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El Jefe de Gobierno recibió ofertas de empresas europeas por el servicio, pero la oposición exige un manejo estatal. En diciembre vence la concesión de Metrovías
Horacio Rodríguez Larreta regresó de su gira por Europa con el interés de varias compañías del Viejo Continente por participar en los planes de movilidad que tiene en carpeta, entre los que se incluye la gestión del subte. Sin embargo, el frente interno le depara contratiempos al plan oficial consensuado dentro del gabinete PRO.
El vencimiento del período de emergencia y de la concesión precaria de la que goza Metrovías desde 2012 obliga al Ejecutivo porteño a renovar cuanto antes la concesión de la operación y mantenimiento del subte. Mediante un texto enviado a la Legislatura, el PRO buscará adjudicar la operación del subte por 12 años, mediante una licitación pública internacional que ofrezca competencia real a la actual prestataria del servicio. Sin embargo, la oposición ya salió al cruce y anticipó que exigirá un replanteo del proyecto oficial para que sea la sociedad estatal Sbase quien gestione las seis líneas y el Premetro.
La semana pasada, Rodríguez Larreta conversó con ejecutivos españoles, alemanes y franceses interesados en incrementar su presencia en la Ciudad de Buenos Aires, tanto con inversiones como en nuevos negocios. Según voces de Parque Patricios, los detalles del plan oficial captaron la atención de las autoridades del metro de Madrid y de París, y de acuerdo a fuentes diplomáticas en Berlín, varias compañías alemanas "estudian la posibilidad de invertir a corto plazo en proyectos de transporte urbano".
Al tanto del plan oficial, y en acuerdo con los Metrodelegados, la oposición está dispuesta a frustrar las intenciones de Larreta. El FPV presentó un proyecto de ley para establecer que el Gobierno porteño, a través de Sbase, sea el responsable de la prestación del servicio. El objetivo primordial de esta iniciativa, según dicen, es elevar la calidad del servicio y revertir "el actual modelo de gestión privado" para reemplazarlo por uno de tipo estatal.
El proyecto del kirchnerismo tiene el respaldo del gremio del subte, ya que ese texto contiene una importante reforma de la composición del directorio de la empresa estatal: pasaría a integrarse con nueve miembros, de los cuales dos serían sindicalistas. La puja del gremio por más poder llega luego que la Justicia laboral elevara a la Corte Suprema el caso de la personería gremial de los Metrodelegados, ahora en suspenso.
Sin embargo, el oficialismo insiste en sostener el modelo actual, con Sbase concentrado en las obras de infraestructura. Para darle trámite, cuenta a su favor con la bancada de 28 legisladores, sus aliados de la Coalición Cívica y el virtual apoyo de Graciela Ocaña, que selló días atrás su pase a Cambiemos.
El legislador opositor Gabriel Fuks advirtió que la concesión del subte tiene una atractiva potencialidad a mediano plazo: de seguir el plan oficial, cuando finalicen las obras del RER (el plan integración de la red ferroviaria metropolitana con el subte) la empresa concesionaria se beneficiará con un incremento de pasajeros sin haber participado en la financiación de las obras. "Sería preferible que esos beneficios los recibiera el Estado local", sugirió el diputado.ElCronista.com
El Jefe de Gobierno recibió ofertas de empresas europeas por el servicio, pero la oposición exige un manejo estatal. En diciembre vence la concesión de Metrovías
Horacio Rodríguez Larreta regresó de su gira por Europa con el interés de varias compañías del Viejo Continente por participar en los planes de movilidad que tiene en carpeta, entre los que se incluye la gestión del subte. Sin embargo, el frente interno le depara contratiempos al plan oficial consensuado dentro del gabinete PRO.
El vencimiento del período de emergencia y de la concesión precaria de la que goza Metrovías desde 2012 obliga al Ejecutivo porteño a renovar cuanto antes la concesión de la operación y mantenimiento del subte. Mediante un texto enviado a la Legislatura, el PRO buscará adjudicar la operación del subte por 12 años, mediante una licitación pública internacional que ofrezca competencia real a la actual prestataria del servicio. Sin embargo, la oposición ya salió al cruce y anticipó que exigirá un replanteo del proyecto oficial para que sea la sociedad estatal Sbase quien gestione las seis líneas y el Premetro.
La semana pasada, Rodríguez Larreta conversó con ejecutivos españoles, alemanes y franceses interesados en incrementar su presencia en la Ciudad de Buenos Aires, tanto con inversiones como en nuevos negocios. Según voces de Parque Patricios, los detalles del plan oficial captaron la atención de las autoridades del metro de Madrid y de París, y de acuerdo a fuentes diplomáticas en Berlín, varias compañías alemanas "estudian la posibilidad de invertir a corto plazo en proyectos de transporte urbano".
Al tanto del plan oficial, y en acuerdo con los Metrodelegados, la oposición está dispuesta a frustrar las intenciones de Larreta. El FPV presentó un proyecto de ley para establecer que el Gobierno porteño, a través de Sbase, sea el responsable de la prestación del servicio. El objetivo primordial de esta iniciativa, según dicen, es elevar la calidad del servicio y revertir "el actual modelo de gestión privado" para reemplazarlo por uno de tipo estatal.
El proyecto del kirchnerismo tiene el respaldo del gremio del subte, ya que ese texto contiene una importante reforma de la composición del directorio de la empresa estatal: pasaría a integrarse con nueve miembros, de los cuales dos serían sindicalistas. La puja del gremio por más poder llega luego que la Justicia laboral elevara a la Corte Suprema el caso de la personería gremial de los Metrodelegados, ahora en suspenso.
Sin embargo, el oficialismo insiste en sostener el modelo actual, con Sbase concentrado en las obras de infraestructura. Para darle trámite, cuenta a su favor con la bancada de 28 legisladores, sus aliados de la Coalición Cívica y el virtual apoyo de Graciela Ocaña, que selló días atrás su pase a Cambiemos.
El legislador opositor Gabriel Fuks advirtió que la concesión del subte tiene una atractiva potencialidad a mediano plazo: de seguir el plan oficial, cuando finalicen las obras del RER (el plan integración de la red ferroviaria metropolitana con el subte) la empresa concesionaria se beneficiará con un incremento de pasajeros sin haber participado en la financiación de las obras. "Sería preferible que esos beneficios los recibiera el Estado local", sugirió el diputado.ElCronista.com