Exterior
La
letra chica del plan de obras públicas anunciado este lunes por el presidente
Tabaré Vázquez tiene contraindicaciones para el ferrocarril. Aunque sin
admitirlo del todo, el gobierno confirma en su anuncio rimbombante de gasto en
infraestructura que el futuro del tren en Uruguay seguirá a la deriva como en
los últimos años, necesitado de recursos para salir del pozo.
Si
bien el plan global menciona al transporte ferroviario con US$ 360 millones de
inversión en el quinquenio, al analizar las cifras la realidad muestra otra
cosa. En esa suma se incluyen como propias obras ya programadas y en ejecución
que vienen del período anterior, durante la presidencia de José Mujica
(2010-2015), y en segundo lugar se da como un hecho el éxito de un contrato de
Participación Público Privado (PPP), que ni siquiera fue llevado al papel y,
además, no se tiene claro qué interés privado puede concitar.
Según
dice el documento del gobierno, US$ 200 millones de los US$ 360 en total que
serán invertidos en el tren corresponden al Focem. Es decir, que se financian
con ese instrumento del Mercosur que busca atender las asimetrías de los socios
del bloque para realizar obras de infraestructura. Pero esos dos proyectos
incluidos en la suma total, ya están en marcha desde hace algunos años. Así lo
confirmó a El Observador el director de Transporte Ferroviario del Ministerio
de Transporte y Obras Públicas (MTOP), Álvaro Fierro, quien además fue
vicepresidente de AFE en el período pasado.
El
primero, llamado Focem I, implica una inversión aproximada de US$ 75 millones
para recuperar vías en dos tramos que van desde Pintado (Florida) hasta Rivera,
y fue aprobado en diciembre de 2010. Sin embargo las obras comenzaron en enero
de 2014.
El
segundo, titulado Focem II, está más en pañales pero tampoco es novedad para
las necesidades acuciantes del tren en Uruguay. Este último implica también
obras de recuperación para un tramo más corto que va de Piedra Sola (localidad
ubicada en el límite entre Tacuarembó y Paysandú) a Algorta (Río Negro), y
totaliza una inversión de US$ 125 millones. El Focem II está en proceso de
adjudicación a las empresas encargadas de realizar la obra, algo que se hará
efectivo en pocas semanas.
En
Uruguay hay 3.000 kilómetros de vías férreas, de las cuales la mitad está fuera
de servicio o sin uso por su mal estado. Existen algunas que funcionan al
límite, y de no recibir asistencia en el corto plazo pueden colapsar y dejar de
ser utilizables. Una fuente de AFE explicó a El Observador que hay tramos de la
línea que va hacia Río Branco que funcionan con lo mínimo. Por allí se
transporta combustible y distintos productos de ANCAP, y también arroz de
empresas de gran porte como Saman.
El
transporte de carga es lo único que le da dinero a AFE, y desde hace varios
meses viene en caída y sin miras de recuperación. El año pasado cerró al borde
del mínimo histórico en toneladas transportadas, lo cual es síntoma objetivo de
la delicada situación. La semana pasada el titular del MTOP, Víctor Rossi,
admitió en la comisión de Transporte que al año se asiste con importantes sumas
de dinero al ente para que pueda funcionar. Las cálculos mencionan de US$ 17 a
US$ 20 millones al año que van de Rentas Generales (la caja del Estado) a las
arcas de AFE.
Esperanza
privada
Si
se sacan de la cuenta global esos US$ 200 millones de inversión al tren,
correspondientes a lo ya programado con dinero del Focem, restan explicar US$
160 millones. Según dice el documento del gobierno, US$ 90 millones serán
invertidos por medio de una PPP para el tramo de 145 kilómetros de la línea
Algorta-Fray Bentos, que es importante para el transporte de madera y granos.
En esa obra hubo algún interés de empresas chinas, pero quedó por el camino por
idas y vueltas durante el gobierno de Mujica. Desde el MTOP se confirmó ayer a
El Observador que la PPP es, hasta ahora, solo una idea.
A
la cuenta le quedan entonces US$ 70 millones. De ellos, US$ 60 corresponden a
un préstamo que ya aprobó la Corporación Andina de Fomento (CAF), destinado a
la nueva operadora ferroviaria Servicios Logísticos Ferroviarios (SLF). El
dinero no llegó a sus arcas porque le resta cumplir con requisitos de la CAF,
según detalló el ministro Rossi en el Parlamento.
Por
lo tanto, al pasar la raya quedan US$ 10 millones de inversión nueva y no
prevista anteriormente para el ferrocarril en Uruguay. No hace falta decir si
es mucho o poco, o si es justo o no. Lo cierto es que Vázquez le soltó la mano
a un sueño de Mujica.ElObservador.uy