4 de marzo de 2012

ADMITÍA T.B.A. GRAVES FALLAS EN LOS TRENES ANTES DE LA TRAGEDIA

Advirtió el año pasado del deterioro de la infraestructura; también acusaba al Gobierno de no invertir en instalaciones y trenes "obsoletos", vías con un deterioro "irreversible" y un sistema de señalización en estado "preocupante" por su "inusitada antigüedad". Esa descripción del servicio del ferrocarril Sarmiento podría formar parte de cualquiera de las querellas iniciadas a partir de la tragedia de Once. Pero, en realidad, figura con dramático nivel de detalle en un escrito que la concesionaria Trenes de Buenos Aires (TBA) presentó el año pasado ante la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) para apelar el centenar de multas que le fueron aplicadas.

Estación Haedo

La explicación que da la empresa es simple y lapidaria: las fallas son por incumplimiento en el plan de obras y compra del material rodante por parte del Estado. Se trata del expediente 193871 de 2011, que tiene estampado el sello de la CNRT como recibido el 23 de mayo pasado. ¿Qué dice? Repasa y enumera los centenares de incumplimientos y promesas esfumadas del Gobierno en materia ferroviaria. "Más allá del esfuerzo económico y humano realizado por el concesionario, durante el tiempo transcurrido entre la entrada en vigencia de la emergencia ferroviaria (octubre de 2002) y enero de 2007 [cuando el Estado reconoció mayores costos de material], sin duda se produjo aún más un decaimiento del estado de la infraestructura ferroviaria, por razones totalmente ajenas a este concesionario. (...) Resulta preocupante la inusitada antigüedad de la mayoría de los sistemas de señalamiento del servicio."

Luego, en 40 imperdibles páginas, la concesionaria refuta cada una de las multas que le impuso la CNRT en virtud de las fallas en el servicio. De haberlo leído el juez federal Claudio Bonadio difícilmente podría sentar al Estado en el banquillo de los afectados por la tragedia que dejó 51 vidas en el andén y más de 700 en los hospitales el miércoles 22 de febrero.

El escrito se refiere a la "falta de mantenimiento" que la CNRT achaca a TBA. Y la concesionaria se pregunta: "¿Pretende decir mantenimiento predictivo? ¿Es materialmente posible hacer mantenimiento en instalaciones y maquinarias obsoletas u obsolescentes? ¿Cómo podría el concedente [Estado] afirmar fundadamente que no ejecuta el mantenimiento preventivo? ¿Cómo podría asegurar que el fuerte y persistente reclamo del concesionario para que se ejecuten las obras de inversión previstas contractualmente no obedecen precisamente a que la inejecución de tales trabajos a cargo del Estado Nacional son imprescindibles para un correcto mantenimiento posterior?"

La enumeración de promesas incumplidas sorprende. Por ejemplo, respecto del reemplazo de vías, TBA repasa que el contrato originario establecía el cambio de vías entre el año uno y tres de la concesión (1995 y 1998). Las obras empezaron y luego se detuvieron en 1997 por las presentaciones realizadas por Greenpeace y la Defensoría del Pueblo que intentaban evitar la presunta tala de 200.000 quebrachos colorados destinados a los durmientes de las vías. En 2002, se aprobó la autorización para que los durmientes sean de hormigón, pero su implementación sólo se hizo efectiva en 2004. Entonces empezaron las obras, pero luego llegó la inflación. Y los precios quedaron viejos, y los contratistas primero desaceleraron las obres y luego rescindieron los contratos.

¿Y el Estado? Miraba la inflación del Indec y nunca reconoció nuevos costos. Este cronista podría copiar los números con que se identifica cada uno de los reclamos cruzados por la necesidad de adecuar los costos para que la obra no frene. Pero es preferible ahorrar espacio y no cargar de bronca al lector. "La falta de respuesta de los reclamos de TBA y la reiteración de los incumplimientos antes mencionados llevó a la imposibilidad de cumplir con los cronogramas previstos en cada una de las obras", sostiene el documento.

"Obsolescencia total"

Y para quienes viajan en el ferrocarril Sarmiento, pues aquí hay un reconocimiento crudo: "En cuanto a la infraestructura de las vías comprendidas entre estaciones Once y Castelar, uno de los sectores más cuestionados por la CNRT, debido al estado de obsolescencia total en que se encuentra, vale la pena ratificar una vez más que dicha infraestructura ha superado ampliamente el plazo de vida útil de los materiales que la conforman ya que se trata de una vía altamente solicitada, por la cual circulan cientos de formaciones diarias y cuyo estado no puede revertirse por más tareas de mantenimiento que este concesionario haya realizado en los últimos años y sigue realizando". Palabra de Cirigliano.

Y luego vienen interminables carillas de notas, pedidos, reclamos y llamados de atención que quedaron en los escritorios. Y las vías son las mismas. ¿Y quién sufre con la desidia oficial? El usuario. "Actualmente las velocidades de circulación se han restringido considerablemente debido a que por la inejecución de las obras aún quedan precauciones de vías vigentes (menores o iguales a 40 kilómetros por hora). En esos sectores, si se hubieran efectuado las obras de renovación previstas, las velocidades serían iguales o superiores a 100 kilómetros por hora", dice el documento presentado por TBA a la CNRT.

El capítulo que habla de la renovación de formaciones es similar. Se enumera con una prolijidad asombrosa la cantidad de notas cursadas para reclamar el cumplimiento de promesas olvidadas. Nostalgia de 196 coches nuevos, flamantes y relucientes que tendrían que haber llegado a diciembre de 2010 de haberse cumplido con el cronograma que el gobierno nacional confeccionó en 2005.

Y si el lector quisiese más hay otro capítulo que habla sobre el tendido eléctrico del ramal y sobre el sistema de señalamiento.

Al igual que las novelas de la televisión de la tarde, no habrá sorpresas en el final. Sólo que aquellas terminan bien y ésta en forma trágica. O mejor sí, habrá una sorpresa: el posible villano será otra víctima más.

Radiografía del Sarmiento

La empresa TBA apeló una serie de multas impuestas por el Estado con un escrito lleno de críticas al Gobierno, en mayo de 2011

Los trenes

En mal estado. El informe de la empresa de Cirigliano se refiere a la "falta de mantenimiento" por la que la CNRT la acusaba. "¿Pretende decir mantenimiento predictivo? ¿Es materialmente posible hacer mantenimiento en instalaciones y maquinarias obsoletas u obsolescentes?", dice.

Las vías

Camino al Oeste. En otro tramo sostiene que las vías entre Once y Castelar se encuentran en "estado de obsolencia total". Añade que "dicha infraestructura ha superado ampliamente el plazo de vida útil de los materiales que la conforman" y "su estado no puede revertirse" por más mantenimiento que se haga.

Las señales

Viejísimas. "Resulta preocupante la inusitada antigüedad de la mayoría de los sistemas de señalamiento del servicio", dice el escrito presentado por TBA ante la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). También hace referencia al estado de algunas estaciones del ramal Sarmiento.

Estaciones y velocidad

Lento. Dice el descargo: "Las velocidades de circulación se han restringido considerablemente debido a que por la inejecución de las obras aún quedan precauciones de vías vigentes (menores o iguales a 40 km/h). Si se hubieran efectuado las obras de renovación, las velocidades serían iguales o superiores a 100 km/h"..La Nación

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