ACTUALIDAD
Volvió a valerse de un
procedimiento duramente cuestionado por la Auditoría General
y al margen de la licitación. Ya ocurrió en 2011, con cuatro formaciones
defectuosas que en España incluso habían definido como "chatarra".
La noticia se dio a
conocer los últimos días de julio y pasó desapercibida en medio del conflicto
con los metrodelegados por la inauguración de dos nuevas estaciones con
falencias en materia de seguridad que completaban la extensión de la línea B.
El gobierno porteño anunció que adquirió al Metro de Madrid SA 73 coches para
utilizarlos en esa traza por un monto de 28 millones de euros. Pero la
operación anterior, que data de 2011, por la compra al mismo vendedor de 24
coches con destino idéntico, fue severamente objetada a través de un reciente
informe de la
Auditoria General de la Ciudad, que detectó irregularidades en todo el
proceso y subrayó el estado defectuoso en que esas formaciones arribaron al
país.
Hoy, sólo tres formaciones
de las cuatro que se compraron de manera directa con un desembolso inicial de
más de 120 mil euros por coche –y bajo el argumento de que eran suficientes
para satisfacer la ampliación de la línea– están en condiciones de prestar servicio.
El restante convoy fue desmantelado y sus piezas se utilizaron para
reconstituir las otras formaciones de manera que fueran operativas, lo que
ratificó que la Ciudad
hizo un mal negocio con España en 2011. El mismo que podría volver a repetirse
ahora.
Los CAF serie 5000 que
están en circulación desde hace algunas semanas como una novedad fueron
fabricados en 1974, y cuentan con casi 40 años de antigüedad promedio. Buena
parte de los 550 mil dólares pagados en total por cada formación terminaron desperdiciados.
Según anunció la empresa
Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) –que depende de manera directa del jefe de
gobierno, Mauricio Macri–, "participó" el 11 de julio pasado de una
licitación de Metro de Madrid por el nuevo material rodante, que supuestamente
llegará al país por lotes a fines de este año.
Los trabajos de
reacondicionamiento de los trenes modelo CAF 6000, fabricados entre 1998 y
2002, para que puedan circular por las vías de la B, y ser alimentados por el tercer riel, serán
contratados bajo la misma modalidad cuestionada por la AGC, y con un costo adicional
de 4,6 millones de euros. Tendrán aire acondicionado, caja negra y sistema de
comunicación entre pasajeros y motorman a un costo unitario de 382.876,20
euros. También habrá que "retrocharlos" en España para que puedan
circular por los rieles porteños.
La compra fue confirmada
oficialmente por la empresa madrileña, pero no menciona que haya formado parte
de un proceso licitatorio. Es más: desde la página web de SBASE que detalla las
licitaciones de los últimos años en las que tuvo injerencia no menciona ninguna
operación en marcha ni realizada con anterioridad con el Metro de Madrid. Si se
trata de una nueva compra directa bajo el formato de "subasta
pública", que elude el proceso legal correspondiente, también es un
misterio.
IRREGULAR.
"SBASE no realizó un correcto análisis técnico y económico del material de
segunda mano que compró al Metro de Madrid SA", fue la lapidaria
conclusión del informe de los auditores publicado el 8 de mayo. Así, de los
relevamientos no surge el costo y el tiempo que insumió realizar la adaptación
de los coches y la ausencia de planificación en los gastos para su manutención
durante los próximos 25 años, ya que las unidades arrastraban una antigüedad de
38 años.
SBASE tampoco dispuso
"personal propio o subcontratado a terceros para llevar adelante la
supervisión in situ de los trabajos a realizarse en España", lo que
acarreó irregularidades en el material recibido. SBASE no cumplió con el
Régimen de Contrataciones Determinación de Montos "que establece que en
las contrataciones directas se deben solicitar al menos tres
cotizaciones".
Sucedió en las siguientes
operaciones: por los 2.892.000 euros pagados a España por los coches; por la
contratación de servicios y suministros al Metro de Madrid SA por 1.320.000
euros; y por el convenio con Metrovías para la adaptación de esos coches por
más de 20 millones de pesos. A este primer lote se le sumaron otros 12 coches,
que también habían caído en desuso hace cinco años.
En el proceso de las
tareas preoperativas para la adaptación de ese material rodante que compró,
SBASE tampoco cumplió con la obligatoriedad por ley de atender un dictamen de la Procuración General
como paso previo a cualquier licitación o compra directa –cuyo monto mínimo
había sido superado– y delegó esa función mediante una resolución en un
integrante de la
Comisión Fiscalizadora de SBASE, pese a que podían verse
afectados en esa operación derechos propios de la Ciudad.
La empresa estatal está
constituida con una particularidad: dirigida y administrada por un Directorio,
su "único accionista es el Jefe de gobierno" en representación de la
administración central.
"CHATARRA". En septiembre de 2011, el diario El País de España
se burló de la expedición de Macri a Madrid para cerrar la operación por la
cual, se aseguró, había comprado "chatarra" por 4,2 millones de
euros. Las evidencias confirmaron esas sospechas. Informes técnicos y actas
obrantes en la auditoría dan cuenta de desperfectos, piezas rotas,
manipulaciones inadecuadas del material, falencias en las tareas, incapacidades
técnicas y operativas "que comprometen el estado de los coches adquiridos,
su ciclo útil, y el alcance del lote de repuestos".
Motores y baterías
quemados, compresores rotos, detalles que no figuraban en los planos,
desperfectos en comandos eléctricos, ancho insuficiente de los vagones, fueron
sólo algunos de los problemas encontrados. "Surge del análisis de la Actuación N°0073-00027798,
que varias de las tareas contratadas a Metro de Madrid SA sea por cuestiones
logísticas, operativas y/o de seguridad, debieron efectuarse nuevamente en
Buenos Aires y muchas otras culminarse aquí por haber sido contratadas
erróneamente y en forma parcial", concluyó la AGC. "Las unidades, en
general, presentan condiciones más desfavorables a las inicialmente
estimadas", sostienen informes propios de Metrovías.
COMPRA DIRECTA. Pero la irregularidad de mayor gravedad que detectaron los auditores
fue que SBASE "no acreditó la situación de excepción invocada para omitir
la regla general de la selección por licitación pública" –lo hizo por
contratación directa– en la compra de vagones a Metro de Madrid, hecho que se
produjo en el 2011, y apoyado en la inminente inauguración de las estaciones
Echeverría y Juan Manuel de Rosas, algo que ocurrió recién dos años después, en
medio de una campaña electoral.
"En el mercado de los
coches usados, se analiza la oportunidad de compra. Tiene que coincidir que
algún metro cambie su flota", fue la respuesta formal de SBASE a los
auditores. El informe replicó que SBASE no dispone de una política estratégica
ni de un Plan Maestro para unificar las siete distintas flotas que conviven
bajo tierra, algo que recomiendan los especialistas en materia de sustentabilidad
del servicio. «
Un largo historial de desperfectos
La línea B de subtes de la Ciudad de Buenos Aires
sufrió nuevos inconvenientes ayer al mediodía, cuando debió prestar un servicio
limitado entre las estaciones Medrano y Juan Manuel de Rosas durante 45 minutos
por "una falla técnica" producida en la estación Pueyrredón.
Voceros de Metrovías
aseguraron a Télam que, en esta oportunidad, se trató de "algo menor"
y el servicio quedó normalizado a las 12:45. Según explicaron, todo se debió a
una "falla técnica en la parte de señales" de la estación Pueyrredón.
Sin embargo, los problemas
técnicos en la línea B se vienen multiplicando en los últimos días, cuando el
gobierno de la Ciudad
puso en funciones la ampliación del recorrido hasta las nuevas estaciones del
barrio de Villa Urquiza, Juan Manuel de Rosas y Echeverría.
A pesar de la inauguración
formal celebrada por el macrismo, pasaron varios días sin que funcionara el
servicio hasta la nueva cabecera.
Argumentando falta de
seguridad, los metrodelegados realizaron una protesta y se negaron a operar las
nuevas estaciones.
Cuando finalmente se puso
en funcionamiento el recorrido completo, se conocieron problemas que demoraron
o impidieron la circulación del servicio de subtes en esa línea.
El pasado 16 de agosto,
una formación con pasajeros no pudo salir de la estación Rosas por un problema
técnico, momento en el que algunos usuarios agredieron a los trabajadores.
El día anterior, un coche
sin pasajeros que era conducido por personal jerárquico descarriló al mediodía
en la flamante estación Juan Manuel de Rosas. Los metrodelegados informaron que
el inconveniente se produjo en una de las cocheras que habían denunciado
durante las medidas de fuerza. Minutos después, la línea volvió a operar.
El delegado de la línea B,
Claudio Dellecarbonara, aseguró: "Con la inauguración empeoró todo porque
no tenemos las capacidad para los miles de usuarios nuevos que se suman a la
línea y la empresa tiene que explicar por qué el servicio es cada vez
peor."
Coches que acaban explotados
Los mismos trenes
adquiridos por la Ciudad
para reforzar la línea B son ahora utilizados por el Metro de Madrid como
material de rezago para pruebas de detonación de explosivos. Tal era el nivel
de deterioro de los CAF 5000 –por los que la administración macrista fue la
única oferente para su compra en 2011– que, hace años retirados de la
circulación de pasajeros, ahora forman parte de un proyecto para probar efectos
de una explosión controlada con el fin de desarrollar estructuras más
resistentes ante eventuales ataques terroristas, luego del atentado de 2004 en
Atocha, y de 2005 en Londres, cuyos objetivos fueron los trenes.
Las detonaciones son
filmadas para corroborar cómo la onda expansiva se desplaza por la unidad y
cómo reacciona el mobiliario interior, principal causa de muertes y lesiones.
Los coches que ahora circulan en la red porteña fueron fabricados en 1974. A los gastos abonados
a Metro de Madrid, debieron sumarse más de $ 737 mil en concepto de
"almacenaje en el Puerto de Buenos Aires" de las unidades, más
comisiones e impuestos sin aprobación del directorio de SBASE, según la Auditoría de la Ciudad. Lo mismo
sucedió con los $ 8,7 millones de Derechos de Importación que desembolsó ante la AFIP, en el marco de
múltiples irregularidades.