ACTUALIDAD
Son
formaciones de los servicios que iban a Uruguay y a Mar del Plata, y el tranvía
de Puerto Madero.
En un país
que necesita imperiosamente contar con más trenes y cuando una gran cantidad de
localidades del interior padecen la falta de transporte, hay tres formaciones
ferroviarias paradas por pujas políticas y económicas que podrían entrar en
servicio en forma inmediata.
Los coches
motores del tren binacional a Uruguay varados en Pilar, el tranvía porteño
inmovilizado en Puerto Madero y las formaciones TALGO guardadas en depósitos
bonaerenses constituyen una nueva muestra de la falta de sentido común y de la
desatención de los problemas que afectan a la gente.
Si bien los
vehículos del tren binacional pertenecen a una firma privada, en los tres casos
el responsable de que las formaciones que están aptas para ser usadas no se
encuentren rodando por las vías es el Gobierno nacional.
La inacción
del Ministerio de Interior y Transporte que conduce Florencio Randazzo ante
estos casos no hace que más que reflejar la falta de planificación y de una
política integral para el sector ferroviario que ha registrado en los últimos
años la administración kirchnerista, cuya consecuencia más negativa y relevante
ha sido la tragedia de Once, que el 22 de febrero del año pasado dejó 51
muertos y más de 700 heridos.
La situación
planteada con el tren binacional a Uruguay presenta varios condimentos y
contratiempos. A principios de 2011, Cometrans –la sociedad controlante de la
ex TBA del grupo Cirigliano– importó desde Holanda 10 duplas usadas de coches
motores Wadloper. Tras probarlos en las vías mesopotámicas, TBA acordó con el Gobierno
iniciar la corrida de un tren binacional a Uruguay.
El servicio
–que fue inaugurado por la presidenta Cristina Kirchner y su par uruguayo José
Mujica– corrió desde setiembre de 2011 hasta mayo de 2012, cuando el Gobierno
decidió quitarle la concesión a TBA. Desde entonces, 4 de las 10 formaciones
dobles que brindaban el servicio a Uruguay duermen a la intemperie en la
estación de Pilar, mientras que las restantes se encuentran en los depósitos de
la empresa Emfersa. Los funcionarios de Transporte nunca se ocuparon de
restablecer el servicio y ahora Cometrans estaría a punto de venderles los
trenes a los ferrocarriles de Polonia.
En el caso
del tranvía porteño, la Nación
literalmente lo abandonó con el argumento de que debe pasar al gobierno
porteño. Si bien dicho pase está previsto en una ley aprobada en 2012, hasta
ahora ni el gobierno de Mauricio Macri, ni la Legislatura porteña
han aceptado el traspaso.
Cuestionado
desde su habilitación por lo intrascendente de su recorrido (apenas 16 cuadras
dentro de Puero Madero) y la falta de conexión con otros medios, el tranvía
dejó de operar en octubre del año pasado. La formación –que estaba a cargo de
una sociedad integrada por Ferrovías, Metrovías y Alstom– quedó detenida a la
espera de que el Gobierno gire los fondos necesarios para adquirir repuestos y
cancelar la operación y los mantenimientos adeudados.
En tanto, los
trenes TALGO quedaron inmersos en las ciclotímicas relaciones que mantienen la Nación y el gobierno de
Daniel Scioli. Habían sido adquiridos en 2009 por el ex secretario de
Transporte, Juan Pablo Schiavi, para mejorar el servicio a Mar del Plata, cuyas
vías son de la provincia.