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El promedio mensual de pasajeros que abordan el convoy en la estación San Nicolás con destino a Retiro es de 850 personas. En marzo pasado fueron 861, lo que arroja una media diaria de 28,7 nicoleños que eligen este medio de transporte. En comparación con el traslado en micro, el único pro que ofrece el tren es el costo del boleto. Lo demás son todas contras: horario de abordaje, frecuencia y tiempo de viaje.
Probablemente, este escenario explique el poco interés que despierta el tren entre los nicoleños. Según fuentes de la empresa concesionaria del servicio, el promedio mensual de pasajeros que abordan el tren en la estación San Nicolás con destino a Retiro es de 850 personas. En marzo pasado fueron 861, lo que arroja un promedio de 28,7 pasajeros nicoleños. En tanto son aproximadamente 30 los viajantes que toman el tren en San Nicolás para viajar a Rosario. En marzo pasado fueron apenas 26, es decir, menos de un pasajero por día.
En comparación con el traslado en micro, el único pro que ofrece el servicio es el costo del boleto: el tren de San Nicolás a Retiro cuesta $9.900 en clase Primera, y $12.800 en Pullman. En micro, en tanto, el costo del pasaje puede ir desde los $15.000 a los $25.000, según la empresa y el tipo de servicio (cama, semicama, ejecutivo). Lo demás puede inscribirse como contras. El tiempo de viaje para unir San Nicolás con Retiro en tren es de 4 horas y 38 minutos, mientras que un micro demora -aproximadamente- 3 horas y 15 minutos.
La cantidad de frecuencias diarias tampoco hace competitivo al tren: el servicio Retiro-Rosario apenas tiene una frecuencia diaria, mientras que para viajar en micro hay una decena de opciones a lo largo del día. Incluso, para viajar en tren desde San Nicolás a Retiro hay que tomar el convoy a las 4:57, un horario poco amigable por donde se lo analice. En micro, en cambio, hay servicios a cada hora. O cada dos horas, como máximo.
Por todo ello, es lógico que los nicoleños no se vean seducidos por la utilización del tren para trasladarse hasta Buenos Aires. Así queda reflejado en los números, pero también en las voces quejosas que alertan que, cada vez más seguido, el viaje en tren termina siendo tan pesado que ya ni el costo del boleto resulta atractivo.Fuente:DiarioElNortedeSanNicolás.com