CARTAS DE LECTORES
Señor
Director de Crónica Ferroviaria
Advierto con
tristeza, que la mediocridad, la demagogia y la irresponsabilidad de nuestros
legisladores y políticos en la temática ferroviaria en general, y en la del
subte en particular, es pasmosa.
Rasgándose
sus vestiduras y en hipócrita actitud, los señores Bodart y Gentilli se
escandalizan y se oponen a la inauguración de la nueva estación Juan Manuel de Rosas
de la Línea
"B" del Subterráneo, alegando filtraciones de agua e inseguridad para
usuarios y trabajadores, pero levantaron la mano sin inmutarse para aprobar la
nueva Ley que modificó la traza norte de la Línea "H", sin estudios serios de
suelos e impacto ambiental, ni consultas a expertos y entidades idóneas, y se
derogó sin más a la originaria Ley Nº 317 que preveía la prolongación de esta
traza a partir de Plaza Francia por su ruta natural, y viable técnica y
financieramente, que es la de Avenida del Libertador, para empalmar con las
"C" y "E" en Retiro y las tres líneas ferroviarias que
convergen en esta última terminal.
Alegando una
falsa y pretensa sensibilidad social, aprobaron la internación de la Línea "H" en el
terreno cenagoso, limoso y con napas de agua a flor de suelo en la zona de la Villa 31, demencial proyecto
de imposible realización técnica y financieramente, lo cual constituye un
disparate indescriptible.
El doble
discurso, la hipocrecía, la mediocridad e improvisación de esta gente,
horroriza. Adviértase que, por un lado ponen el grito en el cielo por
filtraciones que afirman que existen en la recientemente inaugurada estación
Juan Manuel de Rosas, pero bien se guardan de denunciar que, no bien comiencen
las excavaciones del túnel en la zona posterior a la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales para cruzar por debajo de las tres líneas ferroviarias, y así
incursionar en la zona de la
Villa 31, donde se proyecta erigir la estación Padre Mujica,
un caudaloso torrente de agua inundará e inutilizará para siempre el túnel por
el cual estos irresponsables pretenden que discurra la Línea "H".
So pretexto
de un falso progreso urbanístico para con los habitantes de este asentamiento,
el cual, dicho sea de paso, en un 95 % no está habitado por argentinos, tirarán
alegremente millones de dólares de los contribuyentes al barro y al agua, en
una obra que ellos mismos saben que no se hará jamás.
Mientras
tanto, el señor Mauricio Macri les está eternamente agradecido, al igual que
sus secuaces, como Chaín, Dietrich, Rodríguez Larreta y compañía, de conocida
hostilidad hacia el ferrocarril, y al cual, en una suerte de refrito del
tristemente célebre proyecto Retiro de la época de Menem, Cavallo, y los
tenebrosos hermanos Matías Lucas y Horacio Ordóñez de los años noventa, lo
impulsaron fuertemente para hacer un jugoso negocio inmobiliario con esas
valiosas tierras.
Macri, que es
peor que Menem, sueña con erradicar al ferrocarril y a la histórica terminal de
Retiro, que en el 2015 cumplirá un siglo, en clara violación al Artículo 7 de la Ley de la Ciudad Nº 2.930, que
expresamente contempla y legaliza la existencia e ingreso de los ferrocarriles
en sus actuales terminales históricas, entre ellas Retiro.
Aunque
parezca mentira, los señores Gentilli, Bodart y De Mendonca le hace el juego, y
el astuto Macri se regocija y sabe esperar que los cambiantes vientos de la
política, lo lleven algún día al poder en el gobierno nacional, y así pueda
lograr la tan ansiada transferencia del puerto de Buenos Aires, que hoy por
hoy, lo tiene vedado.
Quienes
aprobaron esta Ley, en violación a las Leyes de la Ciudad Nº 123 de Impacto
ambiental, y al artículo 7º de la 2.930 que legaliza la presencia del
ferrocarril en la Ciudad,
le allanaron el camino a Macri, para en el futuro, indemnizando con unos pesos
a los habitantes de la Villa
31, mude ese asentamiento y reflotar el nefasto proyecto Retiro de los años
noventa, y así impedirle al ferrocarril de por vida ingresar al puerto, al cual
pretende asfixiar, para convertirlo en un mero atracadero para cruceros
turísticos.
Mientras
tanto, las cargas deben trasbordar de los trenes a los camiones, triplicando
los fletes, porque la villa, ahora, y el complejo inmobiliario que en esa zona
se erigirá en el futuro, impedirá que los trenes lleguen directamente a los
muelles como era antes. De manera que la reciente Ley modificatoria de la traza
norte de la Línea
"H", de la que los señores Bodart y Gentilli su ufanan en ser autores,
le viene de perilla a los enemigos del ferrocarril, y no les alcanzarán sus
vidas para arrepentirse del tremendo error histórico que han cometido, y con
él, del tremendo daño que le han inflingido al país y a las futuras
generaciones.
Pero claro,
cuando la excavadora comience con el túnel en las inmediaciones de la Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales, y no ya una tenue filtración, sino un torrente de agua lo inunde y la
obra deba ser abandonada, la insignificante filtración de la estación Juan
Manuel de Rosas que hoy es motivo de inquietud, habrá pasado a la historia, y
estos señores, también, con lo cual nadie podrá ya pedirles cuentas.
Pobre país,
con esta gente de terror. Saludos
Francisco Roberto Fernández