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9 de enero de 2025

Gran Bretaña crea la Gran Renfe

Exterior

Treinta años después de ser pionera en la separación de la infraestructura y la gestión ferroviaria, en la liberalización total y en la privatización, el nuevo gobierno británico, ante los calamitosos resultados de su modelo, gira 180 grados y vuelve al ferrocarril integrado y público. ¿Marca ello un camino para la Unión Europea (y para España)?

Gran Bretaña cambió radicalmente su modelo ferroviario en 1993 (con la Railways Act) con la idea de que la separación vertical, la competencia y la privatización mejorarían la eficiencia y calidad del sistema ferroviario y, a vez, bajaría el precio de los servicios. Para ello: 1) separó la infraestructura (que se vendió a una empresa privada) de la operación (equivalente a la separación de Renfe y Adif); 2) creó un sistema de franquicias (concesiones) para operar por empresas privadas diversos corredores de viajeros en régimen de competencia "por el mercado"; y 3) liquidó British Rail, la veterana y prestigiosa empresa pública integrada de ferrocarriles (equivalente a nuestra Renfe de toda la vida).

Esta separación vertical (segregando en empresas distintas la gestión de infraestructura y la prestación de los servicios) como un prerrequisito para hacer posible la competencia y que supondría un gran avance para el ferrocarril, inspiró a la Unión Europea en su modelo ferroviario y se ha impuesto (en el sentido más literal de la palabra) como un estándar a los a países europeos. [Algunos, como Francia, Italia o Alemania, se han acogido a la posibilidad "arrancada" por los Estados a la UE de que un mismo holding integre empresas gestoras de infraestructura y operadoras de transporte, sin que ello limite la competencia en la prestación de los servicios. España no ha aprovechado esta posibilidad, pero la vigente Ley del Sector Ferroviario, en su artículo 21, sí permite la existencia de empresas integradas (curiosa denominación que da al holding) aunque establece garantías de independencia para ciertas funciones como la fijación del canon o la asignación de surco, conforme a la normativa europea].

La gran diferencia entre el caso británico y el de otros países europeos es que Gran Bretaña adoptó antes el modelo y lo hizo de forma más radical, lo que hace suponer que lo ocurrido allí tal vez sea un anticipo —quizá amplificado— de lo que puede ocurrir en otros países, especialmente en los más cafeteros, como España, que no han adoptado el submodelo del holding ni mecanismos para alinear objetivos.

Ahora, ya con Gran Bretaña fuera de la UE, y con una larga experiencia en la aplicación del modelo, el nuevo gobierno laborista ha dado un giro total en su política: se vuelve a integrar la gestión de la infraestructura con la operación de los servicios (vamos, algo así como sería en España volver a unir Adif y Renfe); se eliminarán progresivamente las franquicias privadas y se encomienda la gestión de la infraestructura y operación de los servicios de viajeros a una nueva empresa nacional que ahora, en vez de llamase Bristish Rail (que era la Renfe británica, una unidad de destino en lo universal ferroviario) se va a llamar Great British Rail (o sea, la Gran Renfe).

[Desde luego hay matices en lo anterior: la renacionalización e integración británica se realizará paulatinamente porque el gobierno no dispone de fondos para expropiar las franquicias; y, por la misma razón, los Roscos (empresas privadas propietarias de los trenes que arriendan a los operadores) se mantienen en manos privadas —con nuevos controles— pese a haber advertido de los escándalos en su gestión y de los sobrecostes que ello ha supuesto al sistema. La operación de las mercancías sigue liberalizada].

Proceso y razonamiento para la decisión

Esta reforma es el resultado de los estudios que venía haciendo el gobierno conservador, preocupado por la situación del sistema ferroviario, cada vez con más costes, precios en subida libre, burocracia creciente y un servicio deficiente. En 2018 el gobierno encargó al experto independiente Keith Williams (expresidente de Halfords, Royal Mail y British Airways) un informe que entregó en mayo de 2021 y que firmó con el secretario de Transporte Grant Shapps, titulado Great Bristish Railways. The Williams-Shapps Plan for Rail (conocido como informe Williams).

El estudio se sometió a consulta pública en 2022 y sirvió de base a un proyecto de ley de reforma (en realidad, de contrarreforma) del sector ferroviario que se presentó por el gobierno conservador en febrero de 2024 y que está en la fase de tramitación parlamentaria. Posteriormente, el nuevo gobierno laborista añade más reformas, pero profundizando en la misma línea y renacionalizando más actividades. En la necesidad de la reforma, la reintegración vertical y la creación de Great British Railways ha habido un acuerdo total entre los dos grandes partidos.

El fracaso del modelo actual: separación de la infraestructura y la operación

Según el informe, uno de los principales problemas del sistema ferroviario británico en los últimos años ha sido la fragmentación del sector. Desde 1993, el servicio ferroviario se dividió en empresas que gestionaban distintas funciones: los operadores de trenes, el gestor de infraestructuras, los arrendadores de material rodante (Roscos) y otras entidades.

La más crítica de las disfunciones ha sido la separación entre la gestión de la infraestructura y la operación de los trenes. El informe Williams recalca que ese modelo fue precisamente el causante de los problemas estructurales del sistema ferroviario británico. Así, señala expresamente el propio informe que "ningún líder u organización a nivel local, regional o nacional tiene responsabilidad de un resultado global ni de hacer que todo el sistema funcione. El sistema actual no siempre anima a las diferentes partes del sector a trabajar juntas; ni las recompensa por hacer lo correcto; ni las incentiva a actuar en el interés general, en lugar hacerlo con un objetivo parcial. En cambio, la coordinación se rige por una telaraña costosa e inflexible de relaciones a menudo contraproducentes, como penalizaciones e incentivos inconexos". (¿Les suena a algo?)

Señala también el informe que "el modelo organizativo adoptado en 1994 fue un fracaso, pues en lugar de crear un sistema eficiente, introdujo una complejidad administrativa innecesaria, incrementó los costes y generó barreras entre las distintas entidades, lo que dificultó la integración y la innovación". El diagnóstico deja claro que el sistema actual no es sostenible y requiere una reestructuración completa: "el sistema ferroviario ha quedado atrapado en un modelo desorganizado que, en lugar de funcionar como un sistema integrado, ha creado una estructura de costes altos y falta de cohesión que perjudica tanto a los usuarios como a los operadores". La complejidad de un sistema con tantos actores relacionados por múltiples vínculos contractuales impone unos costes de transacción muy altos y una gran litigiosidad que tiene un retorno escaso en términos de valor para el viajero. Los ahorros en estos costes que no aportan valor podrán traducirse en una reducción significativa del precio de los billetes.

Network Rail y los operadores emplean, por ejemplo, a casi 400 personas a tiempo completo (conocidas como "atribuidores de retrasos en los trenes"), para discutir entre sí de quién es la culpa de un retraso. Esto es sintomático de un enfoque desalineado, buscando la culpa, en lugar de las soluciones. Alrededor del 40 % de los retrasos se discuten, y como resultado se debaten a través de un extenso proceso de escalamiento; un documento de principios y reglas de 199 páginas; y un proceso de adjudicación supervisado por un panel presidido de forma independiente. Las sentencias anteriores dictaminan, por ejemplo, quién fue el responsable de que un tren estuviera tan abarrotado que provocó que un pasajero se desmayara, causando retrasos; o si un faisán es un "pájaro pequeño" (en cuyo caso el operador del tren sería el culpable de un retraso causado por atropellarlo) o si es un "pájaro grande" (entonces Network Rail, el Adif de allí, sería el responsable).

La atribución de retrasos es una pequeña parte de una panoplia de reglas, procedimientos, códigos y mecanismos de resolución de disputas que han demostrado ser malos sustitutos de la cooperación, la confianza y el sentido común que se encuentran en otros sectores que trabajan con un propósito compartido. Los contratos de franquicia generalmente tienen alrededor de 1.000 páginas; el documento de Requisitos Clave del Tren, 185 páginas, sin embargo, algunos asientos nuevos son vistos por los pasajeros como incómodos y poco adecuados para viajes largos. El Acuerdo de Emisión y Liquidación de Billetes tiene 922 páginas, por lo que no es de extrañar que los viajeros encuentren los precios de los billetes tan confusos.

La experiencia del viajero es insatisfactoria en varios puntos del viaje. Los clientes encuentran confusos los precios y menos de la mitad de los viajeros perciben una buena relación calidad-precio. En las estaciones, algunos viajeros tienen dificultades para desplazarse o carecen de espacios cómodos para esperar. La puntualidad no es buena: aproximadamente la mitad de los trenes en el norte de Inglaterra y un tercio de los trenes a nivel nacional llegaron tarde en 2019/20. Esto apenas ha mejorado en los últimos cinco años. La experiencia a bordo de los trenes tampoco es adecuada.

La privatización no solo generó problemas de coordinación, sino que también condujo a un aumento de los costes en diversas áreas. Según un informe del Comité de Transportes de la Cámara de los Comunes, las tarifas ferroviarias aumentaron en términos reales un 40 % desde la privatización. Los precios de alquiler de los trenes también crecieron considerablemente, lo que generó una presión económica sobre los operadores, que debían pagar altas tarifas a las empresas alquiladoras de material rodante (Roscos). La Oficina Nacional de Auditoría señaló en 2017 que mientras los Rosos tuvieron beneficios de 1.200 millones de libras, con alquileres altísimos en contratos a largo plazo inflexibles, los operadores se arruinaban y los viajeros pagaban billetes carísimos.

El Informe Williams, sin embargo, no dejaba de señalar el papel [a veces perverso] de "lo público" en esos fallos en un sistema donde ya algunos servicios se prestaban por el sector público: el Departamento de Transportes dirigía muchos aspectos del funcionamiento del sistema y Network Rail, una compañía pública, gestionaba la infraestructura, incluidas las estaciones, y generaba una parte no despreciable de los costes y los problemas de funcionamiento del ferrocarril. El Informe no establece la conclusión de que "lo privado es malo, y lo público bueno":

El Libro Banco reconoce, en fin, que la desregulación ha fallado y que el sistema ha quedado en manos de múltiples actores que no comparten una visión común, lo que ha derivado en precios elevados y una pésima calidad de servicio. El sistema se basa en la "cultura de la culpa" donde es más importante determinar quién es el culpable (y debe asumir el coste de las penalizaciones previstas en los complejos contratos que dibujan el sistema) que encontrar y poner solución a los problemas de base.

Las propuestas

El informe Williams propone una integración y un modelo más centralizado para el sistema ferroviario británico. La creación de una nueva entidad, Great British Railways (GBR), tiene como objetivo consolidar la gestión de la infraestructura, la operación de los trenes y la planificación en un único ente público. Esto permitiría una mayor coordinación y eficiencia, reduciendo las barreras entre la infraestructura y los operadores.La propiedad pública de la nueva empresa eliminará la desalineación de incentivos que tendían a obstaculizar la aplicación de reformas estructurales y mejoras de la oferta a los viajeros en contratos con operadores del sector privado. La política de privatización pretendía fomentar una mayor competencia y mejorar la eficiencia. Sin embargo, la realidad ha sido que, en lugar de incentivar la innovación, la competencia ha sido limitada y contraproducente.

Este modelo propone fijar tarifas más accesibles, garantizar nuevas inversiones en material rodante y modernizar la infraestructura para asegurar un sistema ferroviario más sostenible y eficiente. Asimismo, se busca reducir la privatización en áreas clave, como las empresas alquiladoras de material rodante, que serían integradas o reguladas bajo el control de GBR para evitar los excesivos costes de alquiler.ElEconomista.com

3 de junio de 2021

ITF sobre la nacionalización de los ferrocarriles en Inglaterra

Gremiales

El fraternal Julio A. Sosa, Vicepresidente de la Sección Ferroviaria Global de ITF (Federación de Trabajadores del Transporte), detalla en el siguiente informe, las reformas y gestiones gubernamentales que se vienen llevando a Cabo en el Reino Unido para la Re nacionalización del sistema ferroviario inglés.

El Reino Unido ha anunciado que su difícil red ferroviaria volvería a estar bajo control gubernamental, aunque con una participación significativa del sector privado.

La reforma creará un nuevo organismo público, Great British Railways, que establecerá horarios de trenes y precios de boletos, así como la gestión de la infraestructura ferroviaria. Las empresas privadas continuarán operando trenes bajo contratos con el Estado.

El gobierno del primer ministro Boris Johnson afirma que la revisión mejorará la vida de los sufridos pasajeros del tren del país, en lo que se ha descrito como la mayor sacudida en Gran Bretaña desde la privatización de la red en la década de 1990.

"Soy un gran creyente en el ferrocarril, pero durante demasiado tiempo los pasajeros no han tenido el nivel de servicio que merecen", dijo Johnson en un comunicado.

No menos importante como resultado de la influencia del Reino Unido, la UE está pasando de diciembre de 2023 a un modelo más liberalizado de operación de servicios de pasajeros ferroviarios con la obligación de abrir a la competencia muchas rutas ferroviarias. Eso no significa que las compañías ferroviarias estatales desaparezcan, pero sí significa una mayor competencia para la prestación de servicios ferroviarios de pasajeros". dijo Totis Kotsonis, experto en ayudas estatales y socio del bufete de abogados Pinsent Masons en el Reino Unido.

Luego de que la revisión ferroviaria dirigida por Keith Williams, un ex CEO de British Airways, se lanzó en septiembre de 2018 de manera efectiva, en reconocimiento de que el modelo de franquicia para la operación de servicios de pasajeros ferroviarios no había logrado ofrecer un servicio competente,y quede a la vista que el Gobierno tuvo que intervenir cada vez más para rescatar a las empresas operadoras de capacitación (del sector privado) que falla. Se puede ver que COVID ha tenido una gran influencia en el momento y el contenido de los últimos anuncios de Renacionalizacion.

varios estados miembros de la UE tienen ferrocarriles de propiedad estatal: Francia, Alemania, Portugal, Italia y Polonia, por nombrar algunos.

Pero mientras que los operadores estatales históricos dominan el mercado en la mayoría de los países de la UE, varias naciones han liberalizado el transporte ferroviario de pasajeros en los últimos años, en particular Alemania, Italia y Austria.

Pero la financiación pública sigue siendo clave para la seguridad, la calidad del servicio y la intensidad de uso, según el Índice Europeo de Rendimiento Ferroviario 2017 publicado por Boston Consulting Group.

El rendimiento general de un sistema ferroviario normalmente se correlaciona con el nivel de costo público, que definimos como la suma de subsidios públicos e inversiones en el sistema", dijo la publicación.

Durante muchos años, el sistema ferroviario Privatizado del Reino Unido se ha visto empañado por altos precios, ineficiencia, retrasos y hacinamiento.

La introducción de nuevos horarios en 2018 dejó a los pasajeros varados y frustrados por la escasez de trenes

"Nuestros ferrocarriles nacieron y fueron construidos para servir a este país, para forjar conexiones más fuertes entre nuestras comunidades y proporcionar a la gente un servicio asequible, confiable y rápido. Años de fragmentación, confusión y complicación excesiva han visto que la visión se desvanece y los pasajeros fracasan ,Ese sistema complicado y roto termina hoy" dijo el Secretario de Transporte Grant Shapps.

Esta reforma es un siguiente paso lógico para garantizar que los ferrocarriles, como columna vertebral del transporte de una economía sostenible y que proporcionen al usuario final el mejor, más rentable, más seguro y eficiente conjunto de opciones de servicio posible. ITF.com

29 de septiembre de 2020

Inglaterra: Una antigua estación y un tren reconvertidos en viviendas

Exterior

Salen a la venta por 950.000 libras, poco más de un millón de euros al cambio actual

Vivir en una vieja estación de tren con sus respectivos coches de pasajeros reconvertidos en habitaciones poder ser la mejor manera de escapar la ciudad en tiempos de pandemia en Gran Bretaña. Esta singular propiedad se vende por 950.000 libras, poco más de un millón de euros al cambio actual.


Si hace poco hablábamos de la vivienda más estrecha de Londres, ahora nos desplazamos más al norte hasta las Midlands de Gran Bretaña, donde se encuentra la antigua estación de ferrocarril Coalport West. En uso desde 1862 en la línea Severn Valley, que unía Hartley con Shrewsbury, ciudades inglesas, cerca de la frontera con Gales para el transporte de pasajeros y el carbón.


Interior de la estación ferroviaria

Pero en los años 60 del siglo pasado cerró por su desuso y quedó abandonada a la intemperie. Hasta 2004 no recuperó vida cuando sus nuevos propietarios la convirtieron en vivienda. Aprovecharon las vías del tren para comprarse dos vagones de ferrocarril Mark 1 Great Western, del mismo tipo que se utilizaron en la línea de Severn Valley en los años cincuenta y principios de los sesenta. Lo restauraron para sacarlo como alojamiento vacacional.


Interior de los coches de pasajeros
Vista del andén de estación

La casa de la estación tiene tres salas de recepción, dos dormitorios en la planta baja y tres en el primer piso, mientras que la sala de espera en la plataforma opuesta se utiliza actualmente como oficina.

19 de agosto de 2020

Gran Bretaña: El teletrabajo desvía los trenes británicos hacia la vía estatal

Exterior

Con la caída de pasajeros, el sistema semiprivado es aún más deficitario, y dependerá más del apoyo público

El caótico experimento, que dura ya 25 años, de Gran Bretaña con el ferrocarril privatizado podría estar llegando a las toperas. Es probable que el cambio post-virus hacia el trabajo en casa conduzca a trenes menos llenos, mayores subsidios gubernamentales y, eventualmente, a un negocio menos irracional y posiblemente más eficiente.

El número de pasajeros de los ferrocarriles del Reino Unido cayó en un 95% después de las restricciones del Gobierno del 23 de marzo. Las cifras están empezando a recuperarse, pero el Estado sigue respaldando pérdidas sustanciales a los operadores privados de trenes. Con los dividendos como perspectiva lejana, equivale a una nacionalización de facto.


Los subsidios eran esenciales para la supervivencia del sistema antes de la pandemia. Los 4.300 millones de libras (4.800 millones de euros) netas recibidas en el año fiscal 2019 ascendieron al 40% de los ingresos por billetes. El cambio hacia el teletrabajo aumentará esa dependencia.

¿En cuánto? El número de pasajeros sigue un 75% por debajo de lo normal, y el organismo de control Transport Focus calcula que dos tercios de los viajeros de tren trabajarán más desde casa. Eso hace que una disminución estructural del 40% en las tarifas, equivalente a 4.200 millones de libras (4.700 millones de euros) de ingresos perdidos, parezca plausible. Los operadores de trenes podrían compensarlo con tarifas más altas, menos trenes y menos personal, pero hay límites. Después de todo, los trenes poco atractivos empujan a los viajeros a los coches, que son mucho peores para el medio ambiente. Y las conexiones de transporte fluidas ayudan a difundir la riqueza y las oportunidades, por no hablar de complacer a un grupo grande y vocal de votantes.

Supongamos que los operadores logran ahorrar 500 millones de libras (550 millones de euros). Entonces, la ayuda del Gobierno se duplicaría desde los niveles prepandémicos, hasta 8.000 millones de libras (8.900 millones de euros) anuales. Los 218 millones de libras (242 millones de euros) en dividendos que se llevaron los inversores privados el año pasado probablemente serían políticamente inaceptables.

La renacionalización es la solución obvia. Es cierto que el antiguo British Rail era un ejemplo predilecto de los problemas de los monopolios estatales, pero también es cierto que la mezcla seminacional que lo sustituyó es un ejemplo predilecto a su vez de los peligros de la privatización de los monopolios naturales estructuralmente deficitarios.

En la actualidad, los jefes de las vías renacionalizadas del Reino Unido suelen estar enfrentados a los operadores de material rodante en franquicia. El humilde deseo de los pasajeros de llegar vagamente a tiempo a menudo parece perderse en medio de disputas sobre pagos y penalizaciones. En una nueva compañía ferroviaria adecuada a la ética del trabajo desde casa, el dinero se detendrá al menos en un único destino.CincoDiás.es

26 de junio de 2020

Inglaterra renacionalizará el ferrocarril tras los problemas de la privatización

Exterior

La liberalización del ferrocarril en Reino Unido se ha cobrado varias víctimas como National Express -propietaria de Alsa-, el grupo Virgin o Arriva -filial de la alemana Deutsche Bahn-.

Mientras la Unión Europea abre sus vías ferroviarias a los operadores privados, Reino Unido, pionero en la privatización las renacionalizará. Así lo confirma la prensa británica este viernes que destapa una de las propuestas de Grant Shapps, secretario de Transporte del Gobierno de Boris Johnson, para acabar con el fiasco que ha supuesto en los últimos años la privatización del transporte de pasajeros por ferrocarril en el país.

Primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson

La liberalización del ferrocarril en Reino Unido, ideada por John Major en los años 90, permitió la entrada de operadores privados en las rutas de Reino Unido que ahora dirán adiós al sistema de concesiones. Lo que en un inicio parecía 'El Dorado' se convirtió después en un negocio ruinoso para empresas y viajeros que se ha cobrado varias víctimas a lo largo de estos años en los que ha estado en marcha. Además, lejos de conseguir un abaratamiento del coste de los billetes, la privatización llevó a un aumento de estos que llegaría a las dos cifras porcentuales.

El nuevo sistema que ahora propone Shapps, según detalla la prensa británica, otorgaría el control de las tarifas y los horarios a los ministros que a su vez llevarán a cabo una labor de supervisión. De acuerdo con sus palabras ante el comité de transporte de los Comunes, su propuesta "volvería a unir el ferrocarril". Network Rail -el Adif británico- tendrá el poder de decidir cuántos servicios ejecutar e incluso establecer objetivos para los operadores.

National Express -propietaria de Alsa-, el grupo Virgin o Arriva -filial de la alemana Deutsche Bahn- que habría colgado el cartel de 'se vende' en su compañía británica, son algunas de las empresas damnificadas de este sistema. Su experiencia les hizo mirar con recelo a la liberalización del ferrocarril en España -que se llevará a cabo este mes de diciembre- y  pese a participar en los inicios del proceso mediante las propuestas, finalmente decantaron formar parte del proceso.

La primera de ellas en salir de Reino Unido fue c2c, la filial ferroviaria de National Express, propietaria de Alsa. Corría 2017 cuando la compañía decidió colgar el cartel de 'se vende' y dejar atrás la aventura sobre raíles que había emprendido tras consolidarse como una gran firma de autobuses. La compañía inglesa llegó a ser uno de los principales operadores de trenes en Reino Unido, pero la crisis impactó en una de sus principales líneas. La unión de Londres con Edimburgo fue nacionalizada por el Gobierno en 2009 y así seguirá, al menos, hasta 2025, lo que supuso un 'mazazo' para la NX.

El caso de Virgin es diferente. A Virgin Trains -nombre bajo el que operaaba en Reino Unido- se le prohibió entrar en la puja por la línea HS2 que conecta Londres con Birmingham el pasado año, mientras que a su socio Stagecoach se le prohibió concurrir a los concursos de las líneas East Midlands Trains y Southeastern. Todo ello respondía, según se señalaba entonces, a ciertos problemas financieros que impedían cuantificar algunos riesgos a futuro.

"El Reino Unido se está volviendo rápidamente ininvertible desde una perspectiva de franquicia ferroviaria debido a la decisión del gobierno de cargar un riesgo inaceptable para los licitadores", advertía ya hace un año Patrick McCall, director gerente senior de Virgin Group. La alemana Deutsche Bahn, presente en el mercado inglés a través de su marca Arriva, también mostró su interés en dejar atrás la aventura ferroviaria en las islas. Así, tal y como señalaba 'The Guardian', la firma habría pedido la exploración de las opciones de venta de la compañía hace apenas unos meses.

Lo que está claro es que el choque entre la Unión Europea y el Reino Unido no es solo en cuanto al Brexit, los trenes también van en dirección contraria. España, al igual que otros países de la UE, se prepara para permitir la competencia en las vías el próximo mes de diciembre -pese a que la Covid-19 retrasará la entrada efectiva hasta principios de 2021-, mientras UK mira atrás y abre la puerta a una renacionalización del servicio.LaInformación.com

24 de febrero de 2020

Gran Bretaña quiere asociarse con Argentina en materia ferroviaria

Actualidad

El deseo se dio a conocer a través de un tweet del embajador británico, Mark Kent, luego de una reunión entre emisarios de una misión de ese país con el titular de la empresa Trenes Argentinos Infraestructura, Ricardo Lissalde.

A pocos días para que se cumplan 72 años de la nacionalización de los trenes, que se encontraban en manos de Inglaterra, el embajador británico Mark Kent anunció hoy a través de su cuenta de Twitter que Gran Bretaña quiere asociarse con la Argentina en el área ferroviaria.


"El Reino Unido tiene una historia muy importante con los ferrocarriles en Argentina" afirmó el diplomático en la red social del pajarito.

El 1º de Marzo de 1948 se produjo la estatización de los trenes, hasta entonces en manos de Gran Bretaña. Justamente ese año también Inglaterra nacionalizó su red de ferrocarril.

"Los ferrocarriles tienen un papel esencial en el desarrollo de los países. Tenemos nuevos proyectos y tecnologías y queremos ser socios con Argentina en esta agenda moderna", completó Kent.

En reunión, calificada por Lissalde como "gratificante", los delegados ingleses expusieron distintos proyectos para el desarrollo ferroviario. Entre ellos, figura el de un tren que llegue a la zona del yacimiento Vaca Muerta,

El funcionario argentino por su parte aseveró que se trato de un encuentro que "muy gratificante, donde intercambiamos conocimientos, ideas y proyectos que en el futuro podrán favorecer el desarrollo ferroviario de nuestro país". También lo hizo vía Twitter.

Gran Bretaña no es la primera que muestra interés en ser socio del país en materia ferroviaria:  Rusia también se pronunció en distintas ocasiones con respecto a la posibilidad de invertir en proyectos de energía e infraestructura. Por los pronto, las conversaciones ya comenzaron.Urgente24.com

6 de noviembre de 2017

Talgo, entre los cinco grandes fabricantes que competirán por equipar el AVE británico

Empresas

* La española es preseleccionada junto a Alstom, Bombardier, Hitachi y Siemens para colocar sus trenes en el proyecto HS2

* Reino Unido demandará 54 trenes de alta velocidad, valorados en unos 3.100 millones

El fabricante español Talgo se ha colocado entre las cinco grandes referencias del mundo del ferrocarril que competirán por colocar sus trenes de alta velocidad en el proyecto HS2 Phase One. La empresa presidida por Carlos de Palacio ha sido preseleccionada junto a Alstom, Bombardier, Hitachi y Siemens. Se da la circunstancia de que dos de ellas, la francesa Alstom y la germana Siemens, están dando pasos hacia su fusión en el mayor fabricante europeo de trenes.


El pedido en juego, valorado en 2.750 millones de libras (3.086 millones de euros) y cuya adjudicación se espera en 2019, consiste en la entrega de 54 trenes de alta velocidad. Talgo ha presentado al concurso el modelo Avril, con el que Renfe ya ha decidido ampliar su flota de AVE en España con una inversión de 1.491 millones en 30 unidades, incluido su mantenimiento durante 30 años. La nueva línea británica conectará las ciudades de Londres y Birmingham, a lolargo de un trazado de 226 kilómetros, a partir de 2026.

"Este es solo el primer paso, pero confiamos verdaderamente en nuestra propuesta de movilidad para el Reino Unido. La plataforma Talgo Avril ya ha demostrado ofrecer el precio de adquisición más rentable y una curva de costes reducida y predecible del ciclo de vida del tren a lo largo de 35 años completos”, ha declarado el director de Talgo en Reino Unido, Jonathan Veitch.

La nueva línea británica conectará las ciudades de Londres y Birmingham a partir de 2026

Talgo está poniendo toda la carne en el asador en busca de este contrato multimillonario, llegando a declarar su intención de poner en marcha todo un plan industrial a largo plazo, fábricas incluidas, en el Reino Unido. La compañía también busca entrada en el país a través de concursos relacionados con vehículos regionales y de cercanías.CincoDías.es

27 de junio de 2016

Inglaterra: Las incertidumbres que abre el Brexit en el ferrocarril

Exterior

Industria, transporte, normativa y regulaciones técnicas deberán adaptarse a la nueva situación

La salida del Reino Unido de la Unión Europea que comenzará a negociarse tras el resultado del referéndum del pasado jueves y una vez que el gobierno británico solicite formalmente su  separación de la Unión, tendrá también sus repercusiones en el ámbito del ferrocarril.

En primer lugar, la liberalización del transporte ferroviario en Europa que se abre con el cuarto paquete tenía en el Reino Unido un de sus principales impulsores, toda vez que el mercado del transporte ferroviario en Gran Bretaña está completamente abierto a la competencia desde hace décadas.


En ese ámbito la experiencia de las franquicias y operadoras británicas y de las suministradoras de material rodante, fundamentalmente bajo distintas fórmulas de alquiler, hubiera supuesto una ventaja competitiva en la apertura de otros mercados que las restricciones a los países extracomunitarios a aplicar al Reino Unido podrían diluir. El acceso al mercado de la UE por parte de los británicos, y viceversa, deberá ser redefinido y acotado.   

Paralelamente, toda la homologación y equiparación de normativas ferroviarias a nivel europeo podría frenarse y la integración del sistema ferroviario británico quedar en el punto actual, lo que añadiría obstáculos a la participación de empresas de uno y otro lado del Canal de la Mancha fuera de su nuevo y restringido ámbito económico.

Asimismo, las condiciones de acceso a la infraestructura en Reino Unido se derivan fundamentalmente de la normativa de la UE y cabría espera que a medio y largo plazo se pueda modificar el marco regulatorio en la red ferroviaria de Gran Bretaña cuya legislación dejará de tener fuente en la Europea.

Industria

En el ámbito de la industria suministradora, el Brexit supondrá una reducción de las inversiones en el Reino Unido que ahora, más marcadamente, será un mercado cerrado en sí mismo y con menos rentabilidad a la hora de fabricar equipos para otros países de la Unión. Los equipos ferroviarios fabricados en Gran Bretaña serán menos competitivos fuera del Mercado Único, si bien el cambio Libra/Euro podría compensar en parte esa pérdida de competitividad.

Además, la participación de las empresas británicas en consorcios con compañías de otros países de la Unión para grandes ofertas internacionales podrá verse dificultada. La ventaja competitiva de la industria ferroviaria británica no es clara en ningún nicho de producto concreto y las compañías “continentales” no tendrán dificultades para encontrar socios sin contar con el Reino Unido salvo para las demandas específicas del mercado de las Islas.

Este mercado británico es uno de los que mayor crecimiento viene ofreciendo en los últimos años y la mayor parte de los grandes fabricantes europeos cuentan con una fuerte presencia en él. La salida del Reino Unido podría disminuir la rentabilidad de las inversiones realizadas por esos fabricantes, reducir su volumen de negocio en aquel mercado y, en última instancia, encarecer las compras de equipos en las Islas.

Interoperabilidad

El camino a la interoperabilidad que todos los ferrocarriles de la UE recorren no debería verse afectado. Las especificaciones técnicas europeas ya no obligarán a Gran Bretaña pero parece poco probable que el Reino Unido desande el camino de la convergencia, si bien la participación en organismos europeos de los británicos debería ser revisada y el resultado final podría tener consecuencias en su participación e influencia en organismos como la Agencia Ferroviaria Europea (ERA).

Eurostar

Otro de los puntos de atención ferroviaria tras el Brexit se centra en el Eurotunnel y la operación de trenes de mercancías y viajeros a través de él. La conexión bajo el canal se rige por un tratado bilateral entre Francia e Inglaterra, a pesar de lo cual y a expensas de cómo pueda afectar la nueva situación a la concesión, la salida del Reino Unido de la Unión perjudicará esa vía de transporte en términos operativos y económicos. Por contra, la deuda en libras de Eurotunnel se verá reducida con la pérdida de valor de la moneda británica.


Al no estar el Reino Unido en el espacio Schengen, las personas que transiten por el túnel seguirán sometidas a la misma regulación de frontera y aduanas, pero las mercancías deberán someterse a la regulación del comercio con terceros y al estatus qué para la nueva situación se establezca con el Reino Unido.   

La salida del Reino Unido de la Unión exigirá ese nuevo estatus, para lo que será una nueva frontera de la Unión Europea, no sólo para los productos y personas que la transiten, sino también para las sociedades que lo explotan, que deberán adaptarse a nuevas regulaciones, previsiblemente más restrictivas.

En cualquier caso, los efectos que el Brexit tenga sobre el transporte ferroviario a ambos lados del Canal de la Mancha, al margen de las consecuencias macroeconómicas generales y de la incertidumbre generada, dependerán sobre todo de las negociaciones entre el gobierno británico que lleve adelante el proceso de salida y las instituciones de la Unión Europea, y de los plazos y del calendario que se fijen para llevarla a término.Revista Vía Libre

5 de julio de 2011

BOMBARDIER DESPEDIRÁ A 1.400 PERSONAS EN EL REINO UNIDO

El fabricante canadiense de trenes dijo que eliminará 446 puestos fijos y 983 posiciones temporales en su planta de Derby, en la que trabajan 3 mil personas.

El fabricante canadiense de trenes Bombardier está recortando más de mil 400 puestos de trabajo de su planta en Inglaterra tras perder una licitación para la modernización de un tren en Londres, un contrato que se llevó el grupo alemán Siemens.


Bombardier dijo que eliminará 446 puestos fijos y 983 posiciones temporales en su planta de Derby, en la que trabajan 3 mil personas.

El final de otros contratos y la derrota en el proyecto del tren londinense "hace inevitable ajustar nuestra capacidad a la nueva realidad económica", dijo Francis Paonessa, presidente de la división de pasajeros para el Reino Unido.

Bombardier -la única constructora de trenes que opera en Gran Bretaña- dijo que todos los contratos en el reino, con excepción de uno que sostiene la provisión de vagones para el metro de Londres, se completarían en septiembre.(Fuente: Milenio)