5 de julio de 2013

RÍO NEGRO: TREN DEPENDE DE NACIÓN PARA SU FUTURO

ACTUALIDAD

Durante décadas dio vida a pequeñas comunidades y algunas desaparecieron con el cierre de ramales. La alternativa para el progreso es la conexión entre el Pacífico y el Atlántico y entre los valles y el puerto. Pero para eso hacen falta inversiones que el Estado provincial no puede afrontar.

El ferrocarril no sólo sirvió para unir las distantes ciudades de la región, sino que en muchos casos las creó, las consolidó y permitió su desarrollo.

Desde el inicio del tendido del ramal que conectó San Antonio Oeste con Bariloche, en la primera década del siglo pasado, las obras de construcción de ese tramo férreo constituyeron una fuente de empleo para miles de ferroviarios que, con sus familiares, se instalaron en varios puntos a lo largo de lo que desde entonces se denomina Línea Sur.

Luego la circulación de las formaciones, con el transporte de la lana desde el oeste hacia el puerto de San Antonio, donde se concentraba en barracas y se enviaba a Buenos Aires, generó un movimiento permanente que requería a lo largo del ramal que personal se estableciera para el mantenimiento de las vías, la comunicación entre las estaciones, el control de la mercadería y las demás tareas que involucra el servicio ferroviario de pasajeros y de cargas.


Así nacieron estaciones donde antes había apenas parajes rurales. El personal ferroviario dio vida a pequeños pueblos donde se instalaron escuelas y otras dependencias. Por eso el tren no solamente conectaba, sino que además vitalizaba las poblaciones.

En los primeros años de la década del 90 las privatizaciones que impulsó el expresidente Carlos Menem determinaron el cierre de ramales. Aquellos pueblos que habían nacido a la vera de la vía ya no tuvieron razón de ser.

General Lorenzo Vintter, a 130 kilómetros de Viedma, desapareció, lo mismo que Mancha Blanca, O'Connor y muchos más.

El gobierno provincial de Horacio Massaccesi, con más ánimo electoralista que convicción, pretendió continuar con el transporte de pasajeros y de carga incorporando a la Provincia los bienes ferroviarios bajo la denominación de Servicios Ferroviarios Patagónicos (Sefepa). Pero solamente fueron buenas intenciones.

Unos pocos trabajadores precarizados que aceptaron las nuevas condiciones para preservar su empleo hicieron lo imposible para que una empresa pública inviable funcionara. Vías sin mantenimiento durante casi dos décadas provocaron descarrilamientos que "porque Dios estuvo de nuestro lado" –según dijo un exdirectivo de la firma– no ocasionaron muertes.

Se compró material rodante, en sospechosas operaciones, que nunca sirvió. Las máquinas y vagones que se usaron en estos años apenas tuvieron revisión y sufrieron permanentes desperfectos.

De esta manera la precaria continuidad de la firma, ahora llamada Tren Patagónico, sólo fue posible con desembolsos millonarios permanentes del Estado, que se justificaron por aquel vínculo histórico del tren con su gente, en especial en la Línea Sur, y por la necesidad de los habitantes de esa postergada zona de contar con un transporte económico que los lleve a los grandes centros urbanos. Es, además, un recurso turístico y cuenta también con un servicio de cargas que provee caliza a una sola empresa. Muy poco para 850 kilómetros de vía férrea.

El tren necesita hoy una inyección de capital para inversiones con el que la Provincia no cuenta. Debe transformarse en una alternativa de transporte concreta en la conexión bioceánica por la Región Sur y también una comunicación entre la parte norte de Río Negro y el ramal San Antonio-Bariloche. El puerto rionegrino es, quizá, el único sin conexión ferroviaria.

La producción frutícola del Alto Valle se transporta mediante cientos de camiones cuando una sola formación podría reemplazar a por lo menos 60 vehículos. (Ver infografía)

Ese proyecto bioceánico aún está vigente. Las autoridades analizan su puesta en marcha. Pero para ello la decisión del gobierno nacional es trascendental. Sin tal acompañamiento Tren Patagónico no tiene futuro.

Los actuales directivos –encabezados por el ministro Fernando Vaca Narvaja y parte del directorio– se encuentran debatiendo el tema. Algunos aceptan que Nación se sume al paquete accionario, otros no descartan la transferencia total.


Sin dudas, será una larga discusión. Lo que no admite dudas es la necesidad de un transporte ferroviario que comunique eficientemente, para pasajeros y carga, la cordillera con el mar, el Pacífico y el Atlántico, los valles y el puerto. Pero, para hacerlo, un Estado provincial se vería superado y requiere la participación nacional. Habrá que ver cuánto están dispuestos a aportar uno y otro para que los sueños de hace cien años recuperen su vigencia.Diario Río Negro.

3 comentarios:

  1. Guillermo Belluomini dijo...
    De Vido es el monje negro, pero ya va asalir un tiro para ese hdp tambien

    ResponderEliminar
  2. Jorge Enrique Schiro Ayala dijo...
    Hay que dejar afuera a La Fraternidad como Organización,si,estoy de acuerdo que hay malos sindicalistas,como aquellos que le permitieron al PAYASO de Menem el desguase y venta de gran cantidad de material ferroviario hecho por su testaferro TASELLI y la masacre de miles de compañeros que perdieron su fuente laboral.

    ResponderEliminar
  3. Rolando Maggi dijo...
    bla...bla...bla... preelectoral... qué lástima!

    ResponderEliminar

Usted podrá dar su opinión libremente, pero aquellos comentarios que vengan con insultos, improperios, etc. y sin colocar nombre y apellido, nombre y/o pseudónimo (debajo del mismo) no serán publicados.