Exterior
Talgo
sigue sin convencer a la comunidad inversora, que lleva desde su debut en el
mercado continuo el jueves pasado provocando continuas bajadas en el precio de
sus títulos. Ni siquiera la primera presentación de resultados trimestrales,
realizada ayer y en la que el beneficio neto se disparó un 67% hasta 8,5 millones,
evitó que los títulos se depreciaran un 2,41% hasta 8,1 euros. En la salida el
precio era de 9,25 euros, lo que supone un descenso del 12,4% en cuatro
sesiones.
La
compañía señaló en un escueto comunicado que mantiene todas las estimaciones de
negocio para este año tras elevar sus ingresos hasta 86,5 millones, un 9,2%
más, y el ebitda (beneficio antes de intereses, impuestos y amortizaciones) de
19 millones, el 22% más.
El
fuerte aumento del resultado se explica por la contención del alza de costes y
los menores gastos financieros. La estimación de Talgo es además convertir en
ingresos entre el 30 y el 35% de la cartera de negocio en los dos próximos
años, que a cierre de marzo alcanzaba los 3.786 millones. Es decir, prevé
facturar 1.135 millones entre 2015 y 2016 si se cumpliera esta previsión en el
rango bajo. En 2014, las ventas fueron de 384 millones, un 17,6% más.
Además,
ayer se conoció el informe de la Comisión de Investigación de Accidentes
Ferroviarios (CIAF, dependiente del Ministerio de Fomento) sobre un incidente
provocado por un tren de Talgo en abril de 2013. La consecuencia fundamental es
que el fabricante español deberá cambiar sus procedimientos de montaje del tren
de alta velocidad S130 y S730 para evitar que fallos humanos como el que causaron
ese accidente lleven a que puertas de coches caigan en las vías.
Cambios
En
el suceso citado, un tren de Talgo perdió una puerta dentro de un túnel tras
haber sido mal cerrada por un interventor. Ahora, la compañía deberá
implementar un cambio en los sistemas de cierre que eviten que otro fallo
humano provoque un incidente similar. Otro tren que circulaba en sentido
contrario arrolló la puerta, pero sin descarrilar ni provocar heridos.
Se
da la circunstancia de que ese mismo modelo de tren es el que, tres meses
después de ese incidente, descarriló antes de entrar en la estación de Santiago
de Compostela. Este accidente nada tuvo que ver con el incidente sobre el que
se ha pronunciado ahora la CIAF.ElEconomista.es
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