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Redacción Crónica Ferroviaria
Se encuentra en la Comisión de Transporte de la Honorable Cámara de
Diputados un Proyecto de Ley sobre Régimen de incentivos para la producción de
ómnibus eléctricos alimentados por catenarias (Trolebuses).
Dicho trámite recayó en el Expte. 4519-D-2014 del 10 de Junio del
corriente año, siendo el firmante de dicho proyecto de ley el Diputado Nacional
Daniel Oscar Giacomino (Frente para la Victoria - PJ - Córdoba).
Foto gentileza: Trolebuses de Mendoza
Fundamentos
La presente iniciativa que impulsamos se entiende como una necesidad de
carácter estratégica que apunta al fomento y desarrollo de un sector de alto
valor agrado que tiende a subsanar uno de los factores problemáticos que hacen
a la vida cotidiana en los centros urbanos de la República Argentina.
Puntualmente nos referimos a los sistemas de transportes de pasajeros en las
ciudades de nuestro vasto territorio que imperiosamente requiere una
reformulación integral de los mismos, en pos de mejorar la calidad de vida de
los habitantes de las mismas garantizando la sustentabilidad y mejor
habitabilidad de ellas.
En ese marco conceptual que preceptuamos, es donde podemos señalar que
algunas ciudades de nuestro país como son los casos de la Ciudad de Córdoba, de
la Ciudad de Mendoza y la Ciudad de Rosario la instrumentación y ampliación de
los medios de transportes eléctricos alimentados por catenarias denominados
"Trolebuses", revisten de una ventaja competitiva y de alto valor
agregado para subsanar lo caótico y congestivo del tránsito en esa grandes
urbes. Situaciones estas que progresivamente en función del aumento demográfico
de los grandes centros urbanos, nos obligan a adoptar una política orientadora
de alcance nacional que permita mejorar la calidad de vida de nuestros
ciudadanos.
Este concepto tiene su raíz en que los "TROLEBUSES" al ser
medios de transporte que no utilizan motores de combustión interna resultan de
una tecnología preservativa del medio ambiente en cuanto a la nula
contaminación que generan, con lo cual mejoran sustancialmente la calidad del
aire de las concentraciones urbanas que progresivamente y como es de público
conocimiento en la actualidad ya se supera en ocasiones el máximo aconsejado al
efecto por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Situación está que si nos
permitimos extrapolar el crecimiento demográfico con el aumento de la oferta de
medios de transporte alimentados por el uso de motores de combustión interna,
en menos de una década los niveles de contaminación del aire se tornarán
peligrosos y nocivos, con las consecuencias en muchos casos irremediables para
la vida de nuestros conciudadanos de las grandes concentraciones urbanas.
Cabe señalar a modo de reseña que los Trolebuses también conocidos como
trolley o trole, es un ómnibus eléctrico, alimentado por una catenaria de dos
cables superiores desde donde toma la energía eléctrica mediante dos astas. El
trolebús no hace uso de vías especiales o rieles en la calzada, por lo que es
un sistema más flexible. Cuenta con neumáticos de caucho en vez de ruedas de
acero en rieles, como los tranvías.
El trolebús, como medio de transporte urbano a efectos prácticos, tiene
su origen en EE.UU. a principios del siglo XX; en 1920, con gran aceptación de
las compañías de transporte urbano, debido al gran parecido de sus mecánicas
con el tranvía y con su tendido aéreo, lo que permitía al personal de la
compañía familiarizarse rápidamente con su nuevo material. El desarrollo del
gran trolebús data de la primera década del siglo XX, cuando pareció ser un
punto medio natural entre los vehículos eléctricos (tranvía) y los autobuses a
gasolina. Los sistemas de trolebús pueden evitar obstáculos en la vía que un
tranvía no puede, lo que aumenta la seguridad y no requiere la alta inversión
de una línea de tranvía. También ofrece una capacidad de transporte intermedia
entre los ómnibus y los tranvías (menos capacidad que un tranvía, más que un
ómnibus) por hora y por dirección.
En Estados Unidos las petroleras y la industria de automóvil fueron
condenadas a una multa federal por usar malas artes con las entidades públicas
y privadas para la eliminación de tranvías y trolebuses y cualquier otro tipo
de transporte eléctrico, reducción de todo tipo de transporte guiado, por
fomentar el automóvil particular en urbanizaciones y todo tipo de transporte
por carretera, tolerando los autobuses como mal menor siempre que no compitiera
en igualdad de condiciones con el transporte privado, y asimismo por reducir el
transporte ferroviario y fomentar la aviación.
Los trolebuses son de particular importancia para ciudades escarpadas o
montañosas, donde la electricidad es más efectiva que el diésel a la hora de
subir colinas; además, tienen mayor adherencia que los tranvías.
Los trolebuses, al igual que todos los vehículos eléctricos, suelen
verse como un medio de transporte más compatible con el medio ambiente que los
autobuses de combustión, que consumen hidrocarburos y emiten gases. La
utilización de energía producida en centrales eléctricas tiene ventajas sobre
los motores de explosión: es más eficiente, puede utilizar mayor variedad de
combustibles y es más conveniente para el control de la contaminación y se
puede reutilizar el calor generado suministrando agua caliente para todo tipo
de usos (industrias, hospitales, instalaciones deportivas), o generación de
frío con equipos de absorción. En todo caso, también se puede utilizar la
electricidad renovable.
Otra ventaja que rara vez está presente en otros vehículos (excepto
algunos turismos híbridos) es que pueden generar energía eléctrica a partir de
la energía cinética cuando frenan o van cuesta abajo en un proceso llamado
frenado regenerativo.
En nuestro país, como ya señale tres ciudades diferentes cuentan con un
servicio de trolebuses. El sistema de trolebuses de la ciudad de Córdoba existente
desde el año 1989 y cuenta con tres líneas: A, B y C. Otras de las ciudades que
cuenta con su propia red es Mendoza, que cuenta con cuatro líneas y su servicio
fue inaugurado en el año 1958. Con sólo su línea K, la ciudad de Rosario cuenta
con su red de trolebuses, también desde el año 1958. Las ciudades de Mar del
Plata, Buenos Aires y La Plata contaron con líneas de trolebuses en su momento,
pero ante su déficit económico dejaron de funcionar.
Es bajo este razonamiento, que entendemos necesario impulsar una
política de carácter proactiva y estratégica desde el Estado Nacional para
desarrollar y potenciar las ventajas competitivas que disponen las plantas de
producción existentes en el país, fomentando e incentivando el desarrollo de un
sector que desde el punto vista estratégico resulta en un beneficio para la
calidad de vida de nuestros ciudadanos, disponiendo de recursos existentes, al
aprovechar las plantas industriales de fabricación de estos medios en nuestra
geografía nacional.
Debemos entender que este incentivo que proponemos en el marco de las
diferentes acciones que se han adoptados en los últimos años para promover del
desarrollo local de sectores como el automotor, el de fabricación de motos, el
de incentivo a la industria liviana, entre otros, nos permitirá concebir una
política de estado al convertir a la República Argentina en un importante
ámbito de producción, innovación y trabajo de sectores que hace menos de una
década no producían y generaban trabajo argentino. La orientación de los
recursos que desde el estado se promoverían a este actor tendría a su vez su
correlato en el desarrollo de una mejor matriz productiva mejorando los
términos del intercambio.
Es así que promover el desarrollo de estas tecnologías resultan de
carácter crucial por cuanto las ventajas competitivas que tiene para la vida
cotidiana de millones de nuestros ciudadanos, que la usan en forma general y no
individual.