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Los usuarios experimentan a diario las consecuencias de la política de ajuste de Milei y la negligencia: demoras imprevistas, cancelaciones que obligan a los pasajeros a caminar sobre las vías, e incluso trenes que cambian de sentido sin explicación aparente.
El sistema ferroviario del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) enfrenta una crisis sin precedentes, caracterizada por una política de ajuste y negligencia que podría culminar en su privatización o concesión.
Esta situación, denunciada en un artículo del medio Tiempo Argentino, y según el testimonio de pasajeros, trabajadores y especialistas en transporte, se ha visto exacerbada por la reciente aprobación de la Ley Bases, que habilita la venta o concesión de los servicios ferroviarios.
Según el texto de Federico Trofelli, los usuarios experimentan a diario las consecuencias de este deterioro: demoras imprevistas, cancelaciones que obligan a los pasajeros a caminar sobre las vías, e incluso trenes que cambian de sentido sin explicación aparente. Esta problemática, aunque no es nueva, se ha intensificado en el contexto actual de reducción estatal.
Según José Barbero -citado por Trofelli-, la situación es «realmente delicada». Señala una pérdida significativa de profesionalidad en la gestión ferroviaria, tanto en el sector privado como en el estatal. «La administración central del Estado y las empresas públicas empezaron a estar cada vez más penetradas por la política en posiciones que uno pensaría que son evidentemente técnicas», explica Barbero.
Esta falta de experticia técnica se manifiesta en diversos aspectos: flota renovada pero paralizada por falta de repuestos, ausencia de mantenimiento adecuado y constantes cambios en los altos cargos debido a conflictos internos del oficialismo. La situación ha llegado a tal punto que algunos trabajadores de limpieza compran insumos básicos de su propio bolsillo.
Además, se ha dado de baja el servicio técnico de los vehículos, lo que resulta en soluciones improvisadas cuando se producen averías. Un trabajador del sector advierte: «En mi sector en un año la plantilla se redujo en 20 personas. Eso es una cuadrilla menos. Reducirlo aún más sería abandonar el mantenimiento».
Esta crisis se produce en un momento en que el servicio de trenes es más demandado que nunca, debido a los constantes aumentos en las tarifas de colectivos y subte. Lo que plantea preocupaciones sobre el futuro del transporte público en la capital argentina y las consecuencias que podría tener para millones de usuarios diarios.ResúmenLatinoamericano.com