Informe Ferroviario
Fue fundada por una familia de herreros en 1897 y colectivizada en la Guerra Civil. El grupo suizo Stadler ha aprovechado las desinversiones de Vossloh para hacerse con la planta por 172 millones
Debería ser caso de estudio en las facultades de ingeniería industrial. En 1897, dos herreros afincados en Valencia, Miguel Devís y José Noguera Chulià, fundaron en el barrio de Marxalenes Talleres Devís al calor de la necesidad de dotar de componentes a la pujante industria naranjera de la época. Lo que comenzó como una calderería gracias a un capital social de 2.500 pesetas de la época, se ha transformado en una factoría en Albuixech (a menos de 10 kilómetros de la capital valenciana) de locomotoras, trenes, 'bogies' o coches de metro con 900 personas en nómina que ha superado todas las crisis desde entonces, tanto económicas como de sus propios accionistas. Fue colectivizada durante la Guerra Civil por el bando republicano, se convirtió en una de las pocas industrias pujantes en la posguerra y tras la Segunda Guerra Mundial, y sobrevivió a la reconversión industrial de la década de los ochenta del siglo pasado.
El último cambio de manos se produjo el pasado 4 de Noviembre. Como consecuencia de la necesidad de la empresa alemana Vossloh de desinvertir en activos para mejorar sus balances, la suiza Stadler Rail AG ha desembolsado 48 millones de euros en efectivo y ha asumido la deuda de la filial española, que asciende a 124 millones de euros. Pero antes de la llegada de la compañía suiza que preside Peter Spuhler hubo otros accionistas, algunos de ellos ya desaparecidos.
La fusión con la catalana Sociedad Material para Ferrocarriles y Construcciones dio lugar a Macosa, firma industrial de referencia durante el franquismo
La primera consolidación de la factoría se produjo durante la dictadura de Primo de Rivera. En 1928, tras el fallecimiento del patriarca Miguel Devís, la empresa pasó a renombrarse Construcciones Devís. Al calor de los planes de desarrollo de infraestructuras del Estado, se convirtió en industria auxiliar imprescindible del sector ferroviario español. El levantamiento fascista y la guerra fratricida derivada cortaron de cuajo los planes de crecimiento. Trabajadores de la fábrica tomaron el control y la pusieron al servicio de la República para la construcción de blindados.
Sin embargo, la derrota del régimen democrático no significó el cierre de la empresa. Al contrario, los dueños recuperaron la propiedad y en 1941 la pusieron al servicio de la recién creada Red de Ferrocarriles Españoles (Renfe). La plantilla llegó a alcanzar los 2.000 empleados en nómina y se crearon talleres también en Alcázar de San Juan y Carcaixent, según se explica en el libro 'El legado de la ingeniería valenciana. 115 años de los Devís a Vossloh (1897-2013)', escrito por los exempleados Joaquín Capilla y Francisco Signes y publicado por la propia empresa en colaboración con el Colegio de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana.
En esos años, la burguesía valenciana, que también estaba reflotando el Banco de Valencia, se implicó en el proyecto industrial. Familias como los Villalonga y Boluda aportaron capital, y en 1947 se produjo el nacimiento de Macosa, el consorcio metalúrgico surgido de la fusión con la catalana Sociedad Material para Ferrocarriles y Construcciones, con planta en Barcelona. General Motors pasó a aliado tecnológico y cliente, al igual que Renfe. La última locomotora a vapor construida para la empresa estatal salió de la cadena de producción valenciana en 1958. Aquí también se construyó la primera locomotora diésel de España.
La llegada de la democracia y las crisis industriales de los setenta y ochenta tampoco acabaron con la fábrica, ya reubicada en Albuixech para poder hacer frente a la cartera de pedidos. La reconversión industrial la arrojó a brazos de Alstom, el gigante francés que absorbió a Macosa en 1989. Sin embargo, Alstom vivió su propia crisis y la fábrica fue adquirida por Vossloh AG en 2005, que la acaba de traspasar a Stadler Rail por 172 millones de euros también por necesidad de desinvertir en algunos activos. La compañía suiza le ha cambiado el nombre a Stadler Valencia y pretende convertirla en su factoría de referencia para el mercado del norte de África y Latinoamérica, y también en España y Francia, donde hasta ahora no tenía presencia.
La reconversión industrial la arrojó a brazos de Alstom en 1989. Pero en 2005 la multinacional francesa vivió su propia crisis y traspasó la planta a Vossloh
La planta tiene cartera de pedidos por 400 millones para los próximos años y posee clientes además en Alemania, Reino Unido, Sudáfrica, Noruega o Israel. La nueva Stadler (la centenaria Devís) es proveedora de firmas como Ferrovial, Acciona, Comsa, Direct Rail Services (DRS), ETF o Beacon Rail. El encargo más reciente son siete nuevas locomotoras para el operador británico DRS a través de Beacon Rail, que serán utilizadas tanto para el transporte de mercancías como de pasajeros.
Un centenar de ingenieros en nómina
“Una de las claves del éxito es el capital humano. La empresa tiene más de 100 ingenieros en plantilla”, explican fuentes de la empresa que preside Íñigo Parra. Este ejecutivo valenciano es otro superviviente de multinacionales. Entró en Alstom para dirigir su división de Transporte en España y la factoría valenciana en 1997, y llegó a ser vicepresidente de locomotoras de la multinacional francesa. Tras la llegada de Vossloh, se mantuvo al frente de la compañía y ahora se ha ganado la confianza de Peter Spuhler, el máximo ejecutivo de Stadler Rail, que lo ha ratificado como presidente de Stadler Valencia.
La compañía suiza mete en su balance una factoría saneada y con un patrimonio neto de 96 millones de euros, según el último depósito de cuentas, correspondiente a 2014. La compañía cerró con un beneficio neto de 7,2 millones de euros tras facturar 211 millones. Según los datos facilitados por Vossloh cuando se anunció la venta a Stadler, la cifra de negocio hasta septiembre del año pasado ascendía a 182,4 millones. La previsión para 2016 es alcanzar también los 200 millones.ElConfidencial.es (Nota enviada por el señor Jorge Zatloukal).
Fue fundada por una familia de herreros en 1897 y colectivizada en la Guerra Civil. El grupo suizo Stadler ha aprovechado las desinversiones de Vossloh para hacerse con la planta por 172 millones
Debería ser caso de estudio en las facultades de ingeniería industrial. En 1897, dos herreros afincados en Valencia, Miguel Devís y José Noguera Chulià, fundaron en el barrio de Marxalenes Talleres Devís al calor de la necesidad de dotar de componentes a la pujante industria naranjera de la época. Lo que comenzó como una calderería gracias a un capital social de 2.500 pesetas de la época, se ha transformado en una factoría en Albuixech (a menos de 10 kilómetros de la capital valenciana) de locomotoras, trenes, 'bogies' o coches de metro con 900 personas en nómina que ha superado todas las crisis desde entonces, tanto económicas como de sus propios accionistas. Fue colectivizada durante la Guerra Civil por el bando republicano, se convirtió en una de las pocas industrias pujantes en la posguerra y tras la Segunda Guerra Mundial, y sobrevivió a la reconversión industrial de la década de los ochenta del siglo pasado.
El último cambio de manos se produjo el pasado 4 de Noviembre. Como consecuencia de la necesidad de la empresa alemana Vossloh de desinvertir en activos para mejorar sus balances, la suiza Stadler Rail AG ha desembolsado 48 millones de euros en efectivo y ha asumido la deuda de la filial española, que asciende a 124 millones de euros. Pero antes de la llegada de la compañía suiza que preside Peter Spuhler hubo otros accionistas, algunos de ellos ya desaparecidos.
La fusión con la catalana Sociedad Material para Ferrocarriles y Construcciones dio lugar a Macosa, firma industrial de referencia durante el franquismo
La primera consolidación de la factoría se produjo durante la dictadura de Primo de Rivera. En 1928, tras el fallecimiento del patriarca Miguel Devís, la empresa pasó a renombrarse Construcciones Devís. Al calor de los planes de desarrollo de infraestructuras del Estado, se convirtió en industria auxiliar imprescindible del sector ferroviario español. El levantamiento fascista y la guerra fratricida derivada cortaron de cuajo los planes de crecimiento. Trabajadores de la fábrica tomaron el control y la pusieron al servicio de la República para la construcción de blindados.
Sin embargo, la derrota del régimen democrático no significó el cierre de la empresa. Al contrario, los dueños recuperaron la propiedad y en 1941 la pusieron al servicio de la recién creada Red de Ferrocarriles Españoles (Renfe). La plantilla llegó a alcanzar los 2.000 empleados en nómina y se crearon talleres también en Alcázar de San Juan y Carcaixent, según se explica en el libro 'El legado de la ingeniería valenciana. 115 años de los Devís a Vossloh (1897-2013)', escrito por los exempleados Joaquín Capilla y Francisco Signes y publicado por la propia empresa en colaboración con el Colegio de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana.
En esos años, la burguesía valenciana, que también estaba reflotando el Banco de Valencia, se implicó en el proyecto industrial. Familias como los Villalonga y Boluda aportaron capital, y en 1947 se produjo el nacimiento de Macosa, el consorcio metalúrgico surgido de la fusión con la catalana Sociedad Material para Ferrocarriles y Construcciones, con planta en Barcelona. General Motors pasó a aliado tecnológico y cliente, al igual que Renfe. La última locomotora a vapor construida para la empresa estatal salió de la cadena de producción valenciana en 1958. Aquí también se construyó la primera locomotora diésel de España.
La llegada de la democracia y las crisis industriales de los setenta y ochenta tampoco acabaron con la fábrica, ya reubicada en Albuixech para poder hacer frente a la cartera de pedidos. La reconversión industrial la arrojó a brazos de Alstom, el gigante francés que absorbió a Macosa en 1989. Sin embargo, Alstom vivió su propia crisis y la fábrica fue adquirida por Vossloh AG en 2005, que la acaba de traspasar a Stadler Rail por 172 millones de euros también por necesidad de desinvertir en algunos activos. La compañía suiza le ha cambiado el nombre a Stadler Valencia y pretende convertirla en su factoría de referencia para el mercado del norte de África y Latinoamérica, y también en España y Francia, donde hasta ahora no tenía presencia.
La reconversión industrial la arrojó a brazos de Alstom en 1989. Pero en 2005 la multinacional francesa vivió su propia crisis y traspasó la planta a Vossloh
La planta tiene cartera de pedidos por 400 millones para los próximos años y posee clientes además en Alemania, Reino Unido, Sudáfrica, Noruega o Israel. La nueva Stadler (la centenaria Devís) es proveedora de firmas como Ferrovial, Acciona, Comsa, Direct Rail Services (DRS), ETF o Beacon Rail. El encargo más reciente son siete nuevas locomotoras para el operador británico DRS a través de Beacon Rail, que serán utilizadas tanto para el transporte de mercancías como de pasajeros.
Un centenar de ingenieros en nómina
“Una de las claves del éxito es el capital humano. La empresa tiene más de 100 ingenieros en plantilla”, explican fuentes de la empresa que preside Íñigo Parra. Este ejecutivo valenciano es otro superviviente de multinacionales. Entró en Alstom para dirigir su división de Transporte en España y la factoría valenciana en 1997, y llegó a ser vicepresidente de locomotoras de la multinacional francesa. Tras la llegada de Vossloh, se mantuvo al frente de la compañía y ahora se ha ganado la confianza de Peter Spuhler, el máximo ejecutivo de Stadler Rail, que lo ha ratificado como presidente de Stadler Valencia.
La compañía suiza mete en su balance una factoría saneada y con un patrimonio neto de 96 millones de euros, según el último depósito de cuentas, correspondiente a 2014. La compañía cerró con un beneficio neto de 7,2 millones de euros tras facturar 211 millones. Según los datos facilitados por Vossloh cuando se anunció la venta a Stadler, la cifra de negocio hasta septiembre del año pasado ascendía a 182,4 millones. La previsión para 2016 es alcanzar también los 200 millones.ElConfidencial.es (Nota enviada por el señor Jorge Zatloukal).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Usted podrá dar su opinión libremente, pero aquellos comentarios que vengan con insultos, improperios, etc. y sin colocar nombre y apellido, nombre y/o pseudónimo (debajo del mismo) no serán publicados.