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Mientras se llevaron a cabo los trabajos en el paso a nivel de Venancio Castro, se eliminó el tradicional cruce con el San Martín. Posible final para un servicio que fue emblemático.
Cuando, a lo largo de unos 20 días, se mantuvo cerrado el paso a nivel de Venancio Castro (ruta 28), los vecinos y automovilistas hicieron hincapié en las demoras y el caos de tránsito que los trabajos provocaron.
Sin embargo, un hecho pasó casi desapercibido: el levantamiento de las vías del Ferrocarril Urquiza, ramal que durante décadas pasó por Pilar como tren de pasajeros o carga, según la época. Si bien no se conoce a ciencia cierta el objetivo de esta decisión, reina en el ambiente una sensación de adiós definitivo para un servicio histórico y muy querido por los pilarenses.
“Es como si al Urquiza le hubiesen diagnosticado cáncer”, graficó en forma drástica el docente Mariano Ríos, quien además es aficionado al ferromodelismo y un estudioso de los trenes argentinos y su historia. “Llegó a ser uno de los trenes más importantes del país –aseguró-, y hasta principios de la década del ’90 era una de las líneas más cuidadas, con buen material y mantenimiento”. Con la llegada de las privatizaciones de la era menemista, el concesionario (FFCC Mesopotámico S.A.) ya no explotó el servicio de pasajeros, interrumpiéndose en 1992, para funcionar sólo como tren de carga, más allá de algunos intentos fallidos por reflotarlo (ver más adelante).
Por su parte, otro vecino, Beto Pinheiro, también se hizo eco de la situación e incluso la plasmó en fotografías: “Desmontaron el tradicional cruce de los Ferrocarriles San Martín y Urquiza de Pilar. Adiós al Urquiza, quedó solo el San Martín…”, posteó en las redes sociales con un dejo de melancolía.
Reseña
El 2 de octubre de 1884, un decreto concedió la aprobación oficial de la propuesta hecha por Federico Lacroze para implementar el sistema de tranvías como medio de transporte, y en abril de 1888 comenzó a funcionar para el público la primera sección del llamado Tramway Rural, entre Buenos Aires y Pilar. En julio de ese mismo año se conectó a Pilar y Zárate.
En 1906 se rebautizó como Ferrocarril Central de Buenos Aires. Recién en 1949 pasó a manos del Estadio nacional (antes dependía de la Corporación de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires, CTBA), llamándose Ferrocarril Nacional General Urquiza.
Gracias a su recorrido, provincias como Corrientes, Entre Ríos y Misiones fueron incorporadas a la traza nacional. De hecho, el Urquiza sigue circulando en numerosas ciudades de Buenos Aires y el interior, pero con el tiempo Pilar fue quedando relegada.
Intentos
Sin dudas, la formación más emblemática del Urquiza era el Gran Capitán, tren que llegaba hasta la ciudad de Posadas, incluyendo a Pilar en su extenso recorrido. El servicio estuvo interrumpido entre 1993 y 2003, año en el que se anunció su regreso.
Con un servicio prestado por la empresa Trenes Especiales Argentinos S.A. (TEA), el Gran Capitán operó hasta 2011 con dos frecuencias semanales y un tiempo de viaje de nada menos que 30 horas, debido al mal estado de las vías.
El 11 de noviembre de 2011, el Gran Capitán fue detenido en la ciudad de Apóstoles, donde los pasajeros debieron bajar y continuar en ómnibus. Fue su último acto.
Aún se recuerda la experiencia del tren Pilar-Uruguay, el llamado Tren de los Pueblos Libres: explotado por la cuestionada Trenes de Buenos Aires (TBA), realizó su primer viaje en septiembre de 2011. Debía llegar hasta Paso de los Toros, pero los pasajeros fueron bajados en Salto por falta de permisos… Dejó de circular en mayo de 2012, pasando sin pena ni gloria.
El último intento fue el tren a Misiones, que unía Pilar con Apóstoles. Sólo funcionó entre diciembre de 2011 y mayo de 2012, cuando se le quitó la concesión a TBA.
Desde ese entonces, el abandono. Del FFCC Urquiza, en Pilar sólo se mantiene en pie, a duras penas, la vieja estación. Ya no quedan ni las vías…
2012
Fue la última vez que el Línea Urquiza operó desde Pilar, viajando hacia Misiones.
“Hasta principios de la década del ’90 era una de las líneas más cuidadas, con buen material y mantenimiento”. Fuente: Pilar a Diario (Nota enviada por nuestro colaborador Jorge Zatloukal)