Nota de Opinión
Ing. Román Ballesteros (*) (para Crónica Ferroviaria)
El verdadero error resulta porque viene de un colega ingeniero en ejercicio de su función pública en el Poder Ejecutivo Nacional. Ello desmerece los conceptos vertidos en una entrevista oficial publicada recientemente.
El problema es que la apología del Sistema “Metrobus” confunde los principios de la ingeniería de transportes. Esta disciplina es materia básica en todas las Universidades del País y del mundo. Los caminos de la sociedad civil están regulados por la física y la aplicación de las ciencias del movimiento de vehículos en las diferentes superficies de rodamiento.
La teoría demuestra que el rodaje hierro-hierro resulta el de menor coeficiente de rozamiento y por ello ocasiona el menor gasto de combustible en el efecto de tracción de vehículos de personas y de cargas en general. Tal es la evidencia de lo expuesto en este caso, que en los países más avanzados del mundo se aplica el uso dominante de las vías ferroviarias como transporte masivo moderno. Ello es un axioma sin opciones en las comunicaciones terrestres de Europa, Africa, América, Asia y Oceanía, justamente por su economía y facilidad del esfuerzo de tracción. En la actualidad nadie en el mundo plantea el uso masivo de automotores públicos para casos de grandes volúmenes de carga en distancias medias y superiores en cemento.
En otro campo, la preferencia técnica de la tracción hierro-hierro resuelve el mayor de los problemas de locomoción que es el costo de los transportes públicos. En una relación de 4 veces la pista de rodaje en pavimento o rodaje en cemento supera el costo de una pista de hierro como la vía ferroviaria. Por otra parte la tracción mecánica a combustibles fósiles resulta 3 a 5 veces mayor que la tracción eléctrica. Ello resulta un inadmisible contrasentido sobre la política del uso de energía en un país en emergencia energética como es el caso nuestro, desde hace un año a la fecha y con pocas reservas de origen líquido.
Otros argumentos contrapuestos
Resulta otro argumento insostenible darle a este tipo de solución el carácter de nacional o como recomendación prioritaria al sistema “metrobus” para las comunicaciones terrestres como única solución nacional de movilidad interurbana, por encima de las jurisdicciones provinciales o municipales.
Cada región o territorio debiera elegir el modo más conveniente de su modo de comunicación territorial en base a sus requerimientos locales en función de demandas, espacio público, distancias y densidades poblacionales.
Ninguna solución en ese sentido debiera ser promovida o impuesta por la Nación en resguardo del régimen federal avalado por nuestra Constitución Nacional y en salvaguarda de las autonomías locales.
(*) Centro de Ingenieros de Córdoba
Ing. Román Ballesteros (*) (para Crónica Ferroviaria)
El verdadero error resulta porque viene de un colega ingeniero en ejercicio de su función pública en el Poder Ejecutivo Nacional. Ello desmerece los conceptos vertidos en una entrevista oficial publicada recientemente.
El problema es que la apología del Sistema “Metrobus” confunde los principios de la ingeniería de transportes. Esta disciplina es materia básica en todas las Universidades del País y del mundo. Los caminos de la sociedad civil están regulados por la física y la aplicación de las ciencias del movimiento de vehículos en las diferentes superficies de rodamiento.
La teoría demuestra que el rodaje hierro-hierro resulta el de menor coeficiente de rozamiento y por ello ocasiona el menor gasto de combustible en el efecto de tracción de vehículos de personas y de cargas en general. Tal es la evidencia de lo expuesto en este caso, que en los países más avanzados del mundo se aplica el uso dominante de las vías ferroviarias como transporte masivo moderno. Ello es un axioma sin opciones en las comunicaciones terrestres de Europa, Africa, América, Asia y Oceanía, justamente por su economía y facilidad del esfuerzo de tracción. En la actualidad nadie en el mundo plantea el uso masivo de automotores públicos para casos de grandes volúmenes de carga en distancias medias y superiores en cemento.
En otro campo, la preferencia técnica de la tracción hierro-hierro resuelve el mayor de los problemas de locomoción que es el costo de los transportes públicos. En una relación de 4 veces la pista de rodaje en pavimento o rodaje en cemento supera el costo de una pista de hierro como la vía ferroviaria. Por otra parte la tracción mecánica a combustibles fósiles resulta 3 a 5 veces mayor que la tracción eléctrica. Ello resulta un inadmisible contrasentido sobre la política del uso de energía en un país en emergencia energética como es el caso nuestro, desde hace un año a la fecha y con pocas reservas de origen líquido.
Otros argumentos contrapuestos
Resulta otro argumento insostenible darle a este tipo de solución el carácter de nacional o como recomendación prioritaria al sistema “metrobus” para las comunicaciones terrestres como única solución nacional de movilidad interurbana, por encima de las jurisdicciones provinciales o municipales.
Cada región o territorio debiera elegir el modo más conveniente de su modo de comunicación territorial en base a sus requerimientos locales en función de demandas, espacio público, distancias y densidades poblacionales.
Ninguna solución en ese sentido debiera ser promovida o impuesta por la Nación en resguardo del régimen federal avalado por nuestra Constitución Nacional y en salvaguarda de las autonomías locales.
(*) Centro de Ingenieros de Córdoba