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Durante la reinaguración de las audiencias, dos conductores de la línea Sarmiento se contradijeron en sus dichos sobre el funcionamiento de
los frenos de la formación que el miércoles 22 de febrero de 2012 chocó contra
el paragolpes de la estación terminal.
Dos conductores de la línea Sarmiento que operaban el tren
que se estrelló contra el paragolpe de la estación terminal de Once, con el
saldo de 51 personas muertas, incurrieron en contradicciones durante la
reinauguración de las audiencias del juicio que busca determinar las
responsabilidades de lo 29 imputados en la tragedia ocurrida hace casi tres
años.
Uno de los maquinistas, de apellido Pollo, aseguró que cuando entregó la
formación que finalmente se estrelló, la misma tenía "freno largo" lo
que en la jerga ferroviaria se denomina a la cantidad de maniobras que había
que realizar para lograr la detención total del tren, informaron fuentes
judiciales.
En cambio el conductor que recibió ese tren aseguró que la formación
siniestrada tenía "freno corto", es decir que no había que ejecutar
tantas maniobras para detenerlo, cuando Marcos Córdoba, el maquinista que
estaba al frente al momento del impacto declaró que el tren tenía "freno
largo".
Además declaró el ingeniero Edgardo Peralta, de la Asociación de
Protección al Usuario del Transporte, quien solo ratificó una documentación que
había presentado en la causa referida el ex secretario de Transporte Juan Pablo
Schiavi.
El juicio continuará este martes a las 10 en el Tribunal Oral en lo
Criminal Federal 2, donde está previsto que declare, entre otros, el gerente de
Seguridad Ferroviaria de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte
(CNRT), Horacio Faggiani.
El sinestro, que generó 51 muertos y 789 lesionados, ocurrió el 22 de
febrero del 2012 cuando un tren de la línea Sarmiento colisionó con la cabecera
del andén número 2 de la estación terminal de Once.
Hay imputadas 29 personas entre ellas Sergio Claudio Cirigliano, Marcelo
Alberto Calderón, Carlo Michele Ferrari, Carlos Alberto Lluch, Sergio Daniel
Tempone, Jorge Álvarez, Guillermo Alberto Abenigno y los ex secretarios de
Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, junto al maquinista Marcos
Córdoba
A todos se les imputa, a excepción de Córdoba, los delitos de
defraudación contra la administración pública y descarrilamiento culposo.
Según el Código Penal, esos delitos tienen una escala de pena de 2 a 6
años de prisión y de 1 a 5 años de prisión, respectivamente.
En tanto, Córdoba está imputado por el delito de descarrilamiento
culposo que tiene una pena de 1 a 5 años de prisión.
En el juicio está previsto que declaren unos 350 testigos, aunque muchos
de ellos no se presentaron y hasta el momento declararon 170.Crónica.com
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