NOTA
DE OPINIÓN
Por:
Jorge de Mendonça (Para CRÓNICA FERROVIARIA)
Seis
metros de coche eléctrico Toshiba, bastante podrido, se integraron en sólo
medio metro de chatarra y carne humana. Inmediatamente autoridades, empresarios
y medios inculparon a los cordobeses aduciendo que anoche habían estado de
carnaval y uno de ellos conducía la mochila Chapa 16, quien habría apretado a
destiempo la espoleta de freno causando la inmediata muerte de los pasajeros que,
ansiosos, se habían puesto justo en el primer coche en el punto de mayor
debilidad ante un choque. Encima, todos tuvieron la mala suerte de tener
trabajo y que no sea feriado ese día.
Horas
después, se pudo saber que sólo funcionaban 5 frenos (y mal), de los 8 que
debía llevar el tren, pero eso no reorientó la saña que habían puesto sobre el
conductor Córdoba, hacia los talibanes gubernamentales, empresarios y
tecnocráticos responsables de hacer que los trenes funcionen perfectamente. No,
ahí se callaron rápidamente todas las voces. A dos semanas casi no se habló mas
del tema. Aires de fiesta como si hubieran llegado a Rosario en el Alta
Velocidad corrían con las confirmaciones de funcionarios y funcionales. La
imprenta de billetes, la remake de las islas y petroleras noticias sobraron
para olvidar nuestro 22-F.
11-S,
Nueva York en 2001; 11-M, Madrid en 2004; 7-J, Londres en 2005. Todos tuvieron
sus extensivas investigaciones. Se encontraron ejecutores. Se entrevistaron
ampliamente a víctimas y parientes. Se multiplicaron recursos a nivel global
para evitar nuevas masacres. Se justificaron asesinatos extensivos de naciones
so excusa de los atentados.
Nuestro
17-M en 1992 en la Embajada
jamás se resolvió y el 18-J en 1994 de la AMIA construyó la más despreciable fantochada
jurídica para que nada se resuelva. Apenas, plagó de murallas inútiles y miedo
a algunos argentinos. Ninguna de las dos tramas fue esclarecida. El 31-D de
2004, sin ser hecho por terroristas, destapó amplísimas culpabilidades más allá
de los imbéciles que disparaban bengalas o quienes los arengaban. Cayeron
funcionarios, pero apenas algún perejil de décima línea quedó, apenas,
implicado en la cadena de culpas previas a la bengala. Los familiares y los
medios sostuvieron el tema. Hubo políticos que arriesgaron sus carreras
levantando las espadas acusatorias a un gobierno.
Cromagnón
no se extinguió en la memoria. Inmediatamente se clausuraron centros nocturnos
en todo el país hasta que las normas de seguridad previas y nuevas fueran
puestas en marcha. Los 199 fallecidos y los heridos por lo menos sirvieron para
salvar, a futuro, a otros. Lo mismo que el 11-S para la seguridad global (de
los imperios), nuestro 31-D sirvió a la seguridad de los lugares públicos
masivos y a la conciencia sobre ello.
El
22-F, el de la aniquilación masiva de pasajeros trabajadores de día de semana
en el tren sin mantenimiento que chocó en Estación Once de Septiembre, no
sirvió para cortar cabeza pública o privada alguna. No tiembla la silla de
nadie. Como si los bomberos habilitadores de Cromagnón y los funcionarios del
31-D hubieran sido designados por el juez como peritos de la causa y
controladores del resto de los boliches bailables.
El
22-F, más que la fecha de una tragedia masiva, ya es la demostración del desprecio
sistemático de funcionarios, técnicos y demás del poder empresarial y
gubernamental hacia los ciudadanos, especialmente, a los de baja condición
económica.¿Habría sido igual si el accidente hubiera ocurrido en retiro con un
tren proveniente de Tigre? No. Seguro que no y hay antecedentes judiciales que
demuestran esa hipótesis (Cuando la justicia obligó a poner aire acondicionado
por igual en el Sarmiento que en el Ramal a Tigre).
El
conductor Córdoba entró tocando bocina al andén y, en vez de pararse arriba del
tablero para salvar un poco más su vida, tal el piloto del DC9 de Austral del
12-O-97, se mantuvo aferrado a los mandos tratando de recuperar el control
Los
funcionarios, los técnicos responsables, los controladores, los empresarios de
aquel Tren Chapa 16, también se mantienen aferrados a sus lapiceras y asientos,
sólo que despreciando la vida de cientos de miles de personas que viajan (y
otras que no pueden hacerlo), en los trenes del país. Nada cambió. Todo EL MAL
fue ratificado.
Isao
Kaneko, presidente de Japan Airways, renunció el 8-5-05 luego de que varios
aviones tuvieran problemas, no muertos. Antes, en 1984, el presidente de la
misma línea renunció tras el accidente con 504 muertos de un 747 por defectos
de reparación y exceso de decolajes. El coordinador del mantenimiento mal
realizado, se suicidó en 1985. No pedimos tanto.
Despiadado y certero análisis. Pero me temo que ningún responsable tendrá algo más que (quizás) un remordimiento de conciencia, si es que tienen conciencia.
ResponderEliminarPerdon, ningun periodista pregunto que filmo la camara del primer coche donde va el motorman (la famosa caja negra)??????
ResponderEliminarMas claro y justo, casi imposible. Es bastante dificil que algunos de los principales culpables tengan luego algun remordimiento. No lo tienen ni lo tendrán, porque no hay familiares de ellos afectados y lo único que les importa es la obstentación del cargo y el dinero que legal e ilegal puedan llevarse. Las personas para ellos son solamente nombres y números y ¨dejenme vivir tranquilo la vida¨. Bonutti
ResponderEliminarno creo que encuentren responsables, pero no por que no los haya, sino por que caerian todos.
ResponderEliminarcomo siempre el conductor tuvo la culpa y caso cerrado. fue una tragedia diran.
lo unico que espero que le saquen la concesion a tba es una verguenza nacional, ellos no laburan y se la llevan, el gobierno no controla y encima le paga, y la gente es la que pierde.
Ezequiel
Sencillamente excelente. Una demostración más de que la parafernalia por una "reparación histórica" (así lo denomino yo, no es más que eso, porque nunca debió privatizarse tamaña fuente energética) como lo de YPF, tapó el bosque de la desidia que hace décadas sufre un medio de transporte vital en el mundo civilizado...
ResponderEliminarSi fuésemos un país con buena gente, gente capaz, previsora y planificadora, como nos intentan vender, los trenes serían un medio clave en el abastecimiento de gente a sus trabajos. Pero no...seguimos apostando por el hacinamiento automotor...y los trenes seguirán, aunque lo nieguen los oficialistas, siendo el TALÓN DE AQUILES de este "modelo"...
Yo agregaría a la lista de masacres la tragedia de LAPA, donde no hubo ningún detenido y toda la responsabilidad cayó en el piloto muerto (o asesinado según algunas versiones); con el tema de Cromagnon no se olviden que luego hubo un "Beara", también no se olviden de la tragedia del gimnasio del Villa Urquiza donde quien era el responsable de las habilitaciones del gobierno de Macri, en la noche de la tragedia se fue a Boca a votar en contra del contrato de Riquelme.
ResponderEliminar¿Y el soterramiento?
ResponderEliminar¿Y la compra de 450 coches electricos nuevos para el 2001?
¿No queda nada en carpeta?
¿Quien piensa en remordimiento? Cada vez quieren mas platita.