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Eso le dijo
el ministro del Interior hace quince días al empresario que tiene la concesión
del subterráneo mediante Metrovías. “Lo tenés que hablar con Macri”, disparó.
El Gobierno nacional entonces no movería un dedo para solucionar el conflicto
con el gobierno porteño por el traspaso.
La prueba que
confirma que el Gobierno nacional no va a dar ningún paso más para resolver el
conflicto con el gobierno porteño por el traspaso del subte se escuchó hace 15
días en una reunión de la que participaron Florencio Randazzo y Benito Roggio.
Randazzo
había convocado a la Ugofe
conformada por los concesionarios de trenes, Ferrovías y Metrovías para hablar
sobre el tren Sarmiento.
Pero en medio
del encuentro, de manera acalorada, el funcionario kirchnerista le hizo saber a
Benito Roggio, que lo miraba pálido, que el tema del subte ya fue archivado por
Cristina Kirchner.
“Ni me hables
del subte, ¿está claro? Eso lo tenés que hablar con Macri, nosotros no tenemos
nada más para hacer”, le dijo el ministro del Interior al empresario que, entre
otras firmas, es dueño de Metrovías, la concesionaria de las líneas de
subterráneo.
De esta
manera Randazzo dejó en claro que Metrovías, que entre otras cosas pide 200
millones de pesos para reponer los 20 trenes que sacó de la circulación de la
red de subtes, deberá direccionar sus reclamos sólo al gobierno porteño.
Benito Roggio saluda a Cristina en su última visita a Casa de Gobierno
Y a Roggio
parece no quedarle otra opción que acatar la orden de Cristina Kirchner. Es que
el mayor negocio del empresario con el Estado nacional no pasa por la operación
de la red de subtes sino por el cúmulo de obras que el Grupo realiza a lo ancho
del país.
Y cuando a
principios de año, en una búsqueda zigzagueante de equilibrio entre ambos
gobiernos, Metrovías disparó para ambos lados por el frustrado traspaso, el
kirchnerismo le hizo la cruz a Benito y frenó los pagos de las obras de todo el
holding.
Segunda
oportunidad
El día en el
que el secretario de Transporte, Alejandro Ramos y Julio De Vido, anunciaron
que tres meses después de la tragedia de Once el Gobierno le rescindía el
contrato a TBA y dejaba el servicio en manos de la Ugofe, Benito Roggio había
sido citado por el ministro de Planificación.
En el viaje
en auto hacia la reunión, el empresario estaba convencido que, a raíz de las
señales negativas que le había dado el Gobierno desde principios de año, el
encuentro se circunscribiría sólo al subte.
Cuando Roggio
llegó al lugar de la reunión, le comunicaron que De Vido estaba por dar una
conferencia de prensa y lo atendería después. El empresario preguntó si podía
ver la conferencia por televisión y lo sentaron en una oficina con un televisor
pequeño. Allí se enteró que su empresa Metrovías pasaría a conformar la Ugofe que se haría cargo del
tren Sarmiento.
“Tenés claro
que estabas afuera, ¿no? Aprovechá que te dimos otra oportunidad”, le dijo De
Vido a Roggio en privado luego de la conferencia de prensa.
Aprovechar la
oportunidad no significaba otra cosa que alinearse al Gobierno nacional y
declararle la guerra al gobierno de Mauricio Macri, cosa que terminó haciendo
Benito.
En ese nuevo
camino, Metrovías entró en una etapa de incertidumbre que se refleja con su
propia manera de comunicar. No es casual que diferentes voceros de la empresa
otorguen datos muy disímiles respecto de lo que supuestamente pierde Metrovías
por el traspaso frustrado del subte a la Ciudad.LaPolíticaonline