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En esta época del año la demanda para viajar al norte o a Buenos Aires era alta, debido al costo de los pasajes. En la estación además emprendedores aprovechaban para vender sus productos a los que pasaban por el lugar.
El servicio de pasajeros que unía Retiro con Tucumán y tenía parada en la estación local se encuentra temporalmente interrumpido, y en Rafaela la ausencia se siente.
El tren de la Línea Mitre recorría una extensa traza que incluía localidades como Tucumán, Alderetes, Cevil Pozo, La Banda, Herrera, Colonia Dora, Pinto, Ceres, Arrufó, Sunchales, Rafaela, Gálvez, Serodino, Andino, San Lorenzo, Rosario Norte, Rosario Sur, San Nicolás, San Pedro, Baradero, Zárate y Campana, hasta llegar a Retiro. Una línea extensa, diversa, profundamente federal.
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Desde Trenes Argentinos Operaciones explicaron oportunamente que la suspensión fue solicitada por la concesionaria de las vías, Nuevo Central Argentino (NCA), que también opera servicios de carga. “Detectaron problemas en los durmientes y pidieron frenar el servicio para revisar toda la traza y garantizar condiciones seguras”, indicaron fuentes del sector ferroviario.
Actualmente, al intentar adquirir un pasaje en la web oficial, aparece un aviso claro: “Buenos Aires – Tucumán: el servicio se encuentra temporariamente interrumpido por solicitud del concesionario de vías (NCA) para tareas de revisión”. Aunque ese "temporariamente" llena de incertidumbre a los pasajeros que siguen esperando y que, para esta altura del año donde confluyen fiestas y vacaciones, agotaban los pasajes.
Lo que significaba para Rafaela
En Rafaela, el tren no era solo una opción de viaje. Era una oportunidad. Para estudiantes, trabajadores, jubilados y familias que necesitaban trasladarse a bajo costo durante largas distancias, el servicio representaba una alternativa real frente a los valores muchas veces inaccesibles del transporte terrestre o aéreo.
Según las últimas tarifas publicadas en la página Web, viajar desde Rafaela a Retiro costaba $17.200 en primera, $20.600 en pullman y $59.200 en camarote. En tanto, el tramo Rafaela–Tucumán tenía valores de $16.500, $19.800 y $71.400, respectivamente. A esto se sumaban beneficios claves: 10% de descuento por compra online, 40% para jubilados, pasajes gratuitos para personas con Certificado Único de Discapacidad, y tarifas reducidas o sin costo para niños, según la edad. En nuestra ciudad no había boletería, sino que los pasajes debían comprarse on line.
Pero había algo más. Cada vez que el tren frenaba en la estación del ex Ferrocarril General Mitre, hoy bajo órbita de NCA, se armaba una escena casi de postal: estaban quienes vendían tortas fritas, pastafrolas, alfajores, sándwiches y café caliente. Emprendimientos que encontraban en cada parada una forma digna de subsistir.
La realidad de la estación de Rafaela ya había sido expuesta meses atrás: sin baños públicos, con infraestructura mínima y muchas necesidades. Aun así, cada llegada del tren llenaba el predio de movimiento, de charlas, de expectativas. Pasajeros que esperaban horas, emprendedores que armaban sus mesas, valijas apoyadas contra los bancos.
Hoy, la estación sigue abierta, con personal que controla el sistema de barreras en los pasos a nivel y con el paso de los trenes de carga. Pero el andén, sin pasajeros, tiene otro ritmo. Más lento. Más callado.
¿Puede volver?
Rafaela Noticias consultó a integrantes del ámbito ferroviario y del ferromodelismo local, quienes coinciden en un punto: la suspensión fue una medida preventiva ante el deterioro de las vías. También señalan que el mismo tendido es utilizado tanto por trenes de carga como de pasajeros, aunque con velocidades y exigencias muy distintas. "El tren de carga y el de pasajeros usan la misma vía, pero el primero -en los peores casos- puede circular a 5 km/h con máximas de 40. Pero imagínese un pasajero a 5 km/h por un recorrido de 300 km, sería insalubre", comentaron desde el ámbito ferroviario.
La esperanza, dicen, sigue intacta. La de ver nuevamente al tren llegar desde Tucumán los miércoles y sábados a las 17.30, o partir rumbo al norte los lunes y jueves a las 9 de la mañana, como lo hacía cuando volvió a unir historias, provincias y destinos.
Por ahora, Rafaela espera. Con la estación en silencio, pero con la memoria fresca de lo que significó tener esta parada. Porque para muchos, el tren no era solo un medio de transporte: era la posibilidad de viajar, de reencontrarse. Y ahora, también de soñar con que algún día vuelva a pasar.RafaelaNoticias.com
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