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La ciudad de Paraná (Provincia de Entre Ríos) tiene un servicio de transporte urbano de pasajeros que funciona mal hace ya muchos años. Los múltiples intentos por lograr que el servicio mejore no han dado sus frutos. Por eso hoy los ciudadanos pagan 940 para viajar dentro de la ciudad, mientras que los que vienen de Oro Verde o más lejos abonan 1.300 pesos. Un informe especial del programa Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) abordó la problemática del transporte y el sueño de tener un sistema de transporte ferroviario de pasajeros.
Cuando pensamos ¿qué alternativas al colectivo existen? Inmediatamente se nos viene a la cabeza el tren. Paraná tiene todo. Tiene vías hacia Bajada Grande, Oro Verde, Colonia Avellaneda y La Picada. Sin embargo, el único ramal que funciona en la actualidad en esta zona es el que une la capital entrerriana con La Picada. Cuesta 750 pesos el pasaje. A diario, cientos de personas utilizan el servicio. Las unidades cuentan con aire acondicionado entre otras comodidades, pero lo más importante es que pasan a tiempo.
En los proyectos que giran en la cabeza de los ferroviarios y de las autoridades es darle vida al tren. Pero para eso primero hay que despejar las vías. Según datos del último relevamiento de Enersa, desde calle Pedro Londero hasta Bajada Grande hay 250 familias que construyeron sobre las vías del ferrocarril y están “colgadas” del suministro eléctrico. Hay otros cientos de viviendas que invaden los 15 metros que es propiedad del Estado a cada margen de las vías.
Todas estas casas no cuentan con ningún servicio público, porque están ubicadas en un espacio que pertenece al Estado Nacional. Desde hace muchos años el problema es la cabeza: Presidencia de la Nación. Pero esto no empezó con Javier Milei, viene desde el menemismo cuando empezó la destrucción de los bienes públicos, entre ellos el desguace de los ferrocarriles.
El resurgimiento de los trenes fue durante la gestión de Cristina Fernández y el freno llegó de la mano de Mauricio Macri y se extendió en los años que gobernó Alberto Fernández. Para entender la importancia que les da Nación a los trenes hay que conocer que desde hace muchos años hay una sola persona encargada de la custodia de los bienes en Entre Ríos y Corrientes.
Fuentes consultadas por Cuestión de Fondo contaron que tras la paralización de los ferrocarriles a partir de la década del 90 se comenzaron a realizar denuncias por ocupación ilegal de tierras ferroviarias, pero no se tomaron medidas políticas ni judiciales y lentamente se comenzaron a montar barrios en los terrenos pertenecientes al Estado Nacional. En el pasado, para algunas personas esto fue un negocio rondo y sin riesgo, ya que había sujetos que se encargaban de vender terrenos y otros de comprarlos. Una vez realizado el acuerdo ilícito, los compradores iban a la sede del ferrocarril en calle Racedo a peticionar un pedido de uso y se enteraban que todo lo que habían hecho era ilegal. Esto se terminó con el paso de los años.
Todos los consultados coinciden en señalar que la situación es complejísima, pero que con voluntad política se puede ejecutar. Por ejemplo, para que comience a funcionar el tren a Oro Verde hay que intervenir sobre 20 viviendas ubicada en la zona de calle División de Los Andes entre O’ Hoggins y Artube hasta Miguel David y Newbery. En algunas casas hay que retirar alambrados que están pegados a las vías, en otras hay que demoler cocheras y en tres viviendas hay que tirar abajo habitaciones.
Mientras que para el lado de Bajada Grande la situación es más compleja. Desde la gestión de Blanca Osuna se viene estudiando la posibilidad que el tren de pasajeros llegue a San Agustín. Hoy por hoy solo podría ponerse en marcha con poco trabajo e inversión hasta la zona de los 33 Orientales. Para continuar hay que seis casas que se construyeron sobre las vías férreas. La actual gestión municipal viene tomando diversas acciones a través del área de Control Urbano y Servicios Públicos.
En los últimos años la Municipalidad ha logrado retirar locales comerciales que se instalaron sobre las vías. Y parquizar algunas zonas para evitar el intrusamiento. La batalla es diaria. Ahora por ejemplo en el Paseo Ituzaingó, un mecánico del barrio Las Flores subió vehículos al espacio.
La falta de viviendas
Las usurpaciones de las vías ferroviarias en Paraná se han convertido en un problema cada vez más preocupante. Estas ocupaciones ilegales no solo representan un riesgo para la seguridad de las personas y el funcionamiento del servicio ferroviario, sino que también generan diversos inconvenientes para la comunidad. Si bien no es lo mismo un marginado o un desocupado que intrusa un terreno fiscal para armar una casilla para tener un reparo de las duras condiciones climáticas de nuestra zona, que alguien que construye una cochera sobre el mismo terreno.
Ninguna de las dos está justificada por encima de la otra, ambas son delitos, pero a la hora de abordar la problemática para encontrar soluciones que no signifiquen dejar a familias a la intemperie, seguro que se podrá advertir la diferencia y tomar las medidas que corresponda con las herramientas que el Estado tiene a mano, que no sea la judicialización de una compleja y dura problemática social que requiere de soluciones políticas.
La provincia de Entre Ríos cuenta con una red ferroviaria importante que está en desuso en gran parte. Solo un tramo de vías de la Costa del Uruguay se explota. El resto solo junta yuyo y subsiste gracias al trabajo de los ferroviarios y algunos intendentes que no quieren tener un dolor de cabeza a futuro.
Estas ocupaciones se producen principalmente en zonas marginales de las ciudades, donde las familias más vulnerables buscan un lugar para vivir. Sin embargo, estas zonas suelen ser propensas a riesgos, además de carecer de servicios básicos como agua potable y saneamiento.
Hace poco tiempo la Municipalidad de Paraná aprobó una ordenanza para regularizar un asentamiento que estaba en un terreno privado que había sido entregado al municipio. Esta acción posibilitará que las familias que viven en ese lugar tengan los servicios básicos.
Las causas de las usurpaciones de las vías ferroviarias en Paraná son complejas y multifactoriales, pero no se pude mirar para el costado. La situación tiene que ser abordada en algún momento con diálogo ya programas habitaciones. Además, es fundamental establecer un diálogo abierto y transparente con el gobierno nacional para darle un funcionamiento adecuado a la gran estructura ferroviaria que en algunas zonas solo se está arruinando a la intemperie.Análisis.com