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El
gobierno habilitó negociaciones con banco europeos para reactivar la obra en
septiembre.
Mauricio
Macri no quiere hacer el mismo papelón de Cristina que anunció más de cinco
veces el inició de la sobras de soterramiento del Sarmiento. Apenas asumió se
reunió con Dilma Rouseff y dijo que las obras iban a reactivarse, pero ante la
crisis política extrema que vive el país vecino, el Gobierno busca alternativas
al financiamiento brasileño.
Fuentes
al tanto de las negociaciones confirmaron a LPO, que pese a la promesa de la
Casa Rosada de poner en marcha las obras en septiembre, el megaproyecto para
entubar el paso del tren Sarmiento por la Capital, está otra vez sin
financiamiento.
Por
eso, el gobierno de Macri empezó a tantear bancos europeos para reemplazar al
BNDES brasileño en el financiamiento de la primer etapa del proyecto.
Fuentes
al tanto de las negociaciones confirmaron a LPO que el proyecto está otra vez
sin financiamiento, por eso Macri abrió negociaciones con bancos europeos para
que aporten los primeros 1.500 millones de dólares.
Con
el fin de conseguir los 1.500 millones de dólares que hacen falta para iniciar
los trabajos entre Caballito y Castelar, el gobierno habilitó dos vías de
negociación.
Una
es la que llevan adelante funcionarios del Ministerio de Transporte y la
Cancillería para que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) se haga cargo del
financiamiento en juego.
Y
la otra es la que explora la constructora italiana Ghella, que integra el
consorcio adjudicatario de la obra. Ghella está a la búsqueda de un esquema de
financiamiento piloteado por bancos privados de Italia.
Desde
el cambio de gobierno en diciembre pasado, Ghella pasó a tener un mayor
protagonismo en la UTE que había ganado la licitación de la megobra hace casi
una década. Ese rol saliente se vio oficializado con la visita que efectuaron a
mediados de febrero el primer ministro de Italia, Matteo Renzi y Macri al
obrador del soterramiento que se encuentra localizado en el partido de Morón.
El
día previo a la visita el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta,
dijo misterioso que iba a darse un gran anuncio, pero al final el italiano dejó
el país sin un sólo anuncio de inversión.
Ahora,
según los tiempos que manejan los funcionarios, a mediados de mayo estarían
llegando a Buenos Aires las nuevas propuestas de financiamiento de las
entidades bancarias europeas. Con los números y montos sobre la mesa, el
gobierno deberá definir con cuál de las dos alternativas se queda para no
volver a postergar el soterramiento.
Una
historia de problemas
Adjudicadas
en 2008, las obras para soterrar las vías del Sarmiento comenzaron a registrar
problemas y demoras casi de inmediato. El primer traspié se produjo por la
caída del financiamiento originario que debían aportar los bancos privados
europeos Credit Suisse y Depfa Bank PLC.
Luego
vinieron varios intentos fallidos de financiación con fondos de la ANSES que no
pudieron concretarse. Así se llegó hasta mediados de 2013 cuando entró en
escena la constructora brasileña Odebrecht, otra de las integrantes del
consorcio adjudicatario de la obra junto Iecsa, Guella y la española Comsa.
Tras
recibir el visto bueno del gobierno kirchnerista, Odebrecht logró arrimar un
préstamo por 1.500 millones de dólares del Banco Nacional de Desarrollo
Económico Social de Brasil (BNDES).
A
cambio de esa asistencia crediticia, Iecsa –la constructora que lideraba la UTE
—tuvo que ceder las riendas del “Consorcio Nuevo Sarmiento” a Odebrecht que
pasó a ser el principal proveedor de los equipamientos y los materiales de
proyecto.
Pese
a los sucesivos anuncios oficiales sobre el arribo de los fondos, el BNDES
nunca terminó de poner en funcionamiento el mecanismo operativo del préstamo.
En
un primer momento, el motivo había sido que el gobierno argentino incumplió con
el desembolso de la contraparte local que estaba previsto en el convenio.
Después
fue por las diferencias políticas que se registraron entre las administraciones
de Cristina Kirchner y Dilma Russeff.
A
partir de 2015, se sumaron los problemas económicos de Brasil y el escándalo de
las coimas en Petrobras. Ante esa situación, el BNDES decidió hace más de un
año suspender todas las líneas de financiamiento que tenía en curso para los
proyectos externos de las empresas brasileñas.
Ahora,
con la nueva variante de financiación que prevé tomar el gobierno macrista, lo
que se avecina es otro reacomodamiento interno en el Consorcio Nuevo Sarmiento.
Tal como se perfila el panorama, las que pasarán a llevar la batuta de la UTE
en lugar de Odebrecht serán la italiana Ghella y socia local
Iecsa.LaPolíticaonline (Nota enviada por nuestro colaborador señor Gustavo
López)