ACTUALIDAD
Si algo
anunció el gobierno entrerriano con bombos y platillos, es el retorno de la
circulación de los trenes por la provincia.
Sin embargo,
un asqueroso negociado entre la empresa ferroviaria de cargas América Latina
Logística (ALL), los Cirigliano (TBA), el Sindicato “La Fraternidad ” y el
gobierno nacional, volvieron a dejar sin trenes a las provincias de Entre Ríos,
Corrientes y Misiones, dado que ya no circula más el Gran Capitán, esa
formación que partía desde Lacroze y llegaba hasta Posadas, cruzando toda la Mesopotamia.
Es imperioso,
una necesidad de vital importancia que el Estado pueda construir y sostener un
servicio ferroviario que asegure calidad y acceso masivo.
Actualmente
el corredor de la Mesopotamia
quedó en una situación que en materia ferroviaria se puede decir que es tierra
de nadie, justamente porque el gran desertor es el Estado nacional y los tres
Estados provinciales (Entre Ríos, Corrientes y Misiones). Así se llegó al peor
de todos los escenarios: simplemente no hay más trenes. Parecieran que son los
mejores alumnos de la década de los ´90.
Los
gobernadores de la
Mesopotamia han demostrado hasta el momento incapacidad
absoluta para sumar sus voluntades y gestionar entre todos que vuelva a
transitar El Gran Capitán. Sea por temores a los reproches de los funcionarios
nacionales, sea por obediencia debida de una infantil concepción de lealtad
partidaria, lo cierto es que los pueblos han quedado nuevamente abandonados a
la vera de las vías.
Además de
recuperar el servicio del tren de pasajeros entre Federico Lacroze y Posadas
(pasando por Entre Ríos) es necesario que se recuperen las vías y puentes del
recorrido y se pongan en valor varias Estaciones ferroviarias.
No son
reclamos nuevos, sino eternos que siempre han intentado ser escuchados a lo
largo del ramal.
No se puede
soslayar la importancia social, económica y cultural que significan los
servicios de trenes de pasajeros y de cargas.
Llevar
adelante estas gestiones será una forma de pedir respeto por el federalismo
tantas veces declamado y tan pocas veces cumplido.
Los
gobernantes, especialmente los de provincias, deberían tomar conciencia de que
el ferrocarril es un derecho de millones de argentinos y no un espacio a manera
de coto de ganancias para unos pocos ni tampoco es un coto para engordar a las
burocracias sindicales.
La presencia
de una estación de trenes en un pueblo es el reflejo vivo de la historia de
muchos entrerrianos. Es más, muchas localidades nacieron y crecieron al ritmo
del ferrocarril. Entre Ríos no puede darse el lujo de no contar con ese
rodamiento, tanto para cargas como pasajeros. Para muchos entrerrianos, es el
medio más accesible y en otros casos el único posible para recorrer las
distancias y encontrarse con sus afectos.
Se necesita
una decisión política madura y en defensa del interés general. Confeccionar
contratos de servicios claros y transparentes y fundamentalmente tener vocación
política para restaurar la injusticia que están atravesando docenas y docenas
de pueblos a los que se los vuelve a clausurar por falta de trenes. ElArgentino