El transporte de mercancías por ferrocarril está de capa caída. Al borde del colapso. Tanto, que el propio Ministerio de Fomento reconoce que «el coste de no hacer nada sería inasumible». Por eso el departamento que dirige José Blanco se ha embarcado en un ambicioso plan estratégico para el impulso del sector a diez años y con un coste estimado de 7.512 millones que, basado en la colaboración público-privada y el apoyo de las comunidades autónomas, incluye la privatización, entre otras cosas, de Renfe Mercancías.
El tren solo cuenta en España con una cuota de transporte terrestre de mercancías del 4,1%. Un porcentaje que no deja de caer año tras año y que se aleja del 10,3% -el récord histórico- que alcanzó en 1997. El negocio, en principio, está ya liberalizado.
Pero esa liberalización, reconoce Fomento en un profuso plan (232 páginas, tres grandes líneas estratégicas y 121 medidas concretas) que ha elaborado con el sector, no funciona. Es más, la posición de dominio de Renfe y, sobre todo, de Adif (como gestor de las vías y los apartaderos) es un lastre. La carretera, dice Fomento, lo ha hecho mejor al adaptarse con más velocidad y flexibilidad a las necesidades de la economía, que busca operadores rápidos y competitivos.
Esa es la razón de ser del programa, que no solo se centra en inversiones en infraestructuras, sino que va más allá y pretende 'dar la vuelta' por completo al negocio. Los operadores logísticos y ferroviarios han recibido con aplausos el plan, en cuyo desarrollo han tenido un papel esencial las autonomías. El objetivo es elevar esa cuota de transporte al 10% en el 2020 y lograr un ahorro de hasta el 40% según los tráficos. Eso, dice Fomento, ayudará a sacar de las carreteras a unos 27.000 camiones.
Agentes privados
Junto a la privatización de Renfe Mercancías, el programa quiere dar certidumbre al transporte por tren a través de la creación de una Red Básica de Mercancías -integrada en los grandes corredores europeos- y potenciar al máximo la intermodalidad. Los puertos y sus áreas de influencia, así como las grandes plataformas logísticas, son parte del corazón del documento. La crisis, siempre presente, hará que las nuevas inversiones se rijan siempre por el criterio del coste.
La filosofía de la liberalización hará, por ejemplo, que se disparen las concesiones a agentes privados. Tanto en las plataformas nodales, como en los accesos ferroviarios a los puertos o en los negocios de cambio de ancho de vía en la frontera francesa. Para eso último, Fomento quiere crear una sociedad conjunta con SNCF ('Renfe' francesa).
El Ministerio contempla también rebajar los costes derivados de los llamados servicios adicionales auxiliares (entrada, salida, estacionamiento, maniobras, carga de combustible) y las tasas que Adif cobra por esos servicios a los operadores privados. De hecho, busca que otros se encarguen de esas tareas. Para abrir el negocio, Renfe Operadora estará obligada a vender o alquilar su material móvil excedente a los nuevos agentes antes que a exportarlo. Incluso se creará una bolsa común de vagones y locomotoras. Fomento ve prioritario eliminar lo que entiende como «sobrecostes innecesarios» que hoy presenta Adif.
En las líneas ferroviarias no integradas en la Red Básica podrán entrar las comunidades autónomas o los privados, a los que se cederá la gestión de esos recorridos a través de fórmulas novedosas de colaboración. Habrá, incluso, corredores de mercancías 'low cost' (el primero entre Madrid y Valencia) y 'autopistas ferroviarias'.(Fuente y foto: LaRioja.com)