Exterior
La Comunidad Europea trabaja intensamente para preservar la seguridad en
los ferrocarriles ante el creciente problema del terrorismo. Financia un
proyecto --Protectrail-- para aprovechar las últimas tecnologías y repartir las
tareas entre los distintos países.
El proyecto está desarrollando un sistema que asegure “sinergia” entre
los subproyectos o “submisiones”. Esas submisiones se ocupan de diferentes
aspectos del sistema ferroviario, sujetos a diferentes peligros y condiciones
en un contexto global.
Protectrail ya definió los requisitos del usuario y analizó diferencias
regionales. Pero hay aspectos comunes. ¿Cómo se puede, por ejemplo, implantar
en redes de tren y subterráneo los controles de seguridad utilizados para
detectar bombas en aeropuertos? Los
sistemas de seguridad aeroportuaria no se pueden instalar en infraestructuras
de transporte como el subte de Moscú o el de Londres, ya que provocarían la
paralización del tránsito.
Millones de pasajeros utilizan estos servicios a diario, por lo que resultaría
imposible revisar ese volumen de usuarios con el tipo de seguridad implantado
en aeropuertos.
Pese a todo, garantizar la seguridad del transporte ferroviario supone
una prioridad clave. El impacto económico de un ataque terrorista, además de
los costos humanos y psicológicos que implica, puede ir mucho más allá de la
inmediata interrupción del servicio y la destrucción de vehículos e
infraestructuras, afectando a la economía en general.
Los investigadores están desarrolando tecnología inteligente de
reconocimiento facial que automáticamente siga a sospechosos de una cámara a
otra. El sistema identifica los rasgos faciales de la gente filmados en
circuito cerrado de televisión (CCTV, por sus siglas en inglés) y puede seguir
a una persona mientras ésta se mueve por el sistema de transporte porque tiene
la capacidad de identificarla de una cámara a la otra.
El subproyecto Securemetro cuenta en España e Inglaterra con la
participación de un constructor de vehículos, un operador de sistemas y una serie
de investigadores, que unieron sus fuerzas para desarrollar una metodología de
diseño validada mediante pruebas de laboratorio y otras a mayor escala con
vistas a construir vehículos de metro resistentes a los efectos de ataques con
bombas explosivas e incendiarias. Para
ello, se han utilizado soluciones innovadoras dirigidas a integrar y sacar el
máximo rendimiento de las tecnologías, los materiales y los sistemas existentes
con miras a incrementar la seguridad y protección de los vehículos y lograr una
mayor coordinación entre vehículos seguros e infraestructuras.
Los integrantes del proyecto dotaron a un viejo vagón de metro inglés de
ventanas plastificadas y materiales amortiguadores de impactos cuya finalidad
es evitar las lesiones por impactos de cristales y reducir las ondas
expansivas. Asimismo, se fijaron los pesados paneles del techo, que salen
despedidos por el aire en las explosiones, y posteriormente procedieron a la
detonación del vagón. Mercado
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