ACTUALIDAD
Pese a su
importancia y utilidad, varios claroscuros evidencia la iniciativa destinada a
posibilitar el regreso de los servicios locales como complemento del sistema de
ómnibus. La idea es crear un esquema que comunique puntos clave de Bahía Blanca
La
posibilidad de reinstalar, luego de 20 años, un servicio ferroviario destinado
a complementar el sistema de colectivos local y paliar sus actuales
deficiencias vuelve a ser motivo de consideración en la ciudad.
En el Concejo
Deliberante ya fue presentado un proyecto que postula el empleo de formaciones
ferroviarias livianas, capaces de llevar hasta un máximo de 150 pasajeros, y
utilizando todos los ramales existentes.
Estación Bahía Blanca Sud
El nuevo
sistema, impulsado por el concejal del Frente para la Victoria (FPV), Eduardo
Matarazzo, contempla la posibilidad de instalar paradas o andenes cada 1.500 o 2.000 metros en el
radio urbano (ver mapa), así como también lanzar servicios interurbanos a
Ingeniero White, General Cerri y Cabildo.
Los sectores
que cubriría son Estación Sud, centro, Universidad del Sur y UTN, con paradas
intermedias en andenes que servirán a los siguientes barrios: Spurr, Villa
Rosas, Rivadavia, Pedro Pico, San Martín, Villa Serra, Thompson, Villa
Talleres, Villa Ressia, Villa Mitre, Bordeu, Maldonado, Vista Alegre,
Avellaneda, Noroeste, Mariano Moreno, Pampa Central, Almafuerte, Comahue,
Parque de Mayo, Florida, Conicet, Grünbein, Villa Gloria, San Miguel y Tiro
Federal, entre otros.
¿Sí o no? A
la hora de analizar la viabilidad del proyecto hay que recordar la situación
imperante en torno al posible regreso de los trenes entre Bahía Blanca y Punta
Alta, donde el peso de la realidad parece imponerse drásticamente sobre los
nobles deseos de un grupo de entusiastas ferroviarios y amantes del
ferrocarril.
Hasta ahora,
más allá de la tenacidad de los impulsores de este tipo de iniciativas y más
allá de los beneficios que su instrumentación podría traer aparejados, no
existen indicios ciertos ni elementos concretos capaces de hacer suponer el
regreso del tren Bahía-Coronel Rosales.
También hay
que recordar que la recuperación de los servicios ferroviarios fue uno de los
mecanismos más empleados por el kirchnerismo para sumar simpatías y donde puede
contabilizarse el mayor número de promesas incumplidas.
Un rápido
ejercicio de la memoria nos remonta a varios "trenes electorales"
que, hasta comienzos del año pasado, sólo fueron humo en el aire, por caso el
ferrourbano de Salta, el ferrourbano de Córdoba, el enlace Tucumán-Tafí Viejo y
la unión Senillosa (Neuquén)-Chichinales (Río Negro), entre otros.
Cuestiones
que suman. De todas formas, a la hora de realizar un primer análisis sobre la
posibilidad concreta de instalar un servicio de este tipo, como principales
ventajas sobresale el adecuado estado de los rieles para soportar el paso de
formaciones livianas como el Tecnotren.
A diferencia
del proyecto tendiente a recuperar el tren entre Bahía Blanca y Punta Alta,
donde las instalaciones se encuentran canibalizadas y fueron levantados 18 kilómetros de
vías, en este caso su realización sería mucho más sencilla por cuanto los
principales trayectos propuestos no requieren mayores obras y buena parte de la
red férrea se encuentra operativa.
Otro de los
puntos fuertes del proyecto del concejal Matarazzo, quien dijo haber trabajado
en conjunto con la UTN ,
reside en su posible articulación con el sistema de ómnibus mediante un boleto
combinado, aspecto con chances de ejecución si, como menciona la iniciativa, el
servicio será administrado por Bahía Blanca Transporte Sapem, que hoy maneja la
línea 502 de colectivos.
Esto
facultaría a los usuarios emplear determinadas líneas de colectivos y
combinarlas con las de trenes.
Aspectos que
restan. En cuanto a los costos, si bien existe infraestructura acorde, los 2,5
millones de pesos que cuesta cada formación, compuesta por tres vagones, no se
encuentran, hoy por hoy, dentro de las posibilidades del municipio, aunque hay
quienes no descartan algún apoyo de Nación en la materia.
Otros elementos
positivos de la propuesta están dados por la posibilidad de ir sumando
servicios y trayectos en forma gradual, bastando en algunos recorridos cortos
con dos formaciones para brindar una frecuencia aceptable.
Tampoco
resulta un hecho menor señalar que la idea ya lleva varios años y el proyecto
reúne varios autores, desde alumnos de la Universidad Tecnológica
Nacional hasta la pasada gestión comunal de Cristian Breitenstein.
Precisamente
el año pasado se pensó en realizar el recorrido Spurr, Estación Sud y Parque de
Mayo, y otro entre Ingeniero White y la estación Bahía Blanca-Noroeste.
Como
contrapartida, los principales escollos se centrarán en que las vías se
encuentran alejadas del centro y, sin un boleto combinado, esto iría contra el
éxito del sistema al no poder captar grandes masas de usuarios por la
versatilidad del esquema de ómnibus.
También debe
tenerse en cuenta la concesión de las vías otorgada por la Nación a Ferroexpreso
Pampeano y Ferrosur, ahora en manos de la minera Vale.
Matarazzo
confía en que la escasa frecuencia de los trenes cargueros posibilitará el paso
de los trenes de pasajeros sin mayores inconvenientes, aunque por cuestiones
legales y administrativas, dicha posibilidad aparece hoy bastante complicada de
superar.
Para esto se
requiere una fuerte voluntad política capaz de enfrentar las numerosas trabas
burocráticas que se presentarán en el camino y cuyos frutos quizás no los
llegue a ver la actual administración, si es que, efectivamente, se decide a
subir la cuesta.
Hasta ahora
poco y nada se pudo avanzar en tal sentido. En realidad, el único servicio que
volverá será el denominado Tren Cultural.
Un servicio
que movió a la ciudad
Los
denominados trenes urbanos fueron el nervio motor del transporte público bahiense
hasta comienzos de la década del '60, trasladando año tras año más de un millón
de pasajeros.
Inicialmente
se habilitaron para movilizar a las masas de obreros que trabajaban en el
puerto, luego sirvieron de nexo para la población en general, superando en
prestaciones al entonces incipiente servicio de ómnibus.
Para graficar
su importancia cabe recordar que diariamente unos 30 servicios corrían entre la Estación Sud y su
similar de Ingeniero White, pasando por Villa Rosas (Spurr), mientras que otros
12 hacían lo propio entre nuestra ciudad y las estaciones de Puerto Belgrano y
Almirante Solier, en Punta Alta.
Además, desde
la terminal Bahía Blanca-Noroeste, 8 trenes diarios tocaban las paradas de Loma
Paraguaya y Galván para terminar su recorrido de ida en Garro (Ingeniero
White).
Si bien a
fines de los '60 los ferrocarriles domésticos ya habían perdido su importancia
como medio de transporte público en la ciudad, el golpe de gracia a los trenes
locales se produjo en 1992 por decisión del gobierno nacional.
Ese año sólo
funcionaba el denominado Tren Obrero a Ingeniero White, una pequeña formación
utilizada por el personal ferroviario.LaNuevaProvincia
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