Redacción Crónica Ferroviaria
Es verdad que ante la falta de recursos por parte del Gobierno Nacional de surtir a los talleres ferroviarios de los elementos para poder realizar las reparaciones como es debido, los trabajadores ferroviarios hacen milagros que no siempre son reconocidos por la empresa.
La gente de Ferroviarios del Urquiza (órgano informativo del gremio Unión Ferroviaria Línea Urquiza) informa sobre el particular dicen que "en nuestro equipo, cada jornada es un recordatorio de la fortaleza y dedicación de nuestros compañeros. A diario nos enfrentamos a desafíos que van mucho más allá de la rutina de mantenimiento. Realizamos reparaciones ACC (accidentales) para solucionar rápidamente cualquier anomalía en los vagones: desde cambiar enganches automáticos hasta reemplazar zapatas de freno desgastadas y ruedas de pestaña fina. Estas reparaciones no son programadas, pero sabemos que cada vagón que pasa por nuestras manos debe salir listo para el camino, y hacemos magia con los recursos limitados que tenemos".
Además, expresan, que "cada 75,000 km se realizan las reparaciones "Rev", que requieren una revisión completa del vagón para asegurarnos de que todo esté en su lugar. Pero no es solo cuestión de kilómetros; es también cuestión de compromiso. Cada vagón recibe el cuidado y el esfuerzo de nuestros compañeros, quienes no escatiman en horas ni en esfuerzo para asegurarse de que todo esté en orden".
Para las reparaciones "R.A", más complejas y necesarias cada 150,000 km, manifiestan que "enfrentamos uno de nuestros mayores desafíos: sin los repuestos suficientes ni las inversiones necesarias, el cambio de ruedas, bogies, frenos y enganches automáticos se vuelve una hazaña de ingenio. Hoy en día, el torno Rafamet, pieza clave en el taller, lleva más de cuatro meses parado en espera de modificaciones. Sin él, nuestros compañeros se ven obligados a salir al campo en busca de ruedas o a desarmar vagones detenidos, incluso aquellos afectados por descarrilamientos. Pero, en lugar de quejarse, nuestros compañeros responden con un compromiso inquebrantable".
Por último, se siente orgullos que "estos números que logramos no se deben a recursos materiales, sino a la determinación y coraje de cada uno de los trabajadores que ponen el hombro cada día, reinventándose con cada obstáculo, demostrando que con nada, o casi nada, sacan adelante el taller y se aseguran de que cada vagón esté en condiciones óptimas para cumplir su misión".
Esta gente sí quiere a los FFCC.
ResponderEliminarNo como los que vienen gobernando hace más de 30 años.
Ni hablar a los que vienen a rematar lo que queda.
Ferroviarios del Urquiza un ejemplo a seguir.
GABRIEL MERCOLLI (HAEDO)
#MileiVago enfócate acá y usa mameluco
ResponderEliminarSergio Hernán
Siempre me acuerdo la anécdota de un viejo ferroviario que me contaba que se robaba cierta parte del carro, (el y otros más) en los talleres para después vender, y el era de familia de ferroviarios (madre y padre).
ResponderEliminarEntre mates, los humanos estamos libres de pecados.
Ukule (Jablapavada edition)