NOTA DE OPINIÓN
Por: Norberto Rosendo (Para Crónica Ferroviaria)
La vuelta de los trenes, empujada sin duda por la fenomenal crisis
energética, está poniendo en evidencia un grave problema generado en los
últimos veinte años de desplanificación y descontrol, la ocupación de vías y
playas ferroviarias por construcciones precarias y no tan precarias.
La administración del ONABE, se ocupó en su momento de aquellos terrenos
que tenían gran valor patrimonial, desentendiéndose del resto.
Hoy ya no es el problema vender los terrenos o hacer negocios con ellos,
si no por el contrario, despejar las trazas para que vuelvan a pasar los
trenes.
¿Qué derecho asiste a los actuales ocupantes?
Yo creo que ninguno, pero antes de empezar a recitar los derechos de los
muchos desposeídos en nuestro querido país, hagamos el siguiente ejercicio de
imaginación.
Pero antes definamos algunas cosas; todos somos iguales ante la ley y a
todos nos caben las mismas obligaciones y beneficios. Es entonces que
poniéndome en las mismas circunstancias que cualquiera de los usurpadores, y
amparándome en la igualdad ante la Ley, mañana a la mañana me levanto temprano,
me alquilo un contenedor, eso sí con aire acondicionado y Direc tv (no es
cuestión de andar pasando miseria en estas simulaciones) y me lo hago instalar
en la plazoleta del Obelisco porteño.
Una vez instalado allí, me cuelgo a la luz que hace brillar a nuestro
ilustre monumento al falo, y acto seguido fijo mi domicilio en ese lugar, no
antes de pedir un recurso de no innovar para que no me desalojen, si un Juez
firmó un decreto de no innovar para evitar sacar a patadas al casino flotante,
no veo porqué no me lo firmen para mi humilde contenedor; además quién podría
impedir que viva en ese lugar si hay miles de personas haciéndolo en otros
semejantes.
La ocupación de la Playa de Cargas de la Línea San Martin en Retiro, la
ocupación de la playa de cargas de la Línea Urquiza en Chacarita, y tantas
otras ocupaciones de terrenos que hoy necesitamos para que vuelvan a correr los
trenes, están en la misma condición que nuestro contenedor en el Obelisco.
Y no cuento aquí a la venta de terrenos que obligaran a costosas
expropiaciones, pero como decía mi abuela, "el que no tiene cabeza, tiene
pies", en nuestro caso diría, "el que no planifica, pagará dos
veces", lástima que la plata la tengamos que poner usted y yo.
En este análisis no debemos olvidar que la ocupación de tierras en zonas
del centro de las ciudades, es fruto, por un lado de la falta de transporte, y
por el otro de la especulación inmobiliaria, y que si estas circunstancias no
se corrigen, simplemente las usurpaciones cambiarán de sitio, pero seguirán
siendo, tal como hoy, un problema acuciante.