Material Ferroviario
Lo han hecho en Francia. Un tren que no tiene la necesidad de emitir gases tóxicos a la atmósfera y, por tanto, de seguir contaminando el aire que respiramos. El Coradia iLint es el primer tren del mundo que funciona con hidrógeno y capaz de recorrer largas distancias. Una alternativa a los 4.000 trenes que funcionan todavía con diésel en el país y un nuevo paso a favor del transporte libre de emisiones contaminantes que, muy pronto, podría empezar a producirse en masa y exportarse a otros países europeos.
Según informa el diario alemán Die Welt, el estado alemán de Baja Sajonia ha sido el primero en encargar 14 de estos trenes a la empresa francesa Alstom. Desde que se presentara este modelo el pasado agosto en la feria comercial InnoTrans de Berlín, las autoridades alemanas habían estado realizando las pruebas necesarias, haciendo solo una ruta concreta, para cerciorarse de que los trenes podían recorrer la distancia entre sus ciudades a la velocidad suficiente sin emitir gases. Una exigencia obligatoria en un país en el que la puntualidad es sagrada.
El Coradia iLint toma su energía de unas enormes baterías de iones de litio que, a su vez, se alimentan de un tanque de combustible de hidrógeno —y cuyo único residuo es el agua— situado en el techo del tren. Un tipo mecanismo que convierte la energía química directamente en eléctrica y que lleva utilizando la NASA para despegar sus cohetes desde la década de los 70s. Gracias a este sistema, el tren ecológico puede recorrer hasta 800 kilómetros diarios a más de 140 km/h dejando a su paso solamente el ruido de las ruedas, el de la resistencia que ofrece el aire y vapor de agua.
Este tren es una revolución a nivel tecnológico y social que, sorprendentemente, se ha llevado a cabo en muy poco tiempo. “Muestra nuestra capacidad para trabajar en estrecha colaboración con nuestros clientes y desarrollar un tren en solo dos años”, decía Henri Poupart-Lafarge, director de la compañía en un comunicado. Lo más positivo es que pesar de que estos trenes sean más costosos de fabricar, a largo plazo resultan más asequibles debido al alto precio del petróleo (y del diésel) y en relación a los residuos que emiten los trenes tradicionales. Si los gobiernos deciden apostar por la energía limpia, podría convertirse, en pocos años, en el tren por excelencia de media Europa.CódigoNuevo.com
Lo han hecho en Francia. Un tren que no tiene la necesidad de emitir gases tóxicos a la atmósfera y, por tanto, de seguir contaminando el aire que respiramos. El Coradia iLint es el primer tren del mundo que funciona con hidrógeno y capaz de recorrer largas distancias. Una alternativa a los 4.000 trenes que funcionan todavía con diésel en el país y un nuevo paso a favor del transporte libre de emisiones contaminantes que, muy pronto, podría empezar a producirse en masa y exportarse a otros países europeos.
Según informa el diario alemán Die Welt, el estado alemán de Baja Sajonia ha sido el primero en encargar 14 de estos trenes a la empresa francesa Alstom. Desde que se presentara este modelo el pasado agosto en la feria comercial InnoTrans de Berlín, las autoridades alemanas habían estado realizando las pruebas necesarias, haciendo solo una ruta concreta, para cerciorarse de que los trenes podían recorrer la distancia entre sus ciudades a la velocidad suficiente sin emitir gases. Una exigencia obligatoria en un país en el que la puntualidad es sagrada.
El Coradia iLint toma su energía de unas enormes baterías de iones de litio que, a su vez, se alimentan de un tanque de combustible de hidrógeno —y cuyo único residuo es el agua— situado en el techo del tren. Un tipo mecanismo que convierte la energía química directamente en eléctrica y que lleva utilizando la NASA para despegar sus cohetes desde la década de los 70s. Gracias a este sistema, el tren ecológico puede recorrer hasta 800 kilómetros diarios a más de 140 km/h dejando a su paso solamente el ruido de las ruedas, el de la resistencia que ofrece el aire y vapor de agua.
Este tren es una revolución a nivel tecnológico y social que, sorprendentemente, se ha llevado a cabo en muy poco tiempo. “Muestra nuestra capacidad para trabajar en estrecha colaboración con nuestros clientes y desarrollar un tren en solo dos años”, decía Henri Poupart-Lafarge, director de la compañía en un comunicado. Lo más positivo es que pesar de que estos trenes sean más costosos de fabricar, a largo plazo resultan más asequibles debido al alto precio del petróleo (y del diésel) y en relación a los residuos que emiten los trenes tradicionales. Si los gobiernos deciden apostar por la energía limpia, podría convertirse, en pocos años, en el tren por excelencia de media Europa.CódigoNuevo.com