EXTERIOR
Primero no aceptó la renuncia de Jorge Setelich y ahora parece dispuesto
a removerlo. En su lugar irá una "sindicalista con mucho carácter"
AFE necesitaría una inversión de más de 800 millones de dólares para
poder despegar y convertirse en herramienta de desarrollo. Lo dijo en agosto el
presidente de AFE, Jorge Setelich.Setelich renunció la semana pasada luego de
un enfrentamiento con jerarcas del Ministerio de Economía.
Su dimisión no fue llevada a cabo porque el Poder Ejecutivo no aceptó.
Durante los últimos días, Setelich y miembros del gobierno se dedicaron a
zurcir los problemas de enfoque y relacionamiento.
Sin embargo, ahora el presidente José Mujica decidió darle de baja al
presidente de AFE y aunque no se ha dado a conocer el nombre de su sustituto se
anuncia que será “una sindicalista de mucho carácter”, informa Búsqueda.De este
modo, el mandatario quiere cumplir con su promesa de que los trenes funcionen
antes de que abandone el gobierno en marzo de 2015.Lo peor de todo es que esto
no es nuevo.
AFE es una empresa que coexiste hace más de 40 años en crisis. Con
cientos de personas en plantilla como personal excedente y una infraestructura
obsoleta desde hace años, su funcionamiento ha perdido su sentido original.
El estado no ha sabido que enfocar la empresa a los nuevas realidades
del transporte y los sucesivos gobiernos han mostrado la falta de voluntad
política para tomar una resolución definitiva acerca de su destino: rescatarla
o darle un cierre definitivo.La remoción de Setelich se lleva a cabo para
proteger, sobre todo, a la presidenta de la Corporación Nacional para el
Desarrollo (CND), Adriana Rodríguez, quien se quejó del “desgaste” de la
relación con el titular de los ferrocarriles del Estado.
Rodríguez es considerada una “pieza fundamental” de la reforma
ferroviaria. El gobierno pretende poner en funcionamiento una empresa pública
de derecho privado, la operadora Servicios Logísticos Ferroviarios en la que
los socios serán AFE y CND.La empresa pretendía pedir un préstamo a la
Corporación Andina de Fomento.
El hecho generó una discusión entre Setelich y Pedro Apezteguía, el
director general del Ministerio de economía y Finanzas.Ambos jerarcas son
primos hermanos. Sin embargo, los cuestionamientos de Apezteguía provocaron el
enojo de Setelich, al punto que hubo vasos rotos y un conato de agresión que
fue reprimido por el resto de los asistentes a la reunión.
Al salir de allí Setelich presentó la renuncia a raíz de sus diferencias
con Economía. Acusó a la cúpula de esa cartera de actuar con “soberbia” y
“mediocridad”.Miembro de la Lista 711 Compromiso Frenteamplista, el presidente
de AFE es medio hermano de Raúl Sendic, el líder del sector. Es hijo de Violeta
Setelich, la primera esposa del líder histórico del Movimiento de Liberación
Nacional Tupamaros.
La primera reacción ante la renuncia del jerarca fue de negación. El
prosecretario de Presidencia Diego Cánepa puso paños fríos al asunto. Dijo que
Stelich estaba cumpliendo “una gran gestión” y que su renuncia no sería
aceptada por Mujica.Al otro día, el jueves 10, las cosas habían cambiado.
Fuentes del gobierno deslizaron a los medios que “no había caído bien” las
críticas públicas del renunciante.
Hubo presiones de sectores como el Frente Líber Seregni -astorismo- para
que se aceptara la renuncia de Setelich. El sector amenazó con retirarse del
gobierno.El inicio de gestión del presidente de AFE ya había comenzado con
afirmaciones polémicas. En su primer encuentro con la prensa, Setelich dijo que
las posibilidades de que una reforma de AFE llegará a concretarse tenía “una
posibilidad entre miles”.
La relación de desgaste también había alcanzado al Ministerio de
Transporte y Obras Públicas, el otro eslabón de la cadena de la reforma
ferroviaria.
El enfrentamiento de Setelich aquí era con el subsecretario Pablo Genta,
a quien acusaba de ser el autor intelectual de un articulo de la Rendición de Cuentas
por el cual se “puenteaba” al directorio de AFE de decisiones
importantes.Setelich logró que el Parlamento retirara ese inciso, lo que le
valió la correspondencia de Genta. En las semanas siguientes, el viceministro
de Transporte ofreció a varios dirigentes políticos la presidencia de AFE, pero
nadie aceptó el desafío.
Fiel a su instinto, el presidente de AFE reclamaba al gobierno que “se
transparentara la situación del ente a sus principales dueños: los ciudadanos”.
Setelich creía que se “estaba diciendo a todo que sí” y “se aplaudía cualquier
anuncio” en relación con la empresa ferroviaria, sin que la situación de fondo
cambiara.Subrayado.com
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