EXTERIOR
De 980 funcionarios se irán 600 y áreas clave del ente quedarán casi sin
gente
Casi vacío. Así quedará el ente ferroviario AFE cuando se termine de
completar la salida de personal prevista por la reestructura impulsada desde el
Poder Ejecutivo, que consiste en convertir al organismo público en el encargado
de ofrecer los servicios de infraestructura, y trasladar la gestión de operaciones
de carga a una nueva empresa 51% en manos de AFE y 49% de la Corporación
Nacional para el Desarrollo (CND), actuando bajo el derecho privado. Con dos
herramientas, el retiro incentivado y un nuevo sistema de declaración de
excedentes, el organismo público se planteó renovar y reducir la plantilla.
Pero en el camino se quedará con un déficit de recursos humanos difícil de
revertir en áreas clave, y que ahora pretende atajar explorando “pactos” con
los funcionarios decididos a irse para su casa o a otro destino dentro del
Estado.
Las áreas “Operaciones” y “Material Rodante”, por ejemplo, quedarían
desiertas y bajo la órbita de la nueva empresa operadora, que hoy tiene solo un
funcionario en plantilla: el gerente general, Gonzalo Ponce de León.
Un ejemplo: en el tramo entre
Nico Pérez (Florida) y Río Branco (Cerro
Largo), AFE tiene 20 maquinistas para realizar las operaciones. De ellos, 12 ya
pidieron el retiro incentivado y se van este año. Los ocho que quedan podrían
operar cuatro yuntas del tren, ya que cada una debe ser gestionada por una
dupla de maquinistas. Pero a su vez cinco de los ocho que quedan piensan
tramitar la excedencia, según contó a El Observador el secretario general de la
Unión Ferroviaria, Ricargo Cajigas.
No hay personal en el mercado que pueda desempeñarse como maquinista.
Deberían ser instruidos y cumplir con las prácticas, lo que lleva dos años como
mínimo. Además, los maquinistas de AFE están capacitados para una línea
específica de las que están operativas en Uruguay. No pueden trabajar en otras,
como si fuera una libreta de conducir autos, que es válida para todo el
territorio. Si se cumple el extremo que muchos advierten en AFE, pueden ser
suspendidos servicios actuales. El ente ferroviario transporta materiales como
cemento, piedra o madera.
Lo mismo sucede en otras áreas clave como Tráfico, adonde los
funcionarios gestionan y diseñan el uso de las vías, que a excepción de unos
kilómetros en zona metropolitana, sirven para transitar de un sentido a la vez.
Allí 30% del personal se puede ir este año.
La realidad hizo que el directorio del ente ferroviario piense en buscar
acuerdos con trabajadores, o contratar a empresas privadas para cumplir con
tareas que quedan sin funcionarios. “Hasta el 28 de febrero tenemos la facultad
para hacer algunas contrataciones. De lo que no podamos, vamos a recurrir a la
contratación de empresas privadas para que provean los servicios que se vean
más resentidos por los retiros. Pueden ser empresas constructoras para las
vías, u otro tipo de servicios administrativos que se vean resentidos, haciendo
contratos hasta que tengamos potestades constitucionales para restituir la
plantilla”, informó a El Observador el vicepresidente de AFE, Álvaro Fierro.
La posibilidad manejada por el jerarca no sirve para esas áreas
operativas clave, como maquinistas o quienes se encargan de controlar el
tráfico.
Fierro reconoció la dificultad, y por ello habló de explorar “pactos”
con trabajadores para evitar que áreas
queden totalmente vacías. “Estamos obligados a cumplir con los retiros, lo cual
no quiere decir que no podamos pactar en algunos casos con los involucrados,
para que dilaten las condiciones de sus retiros”, dijo.
Sangría
AFE tiene 980 funcionarios en la actualidad. De ellos, 360
(aproximadamente) están en condiciones de aceptar un retiro incentivado que por
decreto habilitó el gobierno, y que consiste en pagarle durante cinco años casi
tres cuartas partes de su sueldo para que abandone el cargo. El resto de los
funcionarios (60%) pueden ser declarados excedentes y trasladados a otras
oficinas del Estado, manteniendo su remuneración y rango.
Hasta ahora, más de 200 funcionarios de los 360 habilitados ya iniciaron
su trámite para abandonar el organismo. Esos primeros 200 antes del 31 de
diciembre se van. El resto tiene hasta la segunda quincena de enero de 2014, y
según calculan en AFE la mayoría aceptará la oferta. De ser así, la plantilla
del ente se reduce 40%. Los únicos requisitos son tener 58 años de edad a fin
de año y 30 años de servicio, lo cual plantea retiros al barrer, sin
discriminar capacidades, talentos o necesidades del organismo.
El resto de los funcionarios ya pueden pedir ser declarados excedentes,
o bien AFE puede decidir hacerlo. Con la promulgación de la ley de Rendición de
Cuentas, entró en vigencia el artículo 202, que detalla el nuevo sistema de
excedencias. Existe un compromiso no escrito entre trabajadores y la
administración del ente para aceptar cada uno de los pedidos de
excedencia. Según explicó Cajigas a El
Observador hay más de 200 trabajadores que piensan pedir la excedencia porque
no están de acuerdo con el nuevo modelo de gestión que impulsa el gobierno. Por
lo tanto, sumado a los retiros incentivados son aproximadamente 600 de 980
quienes se van de AFE en los próximos meses.
La semana pasada el directorio –que está sin presidente tras la
destitución de Jorge Setelich y espera que asuma Carmen Melo– recibió a una
delegación de la Unión Ferroviaria. Allí, los representantes de los
trabajadores consultaron a las autoridades cuál era el plan de contingencia
ante el inminente vaciamiento de personal que sufrirá el ente. Pero AFE no
tiene un plan de esas características.
La nueva operadora ferroviaria, que estará encargada de gestionar los
servicios de carga, deberá en lo que queda del año completar su plantilla, que
hoy se compone solo de un gerente general.
La motosierra de Berchesi
En el primer período de gobierno democrático pos dictadura, el
presidente del ente, Juan Berchesi (1985-1990), aplicó con mucho énfasis la ley
para declarar excedentes a casi la mitad de los funcionarios de AFE. De los
casi 9.000 funcionarios que habían al momento de su asunción, quedaron menos de
4.000 cuando se alejó de la empresa, según consta en memorias anuales. Una de
las funcionarias que cayó en las declaraciones de excedencia del ente fue
Carmen Melo, quien asumirá esta semana como nueva presidenta de AFE. Según dijo
Cajígas a El Observador, durante las declaraciones de excedencia hubo empleados
que se suicidaron porque se les bajó el sueldo con el cambio.ElObservador.com
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