Actualidad
La historia obliga a no repetir errores y concretar inversión real en trenes. La cuestión va más allá de la reducción de costos en fletes y abarca lo social.
El proceso de globalización económica que precedió a la Gran Guerra nos mostraba a América Latina como una de las regiones más dinámicas del mundo. En el marco de ese modelo de crecimiento la expansión de las redes de transporte fue una condición para potenciar el dinamismo económico del país. Así el proyecto de inserción de la Argentina en el mercado mundial como nación agroexportadora implicó la utilización de un medio transporte que permitiera acercar los productos de su zona de producción a los puertos y a la vez la llegada de materiales y herramientas al interior, hablamos del ferrocarril.
Las tendencias del comercio mundial realzan la potencia de los trenes
Fue así que las primeras ciudades argentinas estuvieron asociadas a las vías de circulación. El ferrocarril ocupó el espacio, integró el territorio, facilitó el poblamiento y el desarrollo.
Todo se movió a su ritmo. Fue un factor vital en los espacios agrarios. Contribuyó a radicar familias en el espacio rural, fertilizar tierras, modernizar métodos de cultivo, introducir nuevas espacies vegetales, buscar salidas portuarias alternativas y más. La construcción de vías férreas avanzó, a comienzos de 1890 su extensión era de 9.397 km y diez años después 16.500 km.
Con la intervención de intereses ingleses, el tendido de las líneas en manos del Estado apuntó al progreso y desarrollo de las regiones más alejadas, adquirió fisonomía particular merced a una clara diferenciación entre la zona pampeana. Para el resto del país los ferrocarriles, por no resultar de interés por su baja rentabilidad, fue tarea del Estado. Pasada la Segunda Guerra Mundial, con el sistema ferroviario saturado y deteriorado, hay un punto de inflexión durante el gobierno del General Juan Domingo Perón, quien mediante un decreto del año 1948, impulsará la nacionalización de todas las líneas del país, y la Empresa de Ferrocarriles del Estado Argentina (EFEA).
No obstante dicha proeza histórica, la decadencia del ferrocarril argentino fue en paralelo al surgimiento de la industria automotriz. La construcción de caminos, la aparición del automóvil y el camión pusieron en jaque a los trenes, en competencia por el transporte de cargas de distancia corta y los despachos chicos de encomiendas. En efecto, un sucesión de errores derivan en el desarme sistemático de uno de los recursos más importantes del país y se potencia durante el gobierno de Arturo Frondizi.
Todo esto en virtud del Plan Larkin un estudio de racionalización y modernización de los medios de transporte de Argentina -excepto el aéreo- elaborado por el general e ingeniero estadounidense Thomas B. Larkin con apoyo del Banco Mundial. Su parte más controvertida y conflictiva fue la reducción de la red ferroviaria nacional. Tales efectos se replicaron durante la dictadura cívico-militar de 1976 y alcanza un punto inaudito en el gobierno de Carlos Menem, que en 1992 efectivizó la concesión ferroviaria al sector privado.
La decisión brinda marco legal a la desmantelación del servicio público de trenes y la liquidación de la Empresa Ferrocarriles Argentinos y tuvo terribles consecuencias para las economías regionales y cientos de pequeños pueblos que quedaron aislados. El saldo en pérdida de puestos de trabajo ferroviarios se cifró en 90.000 puestos, según estimaron los sindicatos del sector.
A la fecha las nuevas tendencias del comercio mundial, con grandes volúmenes de carga y distancias recorridas realzan la potencia indiscutible de los trenes, principalmente por los altos costos del transporte automotor. El Sistema Ferroviario de Cargas (SFC), contaba en 1947 con una longitud de 47.000 km hoy no llega a los 19.000 km.
El contraste es apreciable, la red de operación de alrededor de 18.000 km cuenta con el Belgrano Cargas y Logística en una red de operación de unos 9.038 km, comunicando 17 provincias, siendo vital su importancia geoestratégica, para conectar una amplia extensión del territorio argentino. El restante 50% del total nacional es cubierto por 3 empresas concesionadas (NCA, FEPSA y FSR)
Lamentablemente para Argentina, debido a la antigüedad y obsolescencia del material rodante y sumado a la baja inversión en infraestructura ferroviaria, se llegó a una reducción persistente en los volúmenes de movimiento de cargas en los últimos años. Es evidente que si tomamos en cuenta las ventajas del transporte ferroviario sobre el carretero en grandes distancias, urge complementar el transporte automotor de la producción con una mayor utilización del tren.
Sin inversión ferroviaria no hay futuro mejor que esperar. El continuo aumento del precio de los combustibles (en términos de costos, el consumo energético del ferrocarril comparado con el camión es menor en una proporción de cuatro a uno), la menor siniestralidad (se calcula en diez veces menos a los automotores), su mayor vida útil (cerca de 60 años), son solo algunas de las ventajas comparativas que demuestran esa necesidad.
El sistema de transporte debe privilegiar el eje transversal en Argentina
Hay espejos globales al alcance de quién desee certificar la relevancia del tren como una vía de progreso y desarrollo genuino y nacional, el crecimiento acelerado de países como China e India, están desplazando los flujos de mercancías hacia el eje del Pacífico, lo que pone en evidencia la necesidad de pensar y sobre todo poner en marcha un sistema de transporte que privilegie el eje transversal en la Argentina, y que permita a futuro, la unión de los dos océanos.
Las evidencias no dejan dudas, nuestro país tiene que trabajar fuertemente en los próximos años para aumentar las cargas transportadas a través de esta modalidad. De hecho es la propuesta manifiesta de empresarios nacionales y el arco sindical ferroviario. No puede haber dudas que incrementando las inversiones por parte del estado, y promoviendo una mayor competencia entre operadores del sistema ferroviario de cargas, se alcanzará en plazos sorprendentes la disminución de los costos logísticos y el aumento de los volúmenes de carga transportada.
Sin dejar de consignar que como servicio de transporte y como una “industria de industrias” el sistema ferroviario puede y debe alentar un shock de relevantes niveles de empleo en actividades directas e indirectas, hablamos de trabajo digno, producción, capacitación y desarrollo de economías regionales imprescindibles para alcanzar el país federal que nos merecemos.BANegocios.com
La historia obliga a no repetir errores y concretar inversión real en trenes. La cuestión va más allá de la reducción de costos en fletes y abarca lo social.
El proceso de globalización económica que precedió a la Gran Guerra nos mostraba a América Latina como una de las regiones más dinámicas del mundo. En el marco de ese modelo de crecimiento la expansión de las redes de transporte fue una condición para potenciar el dinamismo económico del país. Así el proyecto de inserción de la Argentina en el mercado mundial como nación agroexportadora implicó la utilización de un medio transporte que permitiera acercar los productos de su zona de producción a los puertos y a la vez la llegada de materiales y herramientas al interior, hablamos del ferrocarril.
Las tendencias del comercio mundial realzan la potencia de los trenes
Fue así que las primeras ciudades argentinas estuvieron asociadas a las vías de circulación. El ferrocarril ocupó el espacio, integró el territorio, facilitó el poblamiento y el desarrollo.
Todo se movió a su ritmo. Fue un factor vital en los espacios agrarios. Contribuyó a radicar familias en el espacio rural, fertilizar tierras, modernizar métodos de cultivo, introducir nuevas espacies vegetales, buscar salidas portuarias alternativas y más. La construcción de vías férreas avanzó, a comienzos de 1890 su extensión era de 9.397 km y diez años después 16.500 km.
Con la intervención de intereses ingleses, el tendido de las líneas en manos del Estado apuntó al progreso y desarrollo de las regiones más alejadas, adquirió fisonomía particular merced a una clara diferenciación entre la zona pampeana. Para el resto del país los ferrocarriles, por no resultar de interés por su baja rentabilidad, fue tarea del Estado. Pasada la Segunda Guerra Mundial, con el sistema ferroviario saturado y deteriorado, hay un punto de inflexión durante el gobierno del General Juan Domingo Perón, quien mediante un decreto del año 1948, impulsará la nacionalización de todas las líneas del país, y la Empresa de Ferrocarriles del Estado Argentina (EFEA).
No obstante dicha proeza histórica, la decadencia del ferrocarril argentino fue en paralelo al surgimiento de la industria automotriz. La construcción de caminos, la aparición del automóvil y el camión pusieron en jaque a los trenes, en competencia por el transporte de cargas de distancia corta y los despachos chicos de encomiendas. En efecto, un sucesión de errores derivan en el desarme sistemático de uno de los recursos más importantes del país y se potencia durante el gobierno de Arturo Frondizi.
Todo esto en virtud del Plan Larkin un estudio de racionalización y modernización de los medios de transporte de Argentina -excepto el aéreo- elaborado por el general e ingeniero estadounidense Thomas B. Larkin con apoyo del Banco Mundial. Su parte más controvertida y conflictiva fue la reducción de la red ferroviaria nacional. Tales efectos se replicaron durante la dictadura cívico-militar de 1976 y alcanza un punto inaudito en el gobierno de Carlos Menem, que en 1992 efectivizó la concesión ferroviaria al sector privado.
La decisión brinda marco legal a la desmantelación del servicio público de trenes y la liquidación de la Empresa Ferrocarriles Argentinos y tuvo terribles consecuencias para las economías regionales y cientos de pequeños pueblos que quedaron aislados. El saldo en pérdida de puestos de trabajo ferroviarios se cifró en 90.000 puestos, según estimaron los sindicatos del sector.
A la fecha las nuevas tendencias del comercio mundial, con grandes volúmenes de carga y distancias recorridas realzan la potencia indiscutible de los trenes, principalmente por los altos costos del transporte automotor. El Sistema Ferroviario de Cargas (SFC), contaba en 1947 con una longitud de 47.000 km hoy no llega a los 19.000 km.
El contraste es apreciable, la red de operación de alrededor de 18.000 km cuenta con el Belgrano Cargas y Logística en una red de operación de unos 9.038 km, comunicando 17 provincias, siendo vital su importancia geoestratégica, para conectar una amplia extensión del territorio argentino. El restante 50% del total nacional es cubierto por 3 empresas concesionadas (NCA, FEPSA y FSR)
Lamentablemente para Argentina, debido a la antigüedad y obsolescencia del material rodante y sumado a la baja inversión en infraestructura ferroviaria, se llegó a una reducción persistente en los volúmenes de movimiento de cargas en los últimos años. Es evidente que si tomamos en cuenta las ventajas del transporte ferroviario sobre el carretero en grandes distancias, urge complementar el transporte automotor de la producción con una mayor utilización del tren.
Sin inversión ferroviaria no hay futuro mejor que esperar. El continuo aumento del precio de los combustibles (en términos de costos, el consumo energético del ferrocarril comparado con el camión es menor en una proporción de cuatro a uno), la menor siniestralidad (se calcula en diez veces menos a los automotores), su mayor vida útil (cerca de 60 años), son solo algunas de las ventajas comparativas que demuestran esa necesidad.
El sistema de transporte debe privilegiar el eje transversal en Argentina
Hay espejos globales al alcance de quién desee certificar la relevancia del tren como una vía de progreso y desarrollo genuino y nacional, el crecimiento acelerado de países como China e India, están desplazando los flujos de mercancías hacia el eje del Pacífico, lo que pone en evidencia la necesidad de pensar y sobre todo poner en marcha un sistema de transporte que privilegie el eje transversal en la Argentina, y que permita a futuro, la unión de los dos océanos.
Las evidencias no dejan dudas, nuestro país tiene que trabajar fuertemente en los próximos años para aumentar las cargas transportadas a través de esta modalidad. De hecho es la propuesta manifiesta de empresarios nacionales y el arco sindical ferroviario. No puede haber dudas que incrementando las inversiones por parte del estado, y promoviendo una mayor competencia entre operadores del sistema ferroviario de cargas, se alcanzará en plazos sorprendentes la disminución de los costos logísticos y el aumento de los volúmenes de carga transportada.
Sin dejar de consignar que como servicio de transporte y como una “industria de industrias” el sistema ferroviario puede y debe alentar un shock de relevantes niveles de empleo en actividades directas e indirectas, hablamos de trabajo digno, producción, capacitación y desarrollo de economías regionales imprescindibles para alcanzar el país federal que nos merecemos.BANegocios.com
Si, es necesario, deseo ayudar, pero no hay un poder politico que le interese, ni oficialista, ni opositor.... Guillermo Alfonso Castellan
ResponderEliminarCon el intento frustrado de Macri y un pasado estancado en materia Ferroviaria (nótese que aún los terrenos están tomados usurpados o vendidos) alguien acá cree que con este señor Fernández se pondrá el tren a trabajar en cada punto del país? Fuera de su fanatismo partidario, alguien que exprese la realidad por que ninguno de los dos frentes Macri o Cristina lo hicieron bien. Entonces más allá de una esperanza hay alguna realidad tangible?
ResponderEliminarEl Solitario Sleim
Para que eso ocurra definitivamente, debe entrar en plena vigencia y aplicación la ley 27.132; recuperar el plan quinquenal que había comenzado a ejecutar la gestión randazzo y que la actual archivo; y por último....tener paciencia un par de meses mas, para que esta gestión de fracasados pase a ser un mal recuerdo de nuestro país.
ResponderEliminarEspero que desde el 10 de diciembre el gobierno entrante tenga a los ferrocarriles como un tema prioritario. Y que haya alguna posibilidad de recuperar los ramales que este gobierno empezó a mutilar, como el Urquiza a Misiones o el ramal metropolitano Puente Alsina - Aldo Bonzi del Belgrano Sur.
ResponderEliminarJuan Agustín Pirozzi
Levantar toda la estructura Ferroviaria que se encuentra en su gran mayoría abandonada va costar muchísimo dinero y tiempo y de regalo con autoridades que no provienen de ramas ferroviarias. Para resolver esta situación, en primer lugar tenemos que pensar que el ferrocarril es una empresa de transporte y no una empresa política y se tiene que dedicar a ser para lo cual fue creada. volver a las gerencias por línea, recuperar todos los tráficos incluyendo los de Cargas que han sido los mas rentables, recuperar los espacios perdidos (ramales clausurados) poner en condiciones sus vías y su vehículos para garantizar eficiencia en el transporte de todo tipo de mercadería, tener gerencias o departamentos comerciales eficientes visitando a futuros clientes potenciales.
ResponderEliminarRecién ahí podemos pensar que los ferrocarriles recuperarán la eficacia perdida tratando de dar un servicio, no bien, SI NO DE EXCELENCIA, que es lo que nos merecemos, esto el privado difícil que lo haga por los enormes costos que se requieren, pero si el estado lo puede hacer, optimizando todos sus recursos para potenciar el uso del mismo en todos sus rubros, incluyendo sus colaterales.-
Atte.-
Francisco R. Soto
Y vos te piensas que al frente de chorros le interesa los ferrocarriles? Pobre iluso
ResponderEliminarY vos que sabés cuál es el plan que tienen para los trenes. Vos sos un pobre iluso que creiste en macri y te cagó, para colmo lo volviste a votar, ya no sos iluso, sos necio. Qué triste lo tuyo.
EliminarÓscar Cifuentes
Mas alla de lo que dice la ley27.132 como dice richard, si aplican la gestion randazo, olvidate de reactivar los talleres y parte de el material rodante UTILIZABLE que aùn existe,. Si seguimos comprando a china CHAU industria nacional. CREO MAS EN EL TITULO DE LA NOTA. UN PLAN PARA EL DESARROLLO DE NUESTROS FERROCARRILES DE CARGA Y DE PASAJEROS Y OJALA EL PROXIMO GOBIERNO LO ENTIENDA Y LO ENCARE DE ESA MANERA
ResponderEliminarOtro más que opina sin saber. Qué sabes cuál es el plan que tiene la oposición para los trenes que ya hablas que van a comprar a China. Además para que la industria nacional llegue a fabricar con la tecnología que tiene ese país van a pasar decadas porque se tendría que tomar como política de estado, cosa que con el anterior gobierno no se hizo y menos con éste que para él es sólo la timba financiera como quedó demostrado en estos casi cuatro años de gobierno.
EliminarÓscar Cifuentes
No es necesario contestarte. La historia se escribe una sola vez, y dice: Que hace algunos años un gobierno en desmedro de la industria nacional comenzo a comprar material chino en desmedro de la industria nacionaal!!!!!!.Por lo cual no sabemos cuando termina esta compra, ( ahora que vuelven,con mas razon). Pero cabe una acotacion, hoy en la argentina hay dos empresas( MATERFER Y EMEPA) que comenzaron fabricando cochesmotores y ademas es irrefutable la compra delictiva de los vagones de carga( cerealeros,mediocajones, espinas), para que????, hay un importante stock para reparar y hay TALLERES QUE LOS PUEDEN FABRICAR DE TAQUITO!!!!( Materfer,Paiva Tafi), . Y si conosco, si apareces mas sin descalificar quizas podamos debatir, cosa que en este pais no se puede hace rato, salvo en este pagina. Saludos.
ResponderEliminarPara tu conocimiento te informo que la compra de los coches motores a Materfer y Emepa lo hizo el anterior gobierno cuando estaba Randazzo como ministro y este gobierno las discontinuó. Es más, tiene paradas desde hace 3 años dos coches motores Materfer en Sáenz Peña hasta que la CNRT se acuerde de darle el visto bueno. Y te vuelvo a repetir, la industria argentina HOY no está en condiciones de fabricar con LA TECNOLOGÍA QUE TIENE CHINA HOY. Para que nuestro país pueda volver a construir material rodante las empresas se tienen que munir de maquinaria que hoy con los intereses usureros que este gobierno antisocial y corrupto como ninguno tiene, más los 1740 puntos de riesgo país de Argentina hoy es IMPOSIBLE QUE PUEDAS SACAR UN CRÉDITO EN EL EXTERIOR. Para que ello ocurra, tiene que ser como se hizo en las décadas del 40, 50 y 70 cuando se tomó al ferrocarril como política de Estado y se pudo fabricar trenes. HOY ES IMPOSIBLE con la tecnología CHINA. Saludos
EliminarÓscar Cifuentes
Por suerte a partir de Diciembre nuestros ferrocarriles de pasajeros van a superar en confort y velocidad a los ferrocarriles europeos, y la Unión Pacific va a tratar de alcanzar las toneladas por eje y la capacidad de carga de nuestros trenes! Espero ansioso ese momento para poder salir de Retiro y llegar a Rosario en 1 hora y monedas!
ResponderEliminarHubo comentarios de los lectores Óscar Cifuentes y RITO que fueron sacados por no cumplir con las reglas establecidas.
ResponderEliminarPido disculpas a cronica y a los demas lectores, me he sentido incomodo por algunos comentarios y seguramente conteste de alguna forma grotesca, . Lo siento mucho, no volvera a repertirse
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