Cartas de Lectores
Señor
Director de Crónica Ferroviaria
Me
dirijo a usted con el fin de informarle que el pasado sábado 1° de Agosto
pasado me dispuse a realizar un viaje que hace tiempo quería hacer, volver de
la ciudad de Mercedes (Provincia de Buenos Aires) con el tren de pasajeros Nro.
1112, también llamado popularmente “El Bragado”.
Para
dicho viaje, tomé en Puente Saavedra el colectivo de la Línea 57 de 08.25
horas, bajando en la Terminal de Ómnibus de Mercedes y posterior caminata
llegué a la estación de trenes. En realidad no era necesario llegar a la terminal,
pude haberme bajado cuando entró a la ciudad y cruzó el paso a nivel, pero como
estaba cómodo con el tiempo, me pegué toda la vuelta para conocer el recorrido.
De paso, pude observar cómo están arreglando la estación Mercedes de trocha
angosta (ex C.G.B.A.), está quedando realmente muy linda y están colocando
mesas como para que la gente se siente y pueda tomar mate o pasar una tarde al
aire libre.
El
viaje sólo se puede pagar con la Tarjeta Sube, tiene un costo de $ 39.50 y
tarda aproximadamente 2.30 horas en llegar a la Terminal. El servicio que yo
tomé fue por Camino del Buen Ayre, entró en la ciudad de Moreno y
posteriormente autopista, deteniéndose también en Luján. Por supuesto, en
algunos pueblos intermedios le solicitaron parada y dejó a esas personas sobre
las garitas que se encuentran a los laterales de la ruta y/o entradas de los
pueblos.
Aproximadamente
09.24 horas llegó a Moreno y a las 10,00 horas estaba en Luján. Fue llamativo
la cantidad de recambio de pasajeros que hubo en los dos lugares. Desde Luján
salimos con algunos pasajeros parados porque estaban todos los asientos
ocupados. Esperemos que cuando termine el trabajo en la infraestructura de vía
de la Línea Sarmiento entre Moreno y Mercedes pongan más frecuencias porque
realmente queda claro que hay una necesidad importante de transporte entre
estas ciudades. Respecto al trayecto realizado por ruta, ningún otro
comentario, el micro estaba limpio, bien calefaccionado y los asientos eran
cómodos a pesar de ser un poco angostos.
Volviendo
al tema ferrocarril, llegué a la estación Mercedes de la Línea Sarmiento y veo
de lejos que estaba entrando un tren local; tuve la suerte de que estaba
ingresando con “la croata” número 1001. Locomotora que había comenzado a
trabajar en esa línea con el nuevo esquema hacía pocos días, o por lo menos eso
es lo que yo tengo entendido.
La
1000 posteriormente la ví en marcha acoplada a dos coches de pasajeros en el
depósito de Haedo.
Después
de sacar algunas fotos y de que el tren partiera, tengo la necesidad de ir al
baño, cuando llego al mismo observo que estaba cerrado y cuando pregunto me
confirman que el mismos se encuentra en esa situación, no es que tenía la llave
“alguien”; es decir, en una estación emblema de la línea Sarmiento, de una ciudad
pujante de la provincia de Buenos Aires, no había baño habilitado. De acá en
adelante comenzaron una serie de sorpresas y situaciones insólitas.
Posteriormente,
me acerqué a la oficina de la empresa provincial Ferrobaires de la cual me
gustó la “decoración” con fotos de trenes de diversas épocas y líneas. Me
aproximé a la ventanilla y me coloqué detrás de una pareja de personas de la
tercera edad que habían ido a comprar dos pasajes para el viernes próximo con
destino a Santa Rosa, es decir, no iban a viajar con Ferrobaires sino con la
empresa Trenes Argentinos Operadora Ferroviaria.
El
boletero le explica que ellos son la empresa Ferrobaires, que no venden los
boletos de ese tren y que para comprar los mismos tenían tres posibilidades,
viajar a Once o ese mismo viernes comprar el pasaje cuando llegaba el tren y la
tercera era adquirirlo por internet.
Naturalmente,
ninguna de las dos opciones primeras eran “lógicas”, la primera incluye gastar
dinero y tiempo en ir a Once para comprar dos boletos; la segunda es
arriesgada, quién dice que uno espere el tren y haya lugar, me parece
pertinente el planteo de esta pareja, yo hubiese dicho lo mismo.
La
tercer opción ya la habían probado, pero les fue imposible comprar vía web los
pasajes, doy fe de esto, quise hacerlo cuando fui a Zárate con "El
Rosarino" y cuando quise viajar a Mar del Plata y no pude (además te
cobran un extra).
No
obstante, como siempre hay otra solución en este querido país, el vendedor les
anota en un papelito el nombre y el teléfono de línea junto a un teléfono móvil
de una persona que hace corretajes y es comisionista para que llamen y le
pregunten cuánto les cobraría por comprarles los boletos en Once y
posteriormente llevárselos.
Francamente
después de ver y escuchar esto pensé que nada más me iba a sorprender. Saqué mi
boleto, 40 pesos, costando igual Clase Turista o Primera.
Siendo
las 12,00 horas, el tren de pasajeros llegó a la estación puntualmente al mando
de la locomotora diésel GM modelo GT22CW Nro. 9083. Saqué algunas imágenes y
subí por el segundo ó tercer coche y camino hasta el último que era el único
que estaba más o menos vacío y podía elegir asiento, ya que quería estar cómodo
para cruzarme de ventanilla a ventanilla para sacar las fotos que más quería.
Una
cosa que de entrada no me gustó fue que cuando accedo y paso por el baño, había
dos sujetos de apróximadamente 30 años que no se qué estaban haciendo, pero
algo bueno no era porque miraban a cada rato para todos lados, o se estarían
armando un porro o algo así. El estado exterior del tren, tanto exterior como
el interior, es desastroso, grafiteado, la chapa picada, sucio, levantás la
ventana y cae tierra como si fueran coches abandonados hace veinte años,
burletes de la ventanas rotos, los tapizados destruidos, algunos con parches,
faltan apoya pies, los asientos no rotan, manchados de pintura, etc.
La
formación estaba compuesta por la locomotora, un pulman y después intercalados
coches de clase Turista y de Primera; otra falla es que no tenía furgón. En
total seis coches.
Comienzo
del viaje
En
primer lugar veo al típico vendedor “oficial” que pasa con el carrito en todos
los trenes, pero también encontré vendedores ambulantes, realmente
sorprendente, pasaban con alfajores, al rato pasaban con cuentos para pintar,
después con otro tipo de golosina, eran una especie de kiosko ambulante,
desconozco donde dejaban toda la mercadería. Entiendo que sacando al señor del
carrito, los otros dos no estaban habilitidos y/o autorizados para vender
arriba del tren.
Durante
todo el trayecto, nunca vino el guarda, jamás me pidieron boleto, lo pagué al
divino botón, si no lo pagaba era lo mismo. Jamás pasó alguien de control o de
seguridad para ver que estuviese todo normal. Un señor de aproximadamente 50
años vino al coche, fue al baño, se quedó un rato en el mismo, después se fue,
después volvió, cosas extrañas.
Después
de un rato de comenzado el viaje, sacando algunas fotos, me pareció ver que
había alguien en el estribo de uno de los vehículos, naturalmente me dije que
eso no podía ser, que tal vez alguien se había asomado y nada más. Seguí
sacando fotos y vuelví a observar lo mismo, entonces presté mayor atención y
ajusté al máximo el zoom de la cámara, efectivamente, alguien estaba viajando
en el estribo. Pero lo más sorprendente es que era una criatura de no más de
diez años que saltaba, sacaba la pierna y los brazos para afuera. Es decir,
esto confirma que el control en el tren es totalmente nulo, si bien, cabe
aclarar, que los primeros responsables son los padres de la nena.
Siguiendo
con el viaje, en un momento empiezo a sentir olor a porro; efectivamente dos
sujetos estaban en el tren fumándose un "charuto", creo que alguien
del pasaje les dijo algo porque después se fueron para el baño a fumar.
Llegamos
a Luján y el tren es detenido por unos minutos a 500 metros de la estación
esperando que le den entrada. Algunos pasajeros no esperaron llegar a la misma
y directamente se bajaron del convoy con sus valijas y todo el equipaje en el
medio de la vía.
Lo
mismo sucedió a la entrada de estación Moreno (14.08 hs.) donde una pareja
joven con una nena en brazos aprovecha una breve interrupción en el movimiento
del mismo, y se tira en el medio de las dos vías en un área donde ya había
tercer riel. Una locura total.
Y
por último en estación Haedo, no se de quien es la responsabilidad, detienen al
tren en la plataforma de andén alto, con lo cual la gente tiene que hacer
algunas peripecias para poder acceder al mismo, ya que el nivel de estos vagones es más bajo, sumado
a esto que iban cargados con canastos, valijas, etc.
A
las 15.20 hs. llegamos a estación terminal Once de Septiembre, con una hora de
atraso y tampoco había nadie para revisar o controlar el pasaje, o personal de
seguridad, ya sea privada y/o fuerza policial.
Respecto
al tema infraestructura de vía estrictamente, de Mercedes a Luján la misma está
siendo, o ha sido mejorada, desconozco el status actual de las obras. En lo que
respecta a lo que vi, la reparación al momento es un desastre, cambiaron durmientes
y en algunos casos quedaron sueltos sin sujeción, en otros casos, se nota
en algunas áreas reparadas grandes
acumulaciones de agua, en las planchas que unen los rieles faltan tornillos, la
vía esta toda ondulada, hay rieles soldados de diferentes alturas; lo único que
observé bien fueron un reemplazo total de durmientes en dos puentes sin
laterales, y en algunos pasos a nivel que hicieron una reparación integral.
Cabe destacar que sobre esta vía el tren va a 50/60 km/h, no es que la misma
esta precaucionada.
En
estación Jaúregui el tren en el que viajé observó una parada de aproximadamente
diez minutos, desconozco si fue técnica o subió algún pasajero. Nuevamente nos
detuvieron a la entrada de Luján donde se dio el hecho que relaté en un párrafo
anterior.
En
estación Luján sube al último coche un cambista, cuando el tren pasa el cabín
de salida se detiene, éste baja, retira un taco de madera que está trabando el
cambio de vía, mira al cabín, hacen el cambio y el tren retrocede para tomar
vía contraría; este recorrido por esa vía lo realiza hasta estación Francisco
Álvarez donde nuevamente toma la vía correspondiente. Cabe destacar que en
dicha estación hay un obrador muy grande, es impresionante ver la cantidad de
vías removidas, montañas de piedra, etc.
De
Luján a Moreno la vía esta renovada prácticamente en su totalidad, falta un
pedazo de la ascendente llegando a Moreno y otra parte, también de la
ascendente, antes de llegar a General Rodríguez. Por supuesto, en diferentes
lugares, si bien la vía esta renovada, todavía no está apta para ser utilizada.
En
General Rodríguez sobre el terreno pusieron geotextil y realmente hicieron un
buen trabajo, pusieron un caño entre las dos vías, entiendo será un desagüe o
algo así. También se ve muy bien terminada la que va a Merlo, de todo esto
adjunto fotos.
Otro
tema que me llamó la atención, es que tenía entendido que de Moreno a Once
estaba ya terminada la obra, pero no es así, todavía hay lugares que faltan
cambiar los desvíos y desconozco porqué hay partes con las vías bastante
onduladas a pesar de ser nuevas. Llegando a Once observé también que pareciera
que la vía que baja a la estación subterránea está también toda nueva y
terminada, con durmiente de madera, pero se ve muy bien. No tuve la picardía de
ir hasta el subte para ver si ya tendieron la misma en la estación Miserere.
Naturalmente,
más allá de todo lo narrado, y que me gustaría que se solucione alguna vez, no
puedo dejar de decir que como ferroaficionado he disfrutado mucho el viaje,
pero también hay que tener en claro que los trenes no fueron hechos para que
viajen quienes gustan de ellos, sino que esencialmente son un medio de
transporte para todo el pueblo.
Gastón Labonia