5 de agosto de 2025

Cálida despedida: se jubiló Susana Sánchez, una de las primeras mujeres guardas de la Línea Sarmiento

Homenaje

“Ahora por un tiempo me voy a dedicar a descansar y a no viajar en tren, ja”, reveló en conversación con Primer Plano Online. Los parlantes de la estación Once se hicieron eco de su último día de trabajo, en el que recibió el cariño de compañeras, compañeros y del pasaje. Su caso es testimonio de cómo cambió el rol de la mujer en el ferrocarril con el paso de los años.

El último viaje de Susana Sánchez como jefa de tren en una formación de la línea Sarmiento estuvo plagado de emociones. Aplausos tributados por el pasaje cuando los parlantes de la terminal Once anunciaron la partida y las serpentinas y abrazos que le regalaron compañeras y compañeros fue el reflejo de una jornada que será difícil de olvidar.

Con 61 años, la mujer llevaba 15 en el servicio ferroviario y una década en la especialidad de guarda. El suyo es el fiel testimonio de cómo cambió el rol de la mujer en ese servicio de transporte con el paso de los años: inicialmente, sus contrataciones estaban sólo ligadas a tareas de limpieza y boletería; luego se amplió a evasión, cuando todavía se controlaba con recursos humanos; ahora, ya no hay sectores vedados ni límites para acceder a vacantes y escalar en el rango.

“Yo me postulé, fui seleccionada y antes de darme la función tuve una entrevista en la cual me informaron que iba a tener que tener contacto con personas muertas arrolladas por el tren y que me iba a tener que quedar al lado del cadáver hasta que lleguen las emergencias. Nos veían como débiles a las mujeres, pero yo venía de trabajar en el molinete y ya estaba acostumbrada”, narró Susana en conversación con Primer Plano Online.

Por curioso que resulte, la trabajadora se retiró invicta: nunca un tren bajo su control arrolló a nadie. Es decir, esa experiencia traumática, que es de lo más común en el servicio ferroviario, no la vivió. Sí le pasó tener que detener la formación para hacerle reanimación cardiopulmonar a una menor de 13 años al que no podían despertar. En ese caso actuó con la ayuda de una enfermera que estaba entre el pasaje. “Cuando llegó la ambulancia ya estaba recuperada”, recordó.



Hija de ferroviario y tiempo para terminar su casa

Sí lo que sufrió Susana fue arrollamiento de vehículos y motos, por lo cual también el servicio se interrumpió para implementar el protocolo de rigor. A veces, incluso, tuvo que ayudar en la evacuación del tren para que la gente llegue a destino por otros medios. Su papá fue foguista hace muchos años, cuando las máquinas se alimentaban a leña y carbón: era ayudante del motorman.

La guarda jubilada vive actualmente en la localidad de La Reja, Moreno, y define a su hija, de 27 años, como “la luz de mis ojos”. La joven se dedica a editar y producir contenido en medios de comunicación. También su entorno lo conforman sus cuatro hermanos, cinco sobrinos y piensa, por los próximos meses, destinar tiempo a descansar y a terminar de edificar su casa. “Ahora se me achica el bolsillo, pero lo voy a lograr”, se esperanzó.

“El ferroviario es familia. Pasa algo a un compañero y estamos todos para ayudar”, sintetizó ante la pregunta sobre qué significa trabajar en el sector. También valoró de manera muy positiva a la gente que habitualmente utiliza el servicio que une Once con Moreno, que en su gran mayoría “son humanamente de primera”. Ahí arriba también se hace comunidad.

“Me voy muy orgullosa de haber representado a la mujer en la especialidad de guarda tren, con los mejores recuerdos y cariños y con el corazón engrandecido porque nunca pasé por arriba a ningún compañero ni compañera”, concluyó la charla con Primer Plano Online, no sin antes recordar una máxima: “nunca hay que dejar de pelear por nuestros derechos”.PrimerPlanoonline.com

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