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Los vagones de Paraná, símbolos de una época dorada de ferrocarril, partirán en pedazos a Buenos Aires. "Da impotencia y dolor", dijo a UNO Nelson Santini
Operarios desguazan por estas horas tres coches del ferrocarril en Paraná, cortan, sacan y apilan hierros, partes de un tren incendiado, que fueron vendidos como chatarra. Se trata de las unidades que fueron vandalizadas el año pasado, cerca de La Pasarela. "Te da impotencia y dolor", dijo a UNO Nelson Santini, delegado de la Unión Ferroviaria en Paraná.
Los trabajos comenzaron hace un tiempo, se detuvieron por un lapso y se retomaron este martes. Los vagones fueron trasladados a unos metros de la estación para tener una mayor área de trabajo. "Operarios de Todoni, la empresa que ganó la licitación, movieron los coches y empezaron a cortar los hierros. También se llevarán el material rodante, que tienen entre 30 o 40 años en los galpones. Eran nuevos en su momento, hoy se venden como chatarra", lamentó el trabajador ferroviario.
Imágenes como la vista en la estación del ferrocarril duelen a los trabajadores, a los amantes del ferrocarril y a la comunidad toda. Lejos de sus años de esplendor, hoy el servicio que llega hasta Colonia Avellaneda parece un sobreviviente en medio de las otras unidades corroídas por el óxido, y de las estructuras de los galpones desguazados, símbolos de una época dorada de la red ferroviaria que ya es historia.
Los más de 40 trabajadores también son sobrevivientes y anhelan que aquellas viejas estructuras desguazadas vuelvan a cobrar vida y movimiento. Y mientras sobrevuela, y a pesar de los amagues no se concreta la vuelta al tren a La Picada, lo que si se concreta es el desguace, muy simbólico.
La cuestión de los ferrocarriles despierta pasiones entre sus estudiosos y no es ajena en nuestra historia la disputa en torno a la administración de uno de los medios de transporte que dejó una profunda huella en la historia y la formación de nuestro país. Se trata del sistema de traslado de personas y mercaderías más utilizado en el mundo desarrollado y a su vez el que más sufrió la desinversión y la desidia en la Argentina en los últimos 40 años al menos. Hoy en día el mundo de los trenes fluctúa entre la nostalgia y los sueños de reactivación.
"Los llevarán a Buenos Aires, según nos dijeron, allá es donde lo venden como chatarra. Son muchos los vagones que están con números y dispuestos para la venta, pero estos tres, que son los que están cercanos a La Pasarela, fueron los que sufrieron el accionar de personas dañinas y fueron incendiados. El material del que están hechos es buenísimo, alguno de ellos cumplió servicio Basavilbaso - Villaguay. Nada que ver con los materiales con los que están hechos los actuales, al Materfer que utilizamos hoy para unir Paraná con Colonia Avellaneda se le gastan las ruedas, por ejemplo. Éstos estaban en condiciones, pero quedaron abandonados en el galpón sin chapa y es el resultado del descuido lo que está pasando. A muchos de los coches que hoy está tirados ahí, los engrasas un poco, lo revisas y siguen rodando", explicó Santini.
Como escuelas o centros de salud
Santini consideró que el destino de esos vagones, en vez del desguace podría ser volver a correr, pero también está la opción de que sean utilizados como centros de atención médica, aulas; en zonas rurales con pocos alumnos, bibliotecas, vagones culturales o comisarías.
"Al verlos con los asientos parecen chicos, pero sin los mismos son amplios y muy cómodos. En situaciones específicas, como por ejemplo, inundaciones, podrían utilizarse para cobijar a gente que lo ha perdido todo. Hay coches camas, coches comedor, tienen sanitarios...", señaló.
Santini recalcó que las decisiones las toman las autoridades de Trenes Argentinos. "Hoy se llamó a licitación para nuevos apeaderos y quieren llevar el tren hasta La Picada, pero ya eliminaron uno de los tres a construir, el de Sauce Montrull, sólo hará el de Almafuerte y La Picada", contó el entrevistado,
Hasta hace unos años, desde Paraná había otros ramales: a Fontana, previo paso por Oro Verde, y a Concepción del Uruguay. Este último salía los viernes y volvía el domingo. Sobre rieles también se podía viajar desde Basavilbaso a Villaguay. Ninguno de los tres funciona, parecen haber corrido la suerte de esa premisa triste de los 90: "Ramal que para, ramal que cierra".
Los más de 40 trabajadores anhelan que aquellas viejas estructuras desguazadas vuelvan a cobrar vida y movimiento, pero la realidad es un baldazo de agua fría: corroídas, oxidadas y algunas quemadas, las unidades se venden como chatarra.UNOEntreRíos.com