

Actualidad

Si bien se había anunciado su privatización, todavía no hubo avances porque no es atractiva para las empresas privadas. Según el investigador Ariel Filadoro, la discusión no puede reducirse a si da ganancias o no, sino a qué tipo de servicios se quieren sostener y con qué objetivos.

En el marco del proceso de privatizaciones de empresas públicas que se abrió, Trenes Argentinos se convirtió en uno de los casos más difíciles de resolver. La compañía estatal, que gestiona servicios ferroviarios urbanos, regionales y de larga distancia, aún no tiene una hoja de ruta definida para su traspaso al sector privado.

La falta de avances concretos se explica por dos factores principales: el congelamiento tarifario y los altos costos operativos. Aunque desde diciembre de 2023 se redujo el personal de planta en más de 3.000 puestos, la empresa cuenta con más de 21.000 trabajadores y continúa operando con déficit. En lo que va del año, el Estado transfirió más de $260.000 millones a Trenes Argentinos entre subsidios operativos e inversión en infraestructura. Aun así, informes del Congreso la ubican entre las empresas estatales con menor cobertura de gastos propios, una señal que ahuyenta el interés de potenciales operadores privados.

Frente a este escenario, el Gobierno comenzó a explorar esquemas intermedios, como concesiones parciales, donde el Estado mantendría el control de los activos estratégicos, mientras que el sector privado operaría la infraestructura bajo ciertos acuerdos. La idea parece más viable en sectores como el agroexportador, donde el transporte de cargas a gran escala podría generar incentivos. 

En paralelo, se despliega un plan de 226 obras ferroviarias con el objetivo de modernizar parte del sistema y mejorar la seguridad. Entre los trabajos más avanzados están la instalación del sistema de frenado automático en las líneas San Martín, Sarmiento y Mitre; la renovación de vías en los ramales La Plata (línea Roca) y Tigre (línea Mitre); y la mejora del señalamiento en Retiro, una deuda de larga data. También se impulsa el desarrollo de tecnología nacional con componentes como un nuevo tercer riel de aluminio.

Además, el Gobierno acaba de prorrogar el contrato de concesión que habilita a Ferrosur Roca Sociedad Anónima a operar la línea General Roca dentro de la Red Ferroviaria Nacional hasta el 10 de septiembre de 2026 o hasta que se concrete un nuevo proceso de convocatoria para adjudicar la explotación del sector ferroviario correspondiente. 

Pero mientras las obras avanzan, la cobertura de muchas zonas retrocede. En distintas regiones del país, los trenes dejaron de operar o funcionan de forma muy limitada, afectando especialmente a pueblos y localidades del interior que dependían de estos servicios para acceder a centros urbanos, hospitales o espacios de estudio y trabajo. En algunos casos, la interrupción fue total; en otros, los horarios se redujeron a lo mínimo indispensable. Así, el tren en tanto servicio público se retira del territorio, dejando una red de vías sin uso y comunidades cada vez más aisladas.

En ese contexto, una pregunta de fondo vuelve a aparecer: ¿el tren debe ser un negocio rentable o un servicio estratégico de conectividad?

El investigador de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) Ariel Filadoro plantea que la discusión no puede reducirse a si el tren da ganancias o no, sino a qué tipo de servicios se quieren sostener y con qué objetivos.

En el caso de los trenes urbanos, como los que circulan en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), la rentabilidad no puede ser el criterio principal. Estos sistemas son deficitarios en casi todo el mundo, y dependen estructuralmente del aporte estatal. "En muchas ciudades, la tarifa que paga el usuario está muy por debajo del costo real del servicio", explica Filadoro. Por eso, la mayoría de los países elige subsidiar el transporte urbano de manera sostenida, considerando su impacto en la movilidad, la seguridad vial y el medio ambiente.

Las concesiones impulsadas en los '90 dejaron lecciones claras: operadores privados que no pudieron sostener el servicio, falta de inversiones, deterioro progresivo de la infraestructura y tarifas imposibles de ajustar sin un costo social alto. “Las inversiones ferroviarias necesitan horizontes largos de amortización, algo que no encaja bien con el corto plazo que buscan las empresas privadas para recuperar su capital”, señala Filadoro.

Cuando se mira a las distintas provincias, la discusión cambia. Muchos de los servicios de pasajeros interurbanos que se desactivaron en los últimos meses ya funcionaban con baja ocupación y altos niveles de subsidio por pasajero. Según Filadoro, en estos casos hay que dejar de lado el romanticismo y preguntarse qué alternativas son realmente más eficientes para garantizar conectividad. 

"El ferrocarril tuvo un rol central en el desarrollo territorial durante el siglo XIX y parte del XX, cuando no existían otras opciones. Pero hoy, con el avance del modo carretero, sus beneficios se restringen a ciertos usos específicos. En muchos trayectos, incluso desde el punto de vista social, hay alternativas mejores", explica.

En el caso del transporte de cargas, el potencial está, pero con condiciones: debe tratarse de volúmenes grandes, en trayectos largos (superiores a los 300 kilómetros) y con destinos bien conectados, como los puertos o grandes centros urbanos. De lo contrario, el camión sigue siendo más competitivo, más rápido y más flexible.

Entonces, ¿cómo decidir qué ramales priorizar? La respuesta no está en la rentabilidad inmediata, sino en el equilibrio entre demanda real, impacto social y disponibilidad de recursos públicos. Según Filadoro, "en el AMBA nadie duda de la importancia del tren como herramienta de movilidad. El problema está en sostener servicios donde la demanda es baja o incierta. Muchas veces se anuncian proyectos sin estudios serios, guiados más por intenciones políticas que por evaluaciones técnicas".ElAuditorinfo.com

21 de agosto de 2025

FASE lanzó nueva plataforma de capacitación para trabajadores del sector

Capacitación Ferroviaria

Redacción Crónica Ferroviaria

La empresa Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado informa que lanzó una plataforma en línea https://capacitaciones.fase.gob.ar del Centro Nacional de Capacitación Ferroviaria (CENACAF), con el objetivo de fortalecer la formación del personal del sistema ferroviario, mejorar la seguridad operacional y la incorporación de nuevas tecnologías.

En este sentido, se desarrolló un campus virtual donde estará el contenido de los cursos que dictará el CENACAF durante el 2025 y que fueron definidos en la Propuesta Formativa que ya se encuentra disponible en la web.

De esta manera, los trabajadores del sistema podrán formarse en diferentes categorías, tales como Transporte/Tráfico; Material Rodante; Infraestructura; Señalamiento; Electrificación; Comunicación y Electrónica; Informática Aplicada; Habilidades de Gestión y Habilidades Específicas.

En dicha plataforma, los empleados ferroviarios que vayan a capacitarse van a contar con presentaciones de los temas a tratar, videos de los instructores a cargo y documentos con información técnica. Además, se realizarán clases vía Zoom dictadas por los instructores de los cursos.

A su vez, desde que se dictaminó la Emergencia Ferroviaria, el CENACAF capacitó a 3092 empleados y realizó 336 cursos, lo que marca un incremento del 75 y 41 por ciento respectivamente en comparación con el mismo periodo de los años 2023/2024.

Asimismo, la web cuenta con un espacio dedicado al Centro Nacional de Desarrollo e Innovación Ferroviaria (CENADIF), el cual impulsa el avance de soluciones tecnológicas, contando con un equipamiento y laboratorio propio en donde se realizan trabajos de ingeniería inversa, desarrollos novedosos para el sector, análisis químicos, caracterización de metales y polímeros, normas técnicas, entre otras tareas.

13 de agosto de 2025

Proyecto de Ley para que se Derogue el Régimen Especial de Jubilación y Pensiones Establecido para los Trabajadores de Ferrocarriles

Proyecto de Ley

Redacción Crónica Ferroviaria

Se encuentra en la Comisión de Transporte de la Honorable Cámara de Diputados un Proyecto de Ley solicitando la Derogación del Régimen Especial de Jubilación y Pensiones Establecido para los Trabajadores de Ferrocarriles.

Dicho trámite recayó en el Expte. 4343-D-2025 del 12 de Agosto de 2025, siendo el firmante de dicho Proyecto de Ley el Diputado Nacional: Gerardo Milman (PRO - Buenos Aires).

Fundamentos

El régimen especial de jubilación para los trabajadores ferroviarios en Argentina no está contenido en una única ley nacional específica y moderna, sino que proviene de una serie de normas, decretos y disposiciones históricas que regulaban al personal ferroviario, muchas de ellas anteriores a la unificación del sistema previsional con la Ley 24.241 (Sistema Integrado Previsional Argentino).

Dicho régimen especial de jubilación para los trabajadores de ferrocarriles fue implementado en un contexto histórico donde la actividad presentaba condiciones laborales de riesgo y siniestralidad que justificaban un acceso anticipado a la jubilación.

Con la modernización del sector ferroviario y la mejora de las condiciones laborales, las razones que justificaron el establecimiento de este régimen especial han perdido vigencia.

Mantener esta diferenciación en el régimen previsional genera desigualdades frente a otros trabajadores y ejerce una presión adicional sobre el sistema previsional nacional, que ya enfrenta desequilibrios estructurales.

La derogación propuesta apunta a unificar el régimen previsional bajo el Sistema Integrado Previsional Argentino, garantizando la igualdad, la sustentabilidad financiera y la justicia distributiva, sin afectar los derechos adquiridos de quienes ya están jubilados bajo el régimen especial.

21 de julio de 2025

ADPFA: Plenario Nacional de Delegados y Delegadas "Héctor Recalde"

Gremiales

Redacción Crónica Ferroviaria

Con el título de "Construcción colectiva y compromiso sindical", la Asociación del Personal de Dirección de los Ferrocarriles y Puertos de Argentinos, mediante un comunicado, expresa que el pasado día jueves 17 de Julio de 2025 realizó su Plenario Nacional de Delegados y Delegadas de Personal, donde, según la APDFA, fue un espacio clave para el fortalecimiento de las políticas sindicales de cara a los meses venideros.

En la fotografía se observa (a la derecha) el Secretario General de la APDFA, Ing. José Adrián Silva, (a la izquierda) el Secretario General Adjunto de la APDFA, Osvaldo Etchegaray

El encuentro, que reunió a representantes gremiales de todo el país, se llevó a cabo en la amplia y renovada Seccional Roca, ubicada en los históricos talleres ferroviarios de Remedios de Escalada, y fue denominado “Héctor Recalde” en homenaje al destacado abogado laboralista, figura fundamental en la defensa de los derechos de las y los trabajadores argentinos.

Vista de los delegados y delegadas presentes al plenario nacional de la APDFA

Durante la jornada, las delegadas y los delegados abordaron temas centrales para el desarrollo gremial, compartieron realidades locales y trazaron líneas de acción comunes que refuercen la unidad y la representatividad de nuestra organización.

Participaron delegados y delegadas en representación de las y los afiliados de las siguientes empresas ferroviarias:

ADIFSE, SOFSE Central, SOFSE Línea Sarmiento, SOFSE Línea Roca, SOFSE Línea Belgrano Sur, SOFSE Línea San Martín, SOFSE Línea Mitre, SOFSE Tren de la Costa, Metrovías Línea Urquiza, Ferrovías Línea Belgrano Norte, BCyL Línea San Martín, BCyL Línea Urquiza, BCyL Tucumán, NCA, Ferrosur Roca y FASE.

Como cada año, este plenario reafirma el compromiso de APDFA con la participación democrática, el trabajo federal y la defensa de los derechos de sus afiliados. La realización en la sede de la Seccional Roca, corazón ferroviario de Remedios de Escalada, simboliza además la vocación de encuentro y construcción colectiva que caracteriza al sindicato.

16 de julio de 2025

Bahía Blanca: La estación de trenes quedó sin personal y bajo custodia policial

Actualidad

La Estación Sud de Bahía Blanca se encuentra actualmente sin empleados y bajo vigilancia de la Policía Federal, luego de que se concretaran los despidos del último grupo de trabajadores que se desempeñaban en el lugar. Frente a esta situación, representantes del ámbito ferroviario presentaron reclamos formales ante el Municipio, el Concejo Deliberante local y Trenes Argentinos, exigiendo medidas urgentes para asegurar la conservación del histórico edificio.

Eduardo Matarazzo, integrante de la Comisión Ferroviaria Regional Sur, manifestó su descontento: “La estación fue cerrada por completo. Lo veníamos anticipando y finalmente ocurrió: fue una muerte anunciada”.

Según el medio local, CafexMedio, el ferroviario también expresó su temor por un posible deterioro del inmueble ubicado sobre la Avenida Cerri, y advirtió que en muchos casos similares los bienes ferroviarios terminaron siendo abandonados o saqueados. Según relató, desde hace unos diez días solo permanece en el lugar una guardia mínima de la Policía Federal.

Pese a haber sido declarada monumento histórico nacional en 2014, la Estación Sud dejó de tener actividad operativa tras el retiro del jefe de estación José González y la cesantía de 17 trabajadores. Aun con su valor patrimonial reconocido, hoy el edificio permanece cerrado y sin funciones asignadas.

Matarazzo cuestionó fuertemente el accionar del gobierno nacional respecto a la política ferroviaria: “Este gobierno no tiene interés, esperar algo de su parte sería milagroso”. No obstante, propuso alternativas para reactivar el espacio y evitar su deterioro, como reconvertirlo en un centro cultural o museo, al estilo de lo hecho en Sierra de la Ventana.

Por otro lado, señaló la relevancia de una iniciativa presentada en el Senado bonaerense, que plantea la creación de una Operadora Ferroviaria Provincial. Esta empresa estatal buscaría recuperar y ampliar los servicios ferroviarios dentro del territorio bonaerense, promoviendo un sistema más eficiente, seguro y sustentable.

Sin trenes desde Diciembre de 2023

Desde marzo de 2023, la ciudad de Bahía Blanca no cuenta con servicio de trenes, luego de que una formación descarrilara en las cercanías de Olavarría. A pesar de los trabajos realizados en las vías, el servicio nunca fue restablecido.

Inversión en riesgo

Cabe recordar que en 2022, la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF) destinó 1,3 millones de dólares para refaccionar los techos, la planta baja y la fachada del edificio. Pero con la estación cerrada y sin actividad, crece el temor de que toda esa inversión y valor patrimonial queden en riesgo. (InfoGEI)Ac

3 de junio de 2025

Comenzaron a llegar los telegramas de despido de los trabajadores ferroviarios del ramal General Guido - Divisadero de Pinamar

Despido de Personal

Desde el viernes pasado, 30 de Mayo, trabajadores ferroviarios del ramal ferroviario General Guido – General Madariaga – Divisadero de Pinamar de la Línea Roca, comenzaron a recibir telegramas de despido, confirmando el cierre del servicio y su desvinculación de Trenes Argentinos Operaciones.

Según detalló el portal Mensajero de La Costa, la empresa argumenta que la medida se enmarca en una reestructuración general dispuesta por el Estado Nacional, citando los decretos 525/2024 y 526/2024. Los telegramas aseguran que los haberes e indemnizaciones serán liquidados según la Ley de Contrato de Trabajo.

La noticia, que ya se vislumbraba desde mediados de mayo con propuestas de reubicación sin viáticos, se concretó hoy con el envío formal de las notificaciones.

Cerca de 50 trabajadores quedarían sin empleo, en un nuevo golpe para las familias ferroviarias de la región y en medio de un contexto de fuerte ajuste y recorte de servicios públicos.FMLaMarea.com

27 de mayo de 2025

Cuántas horas tarda el tren que va desde Tucumán a Buenos Aires: Radiografía de un viaje eterno

Actualidad

En la noche del lunes, en Telenoche ( Canal 13) presentaron un informe en el que mostraron todo lo que el pasajero vive cuando emprende un viaje en tren desde Retiro hasta llegar a la estación Mitre en Tucumán.

La experiencia combina un notable ahorro económico y un extremo ejercicio de paciencia. Desde el momento en que se intenta sacar los pasajes, la gente debe realizar largas filas en la Estación Mitre o esperas en la web para obtener los tickets a bajo costos si lo comparamos con los boletos de ómnibus o avión.

Después, una vez arriba de los coches de pasajeros, hay que prepararse para viajar durante 32 horas.

Estación Tucumán de la Línea Mitre

Durante ese casi día y medio de experiencia en tren, los pasajeros tratan de dormir el mayor tiempo posible, conectarse a la web con el celular cuando se atraviese algún pueblo con antena.

Hay que reconocer que la travesía tiene ciertos aspectos positivos como lo son la limpieza de los baños y los coches, la cordialidad de los ferroviarios, el ambiente refrigerado y algún que otro paisaje.

El hecho de poder contar con un pasaje barato se agradece: por 38.000 pesos podés conseguir un boleto en primera para viajar de Tucumán a Buenos Aires. Si querés viajar en pullman tendrás que estirarte a los 46.200 pesos. La diferencia de precios se hace notar si comparamos esas cifras con los 70 mil, 90 mil y hasta 110 mil que te pueden salir, el mismo recorrido, en colectivo.

La conexión de tren entre Tucumán y Buenos Aires tiene dos salidas semanales (martes y viernes a las 21.30) y 15 paradas intermedias en las ciudades de Cevil Pozo, Alderetes, La Banda, Herrera, Colonia, Pinto, Ceres, Arrufó, Sunchales, Rafaela, Gálvez, San Lorenzo Andino, Serradino, Rosario Norte, Rosario Sur, San Nicolás, San Pedro, Baradero, Zárate, Campana y Retiro.

El tren tiene coche comedor, pero recibió las mejores recomendaciones. Está muy bien atendido, pero apenas tiene sandwiches de jamón y queso, café y refrescos que se van agotando a medida que el viaje avanza. Por eso, en las estaciones de los pueblos, muchas familias instalaron puestos de comida en donde hay de todo: sandwiches de milanesa, pastelitos, empanadas, golosinas, agua, gaseosas, etc. Algunos se parecen a esas “ferias del plato” que todavía se organizan en algunos colegios.

En el tren viajan muchos jubilados porque tienen un 40 por ciento de descuento. Ellos recuerdan (nadie se los contó), que en el año 1968 el primer servicio entre Buenos Aires y Tucumán tardaba 15 horas (la mitad del tiempo que tarda hoy) y que en la década del 80, cuando pasó a llamarse Independencia, el viaje duraba 18 horas. Ellos pueden dar testimonio de que fuimos para atrás. Pero ya nadie se queja de eso, el tren no va a ir más rápido si protestamos.

El balanceo y el rítmico sonido que hacen las ruedas sobre los rieles generan una sensación de un tiempo controlado, como un metrónomo que nos da cuenta de que la vida, a su modo, se abre paso. Las vías, que no te permiten desviarte ni un centímetro del camino trazado, junto a los horarios y el lento pasar de las estaciones, te liberan de la responsabilidad del control y te permiten entregarte a la simple experiencia de mirar por la ventanilla, siendo más consciente del tiempo que pasa.

Y claro, esta introspección se vive de otra manera si podés invertir 132.000 pesos en un camarote para dos. Con sus cuchetas, mesita, enchufe y hasta sábanas limpias, es un pequeño oasis de comodidad en medio de la larga travesía, una forma de hacer del tiempo y la distancia algo un poco más amable.

Al final del día, o mejor dicho, al final de las 32 horas, el tren a Buenos Aires es mucho más que un simple medio de transporte barato. Es una radiografía de una Argentina de contrastes, de necesidades, pero también de una sorprendente capacidad de adaptación y de encontrarle la vuelta a las cosas. / TN.com

22 de mayo de 2025

Uruguay: Unión Ferroviaria: “Nos parece infame” que Grupo Vía Central “se lleve 144 millones de dólares” y “no se haya resuelto” lo planteado “por los trabajadores”

Exterior

Washington Sánchez, presidente de la UF, dijo que continúan esperando el traspaso de un grupo de trabajadores desde AFE a la Dirección de Transporte Ferroviario del MTOP.

El Consejo Directivo de la Unión Ferroviaria (UF) emitió un comunicado sobre el acuerdo alcanzado entre el gobierno nacional y el Grupo Vía Central (GVC), responsable del Ferrocarril Central, para el pago de 144 millones de dólares, lo cual permitió evitar un litigio a nivel internacional.

El documento expresa que el GVC “ha logrado su objetivo, y formado por poderosas empresas ha presionado para cobrar lo supuestamente adeudado; más allá de esa polémica se pone de manifiesto lo costosa de esta obra por PPP [participación público privada]. Lo lamentable del mecanismo es que pagamos la obra tres veces más de lo que vale, y además se plantean dudas sobre la operatividad de la misma. Continúan las fallas del sistema y los problemas de seguridad, con trabajadores de seguridad despedidos”.

Al respecto, el presidente de la UF, Washington Sánchez, dijo a la diaria que “en esta instancia decidimos no expresarnos sobre si la deuda era pertinente o no, porque es de público conocimiento que estuvimos en contra de cómo se procesó el tema de la obra y todos los errores que consideramos que se cometieron”.

“Nos parece infame que este consorcio se lleve 144 millones de dólares y no se haya resuelto ni un solo tema planteado por los trabajadores. Mantuvimos reuniones con la ministra de Transporte [y Obras Públicas, MTOP, Lucía Etcheverry] y el ministro de Trabajo [y Seguridad Social, Juan Castillo], con AFE [Administración de Ferrocarriles del Estado], con la Sociedad Anónima Servicios Logísticos Ferroviarios [SELF] y la Dirección Nacional de Transporte Ferroviario, planteando distintos temas, pero, sin embargo, sí hay celeridad para acordar con este consorcio poderoso”, añadió.

Comentó además que, entre varios temas, al actual gobierno “se le planteó que la vía debía estar por encima de las 21 toneladas por eje, y sin embargo hicieron el tramo comprendido entre la estación de Pintado [Florida] y Rivera a 19 toneladas, para después tener que levantarlo por las exigencias de UPM”.

El dirigente agregó que “este tipo de proyectos de PPP terminan costando tres o cuatro veces más caros de lo que realmente deberían pagarse. Hasta AFE realizó tiempo atrás un estudio para intentar ejecutar esa obra, y no fue contemplado”.

Sánchez agregó que se planteó a varias autoridades también el problema de una docena de trabajadores de GVC que fueron enviados al seguro de paro, y que eran operarios de la parte operativa en la seguridad, de apoyo en los pasos a nivel, y que “eso no fue contemplado”. “Se pagarán 144 millones de dólares, y no pudimos contemplar la situación de 12 trabajadores que estaban en el seguro de paro. Es muy compleja esta situación”, opinó.

Además, dijo que entre los conflictos existentes está la situación de la empresa Caraminer, “que después de finalizada la obra les redujo los salarios a los trabajadores, clasificándolos como de empresa metalúrgica, cuando en realidad son operarios del sector ferroviario”. “Ante eso, se solicitó la reclasificación de los empleados ante el Ministerio de Trabajo. Eso está en curso”, informó.

Sánchez manifestó que entre los asuntos a resolver la UF continúa esperando que sea firmado un decreto por parte del MTOP para resolver el traspaso de un grupo de trabajadores desde AFE a la Dirección de Transporte Ferroviario. “Transcurrieron casi 90 días del actual gobierno y no pudieron solucionar el tema, que ya fue planteado. El gobierno anterior no lo resolvió”, expresó.

“Los ferrocarriles del Estado y sus ramales siguen en una condición crítica y de indefinición”

La organización sindical, que se expresó este martes, destaca en el comunicado que “con el pago de 144 millones de dólares a Alejandro Ruibal y compañía se podría comprar una flota de 100 coches con motores O km, con repuestos y cursos de capacitación incluidos para AFE y poner computadoras de abordo ERTMS en locomotoras de SELF, comprar un juego de adicional de tanques y lograr una baja del precio del combustible”.

Agrega el texto que, mientras se alcanza este acuerdo, los trabajadores ferroviarios de la empresa Caraminer, que se encarga del mantenimiento del Ferrocarril Central, y subsidiaria de GVC, “reciben los salarios más bajos del sector, no tienen categorías ferroviarias y enfrentan recortes por falta de fondos. Ahora no tiene excusas, debe mejorar las condiciones de trabajo y mejorar las retribuciones”.

El sindicato denuncia también que “los ferrocarriles del Estado y sus ramales siguen en una condición crítica y de indefinición”, y que “la falta de personal los pone al borde de la parálisis, siendo necesario realizar inversiones para sostener el tren de pasajeros y reactivar el transporte de combustible”. El texto concluye con una pregunta: “¿Hasta cuándo seguiremos privatizando servicios que después funcionan con fondos públicos y que cuestan tres veces más caros?”.LaDiariaTrabajo.com

19 de mayo de 2025

La motosierra de Javier Milei pone sobre rieles el Plan Puente para echar a 2.500 ferroviarios

Nota de Opinión

Por: Antonio Rossi (para LETRAP.COM)

La motosierra de Javier Milei puso sobre rieles el Plan Puente como alternativa de ajuste laboral en la ferroviaria estatal SOFSA, a fin de que entre 2.000 y 2.500 personas dejen de ir a trabajar a cambio de seguir cobrando los sueldos. La misión de ejecutarlo es del nuevo titular del área de Transporte, Luis Pierrini.

La movida está destinada al personal que le falte hasta cinco años para alcanzar la edad jubilatoria. Quienes acepten adherirse, no tendrán que acudir más a sus puestos de trabajo y pasarán a embolsar un “pago no remunerativo” mensual más un adicional para la obra social hasta el momento en que se jubilen.

Con este programa, la conducción de la Operadora Ferroviaria Sociedad Anónima que encabeza el exrandazzista Matías Galparsoro busca bajar el plantel operativo a menos de 20 mil agentes.

En diciembre de 2023, cuando asumió Milei, la empresa tenía en nómina a 23.834 personas. Con retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas, el año pasado se fueron 1.897. Ahora el plan oficial es seguir recortando para que la plantilla actual de 21.937 disminuya a cerca de 19.500 trabajadores.

La maniobra de Javier Milei

La empresa estatal tiene a su cargo la operación de los servicios de pasajeros regionales, de larga distancia y de las líneas metropolitanas Roca, San Martín, Mitre, Sarmiento y Belgrano Sur.

Nació en 2008 bajo el formato legal de una sociedad del Estado, en marzo de este año la Operadora Ferroviaria fue reconfigurada por la gestión libertaria en una sociedad anónima, con el fin de facilitar un posible traspaso a manos privadas.

De acuerdo con los datos obtenidos por Letra P, el Plan Puente tiene vigencia hasta los primeros días de junio y los puntos salientes son:

* Alcanza a las mujeres que tengan entre 55 y 59 años de edad y a los hombres que se encuentren entre los 60 y 64 años.

* Las personas que acepten el programa, no volverán a trabajar y cobrarán hasta que se jubilen un “pago mensual no remunerativo” equivalente al salario neto más un adicional del 13,5% para que puedan mantener la obra social.

* Todos los ajustes paritarios que se acuerden con los gremios se trasladarán a estos pagos mensuales.

* Podrá acceder todo el personal que cumpla los requisitos de edad, con excepción de aquellos que tengan una medida disciplinaria pendiente de ejecución o que posean reclamos administrativos o acciones judiciales contra la empresa.

Junto con esta alternativa de desvinculación laboral, la empresa también tiene en curso el Plan Jubilables. Es para las mujeres de 60 o más años y los hombres de más de 65 años que aún siguen en sus puestos de empleo. Si se jubilan, reciben un pago único equivalente a 12 veces el salario mínimo.

Nuevo esquema de ajuste en el área de Transporte

El lanzamiento del nuevo esquema de ajuste coincidió con la difusión de un “balance de gestión” que realizó la empresa en la última semana. Según el relato oficial, la reestructuración implementada por la administración mileísta desde el año pasado permitió “obtener un ahorro para el Estado de $ 60.000 millones”.

Este “ahorro” se habría alcanzado, según el balance, con “la reducción significativa de personal y puestos jerárquicos, la revisión general de contratos, la eliminación de gastos innecesarios y el reordenamiento financiero de la empresa”.

Entre otros logros alcanzados, las autoridades del área de Transporte destacaron:

* La supresión de 277 cargos jerárquicos con un ahorro anual de $ 13.257 millones.

* La reducción de un 73% en la cantidad de horas extras.

* La baja de 2.200 líneas telefónicas.

* La interrupción de los trabajos de desmalezado que estaban tercerizados.

* La readecuación de los contratos de seguridad privada.

* La disminución del 30% en la flota de autos alquilados con la consiguiente baja en el gasto de combustibles.

Inversiones y emergencia ferroviaria

En cuanto a las inversiones contempladas en el marco de la emergencia ferroviaria dispuesta el año pasado, las autoridades del área señalaron: la compra de repuestos para trenes eléctricos; el pago de anticipos para la compra de tres locomotoras; la activación del sistema de frenado automático (ATS) en las líneas Mitre, Sarmiento y San Martín; y la reanudación de una serie de obras de renovación de vías y arreglos de estaciones en ramales del Roca, Mitre y Sarmiento.

Más allá de la narrativa oficial, la contracara de la política ferroviaria que viene desplegando el Gobierno es el constante achicamiento operativo y el recorte de los fondos públicos destinados a garantizar el funcionamiento de los trenes.

Durante el año pasado, la operadora ferroviaria eliminó los servicios de pasajeros que unían Buenos Aires con Palmira (Mendoza), Justo Daract (San Luis), Rosario, Bahía Blanca y los trenes regionales de Mercedes-Tomás Jofré; La Banda-Fernández y General Guido-Pinamar. Además, se redujeron al mínimo las frecuencias de larga distancia a Córdoba, Tucumán y Mar del Plata.

En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), si bien no hubo recortes de servicios, lo que sí se registró es la caída de los proyectos de modernización y electrificación de las líneas Belgrano Sur y San Martín que contaban con créditos internacionales y la suspensión hasta nuevo aviso de las compras de 200 coches eléctricos y de 50 nuevas triplas diésel para los trenes regionales.

Con la venta de boletos, la Operadora Ferroviaria cubre, en promedio, apenas el 5% del total de sus gastos operativos. Para seguir funcionando necesita de la asistencia del Estado que llega por la vía de los subsidios, los cuales lejos de aumentar o permanecer constantes se redujeron.

Según el último informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios IIEP (UBA-Conicet), la ayuda estatal de $ 206.607 millones que recibió la empresa entre enero y abril representó una caída real del 27% con respecto a la suma que le habían girado en el mismo período de 2024.