NOTA DE OPINIÓN
Por: Leandro Palavecino (Para Crónica Ferroviaria)
Nos vamos
despidiendo del año. Nos despedimos de un año complicado, en todo sentido de la
palabra, tanto como para el mundo , como para nuestro país.
Cabe
destacar, que aun así, estoy orgulloso del país que tengo. Obviamente, el saber
que hay muchas cuestiones inconclusas no me hará cambiar de parecer, pero ese
sería otro tema que nada que ver tiene con el país maravilloso en el cual vivo.
Ahora si
debemos hacer un balance total, no podemos descartar la política la cual está en medio de todo.
La misma
nació con el fin de unir a las personas, para poder encontrar la mejor formar
de llevar adelante al pueblo, reemplazando a la monarquía, y así, en cierto
modo, poder llegar a la "mejor solución".
No obstante,
en la actualidad, podemos observar cómo se deteriora el mundo por la mala
política.
No es
necesario entrar en detalle, sobre la actual guerra existente entra aquellos
que defienden los intereses de la sociedad, y los que defienden los intereses
del mercado. Lo ideal seria enfocarnos en nosotros.
Lo que yo
pude observar en mi país, desde ya hace diez años, una época que no es
recomendable desperdiciar.
No es tan
difícil darse cuenta, de cuando se está vendiendo un país, a cuando se está
recuperando sin cuestionar tiempos, ni formas.
Sin defender
a ningún partido político, por lo menos en esta reflexión, que nada tiene que
ver sobre quien tiene la razón, o quien se equivoca.
Tuvimos mucho
tiempo para poder ver un cambio en nuestros queridísimos trenes. Y aun así la sociedad debe entender el significado de
un ferrocarril en nuestro país, interés el cual parece estar apagado por el
momento, permaneciendo solo la bronca y nada más.
Argentina, creció con el transporte ferroviario por
décadas, y se convierto en un símbolo nacional, que hoy está en un nivel de
prioridad muy bajo, si se evalúa el estado de los mismos.
Durante el
2012 tuvimos que lamentar muchas palabras de mas, muchas promesas inconclusas.
Personas que hoy no están mas, a causa de tragedias que podrían haberse
evitado. Desastres urbanos, y también
una lucha para volver a nuestras casas, por no poder contar con un
servicio digno, o con alguien que se haga cargo del mismo.
Pero aun así,
por sobre todas las cosas, la vida de las personas, y lo que quedo de la
historia. Ese pedazo de historia Argentina, que fue dañado sin medir causas ni
consecuencias.
¿Si tenemos
un país tan maravilloso, por qué no podemos avanzar como los demás.?
¿Por qué es
necesario una tragedia para saber que algo funciona mal? o ¿Por qué hay que
desplegar una batalla mediática , cuando el verdadero objetivo es mejorar un
servicio público?
¿Por qué es
tan difícil?
Hoy en día
nos encontramos claramente con promesas inconclusas. Podemos navegar y
encontrar desde tantas renovaciones en la Línea Sarmiento ,
como las nuevas estaciones del subte que se atrasan años.
Tenemos
concesionarios que se aprovechan del servicio público y los subsidios otorgados
por el estado.
Y claramente,
una muy mala inversión por parte de los representantes.
De ahí los paros y los conflictos sindicales. La
actividad ferroviaria estancada, y la gente que no puede volver a su casa luego
de una día agotador.
Entiendo
desde lo más profundo, que no solo un buen ferroviario, si no también aquel que
sigue esperando la vuelta del ferrocarril se encuentran a la espera de un
cambio.
Aun así,
todos debemos saber que la culpa no recae solamente en una sola persona. Y creo
que es ahí donde todos nos equivocamos.
Se necesita
la colaboración de todos para poder hacer algo. Como de una empresario, hasta
del pasajero, el organismo de control, y del gobierno.
Esto se logra
cuando se deja de pensar en uno mismo. Y se comienza a pensar en los demás.
Desde ya un
saludo a Crónica ferroviaria que siempre está presente en cada ramal. A todos
aquellos amantes del ferrocarril. Sigamos esperando a que el tren vuelva a
pasar, con ese entusiasmo de décadas pasadas.
Feliz Navidad
y prospero año nuevo, a ustedes, y a todo mi país.