ACTUALIDAD
Productores
mueven cosechas en camiones, al doble de costo, por falta de vagones y miedo a
descarrilamientos. Cargas embarcadas en trenes en Orán tardan hasta tres
semanas para llegar al puerto de Buenos Aires.
Por tercera
vez en cuatro años, se anunció un préstamo de China por 2.500 millones de
dólares para reconstruir 1.500 kilómetros de rieles, sumar 50
locomotoras e incorporar 2.500 vagones al Belgrano Cargas. Esta vez, a
diferencia de los anuncios que hiciera en 2008 y 2010, la presidenta Cristina
Fernández aludió a la asistencia financiera del gigante asiático no ya en
dólares, sino en pesos. Ahora se habla de un crédito de $11.500 millones a 15
años, con cinco de gracia y un interés del 7%.
Más allá de
las reiteraciones, el mensaje de ayer por cadena nacional despertó ilusiones en
todo el norte argentino, donde el sistema ferroviario está desmantelado desde
hace dos décadas y necesita una reconstrucción integral, ajustada a los
requerimientos actuales y planificada con proyecciones. En este sentido, en el
discurso de la presidenta se deslizó un sinceramiento cuando dijo que el apoyo
financiero de China permitirá ejecutar, en los próximos cuatro años, apenas una
primera etapa de la reconstrucción del Belgrano Cargas.
La red de
trocha angosta, en efecto, no admite más arreglos provisorios ni recambios
aislados, porque cuestan mucho más que lo que solucionan y no ayudan a
recuperar los trenes que urgen en provincias como Salta, Jujuy, Tucumán, Chaco
y Formosa para mover sus producciones hacia los puertos en condiciones
aceptables.
Días atrás,
en una recorrida periodística por los ramales C18 (de Pichanal a Joaquín V.
González), C16 (de San Ramón de la Nueva Orán a Pichanal) y C25 (de Embarcación a
Los Blancos), El Tribuno consultó a productores y cargadores de Anta, Orán, San
Martín y Rivadavia sobre las razones por las que siguen usando camiones para llevar
sus cosechas y producciones a los puertos.
Las
respuestas fueron tajantes. “¿Usted embarcaría su cosecha en un tren que tarda
días en llegar a destino y que puede acabar acostado con su carga a medio
camino?”, planteó un productor agrícola de Orán.
Dentro de la
desolada playa de maniobras de la estación de Pichanal resalta un enorme silo
que almacena soja producida en la zona. Allí, sobre las mismísimas vías del
C18, el grano es cargado en camiones, pese a que el citado ramal que baja por
Anta hacia el puerto chaqueño de Barranqueras fue rehabilitado en 2008. “Las
vías están operables, pero a paso de hombre, porque son una invitación a
descarrilamientos. Además, ni siquiera hay vagones para cargar los granos”,
apuntó un cargador de esa localidad.
La cosecha
gruesa del departamento Anta mueve a través de los ramales C18 hasta dos
formaciones por semana con soja de Las Lajitas y Mollinedo. En la estación de
Joaquín V. González, donde el anterior ramal confluye con la línea del C12, que
se proyecta desde Metán hasta la localidad chaqueña de Avia Terai, también se
ven correr algunas cargas de cemento y azúcar, pero éstas no representan ni el
15% de los volúmenes que mueven los camiones por falta de un servicio de trenes
eficiente y confiable.ElTribuno
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