ACTUALIDAD
Afirman que
hay tecnologías baratas y fáciles de implementar que impedirían el choque de
trenes.
El accidente
de Castelar, que un año y medio más tarde sumó tres víctimas a las 51 que había
provocado el de Once, deja abierta la duda a la posibilidad de otra tragedia.
Para ello, la
Fundación Clementina , propone una solución, a corto plazo y
de bajo costo, para estas muertes: nuevas tecnologías. “No estoy hablando de
reemplazar la inversión que hay que hacer en un proyecto de trenes, que
necesita cifras millonarias y tiempo, sino de utilizar herramientas de
resolución inmediata que están con fácil disposición en el país”, dice Carlos
Pallotti, fundador y presidente de la fundación.
Como los
trenes hoy siguen funcionando, se necesita una medida acorde que pueda
aplicarse de inmediato. Por eso, “proponemos convocar a un grupo de
especialistas en tecnología que pueda dar respuestas técnicas frente a estos
problemas”, agrega.
Específicamente,
son tres las líneas a seguir. Por un lado, se propone un sistema integral de
GPS “que tienen muchas facilidades, entre ellos, saber a qué velocidad se
dirige un tren. En el caso de Castelar habría uno, pero no estaba conectado al
sistema de frenos”, detallan desde Clementina. Pallotti dice con indignación:
“Hoy por hoy todavía dependemos de un hombre que tire de una palanca para que
frene un tren y salve la vida de 1.500 personas. Parece del siglo XIX”.
En el mismo
sentido, Rubén Darío “Pollo” Sobrero, líder del cuerpo de delegados del
Sarmiento, completa: “no hay otro control de la ejecución del motorman. Por eso
planteamos que es muy inseguro el sistema de frenos”.
El dirigente
explica que el mecanismo de frenos del tren “Chapa 1” , que chocó a la formación que
estaba detenida era distinto a los del resto. Es un sistema que se llama
“hombre vivo”. “Con el sistema viejo vos jalabas la palanca y automáticamente
se paraba. Pero en éste, tenés que aplicar tres maniobras para que el freno se
ejecute y tarda 19 segundos en mandar la señal de la computadora al sistema de
frenos. Por eso es que la falla pudo estar en la computadora, el cableado,
etc.”, expone.
En la
actualidad, existen sistemas de control que, por más que la persona falle, el
coche depende de otros controles. Los dispositivos de frenados rápidos y de
emergencia –“que los hay y muy baratos”– ante las señales de detención, se
activan, según Pallotti. También existen mecanismos que deforman la geometría
de las vías. Entonces, se puede estimular un descarrilamiento para evitar que
el tren choque contra otro o contra el andén.
Como segunda
instancia, se plantea la implementación de controladores de presión sobre los
compresores de las ruedas. “Los camiones o colectivos lo tienen en sus
neumáticos. Es un caño que va arriba del neumático, algo que se ve todos los
días”, dice Pallotti. Con la tecnología satelital y celular que existe hoy,
“hasta se podría idear un plan en el cual el motorman deba presionar un botón
avisando que pasó por tal o cual lugar o hasta emitir sms. Inclusive esto sirve
para asegurarse de que vaya despierto”. El ingeniero lo compara con los
helicópteros que deben reportar su ubicación como política de prevención.
En tercer
lugar, nombra a la nanotecnologías, la ciencia que estudia las micropartículas.
“Se pueden utilizar nanosensores desperdigados en las vías como si fuera una
arena para controlar los movimientos del tren”. En estos casos, no se habla de
elementos que hay que importar, sino que están al alcance y disponibles en el
país. Inclusive, el Gobierno creó junto con sectores privados la Fundación Argentina
de Nanotecnología (FAN). “Si uno hace un cálculo, estas tres medidas para una
línea, podrían costar alrededor de un millón de pesos”, detalla.
Otra
tecnología. Tanto desde Clementina como los delegados gremiales se propone
ejecutar el sistema ATP, o Protección Automática de Trenes. Es un sistema de
seguridad que supervisa la conducción en trenes, que “aplica el freno de
emergencia o impide otras acciones cuando no se cumplen algunas condiciones de
seguridad”. No es una tecnología nueva, ni desconocida. Es usada en toda la red
de ferrocarriles británicos y en la de Victoria, Australia. De hecho, en
Argentina, es empleada por el sistema de Subtes de la Ciudad de Buenos Aires y la
línea Roca. El “Pollo” Sobrero relata que, luego de la tragedia de Once, se le
propuso al Gobierno implementarlo. “La licitación salía 643 millones de pesos,
pero el Gobierno no la hizo y gastó mil doscientos en pintar los trenes”,
denuncia.
El ATP
consiste en dos dispositivos electromagnéticos, uno ubicado en la vía y el otro
en la parte inferior del tren, que activan automáticamente los frenos si el
conductor no respetó una señal de peligro o excede la velocidad máxima. Se
compone de dos partes:
–Las balizas
colocadas en la vía, que informan al tren de las condiciones que se tienen que
cumplir (velocidad máxima, punto y lado de apertura de puertas, situación de
las señales, etc.).
–Elementos a
bordo del tren, que comprueban si la circulación cumple lo establecido.
Las balizas
se sitúan a lo largo de la vía con emisores que
pueden trasmitir información fija, como el límite de velocidad en un
tramo determinado, o variable, como la situación de una señal.
Desde la Fundación Clementina
explican que cuando el tren lee la información que le dan las balizas,
comprueba que las condiciones impuestas se cumplan. De lo contrario, se aplica
un freno de emergencia. También este sistema impide que el tren avance si están
abiertas las puertas, un servicio de enclavamiento que en la ex línea Sarmiento
está bloqueado.
Fundación
Clementina: soluciones concretas a cuestiones sociales
La primera
computadora que se compró en Argentina para fines científicos fue bautizada
“Clementina”. De ella la fundación toma su nombre y crea, hace tres años, un
espacio de debate de ideas desde una mirada tecnológica. Su objetivo principal
es proponer soluciones concretas a cuestiones sociales que luego pueden ser tomadas
en cuenta por las autoridades para convertirse en políticas públicas. “Es
necesario que dirigentes políticos, empresarios y la sociedad en su conjunto
reconozcamos la capacidad que tienen la ciencia y la tecnología para hacer
frente a los problemas que afectan a los argentinos”, dice Pallotti. La
fundación agrupa a científicos, académicos, empresarios, hacedores de políticas
públicas y comunicadores; todos referentes del sector tecnológico, con el
objetivo de estudiar posibles caminos de acción que permitan mejorar la
performance de la economía de base tecnológica y favorecer el acceso de los
ciudadanos a la sociedad del conocimiento.
El año pasado
propusieron acciones para mejorar el plan nacional de salud. La idea consitía
en combinar las tecnologías de la información con la práctica médica nacional
para hacer un uso más eficiente de los recursos humanos y económicos del
Estado, dando una mejor y más rápida atención a los pacientes. En relación al
mal funcionamiento de las líneas de trenes, ya el año pasado habían sugerido
ideas para mejorar la situación, luego de la tragedia de Once.
“La
tecnología tiene mucho para aportar para que estas situaciones no vuelvan a
suceder”, afirman desde Clementina.
Para no esperar
El sábado
pasado, PERFIL informó que según cálculos de la Corporación Andina
de Fomento (CAF) la inversión necesaria para mantenimiento de la red
ferroviaria es de US$ 500 millones anuales. Desde la Fundación Clementina
proponen realizar un análisis de mayores riesgos (es decir, las razones más
graves por las cuales puede fallar un tren) e implementar un plan promedio por
línea de ferrocarril de un millón de pesos en nuevas tecnologías para “evitar
tragedias como las de Once y Castelar”. Este monto no quita el dinero que
debería invertirse en mantenimiento, pero puede funcionar como primer paso
hacia una inversión a corto plazo y también como solución antes de que lleguen
las nuevas formaciones de China en 2014 para la ex línea Sarmiento. “Si por un
año no vamos a tener equipamiento nuevo con medidas de seguridad redundantes,
desarrollemos los elementos mínimos que hacen falta con materiales que tenemos
al alcance de la mano”, sugiere Pallotti. Las propuestas lograrían que “no
pasen más estos accidentes, minimizar los riesgos y asegurarse de que pueda
haber inconvenientes, pero no accidentes”.Fuente: Perfíl
Acá creo que no hace falta (ni conviene) salir a reinventar la rueda. Ya hay sistemas de seguridad ampliamente usados y probados.
ResponderEliminarSi mal no recuerdo, en alguna de la linea de subtes se usa un sistema que si el tren pasa una señal en rojo, mecánicamente acciona el sistema de frenos. Primitivo, pero debería ser efectivo, y barato.
Rubén Raticas dijo...
ResponderEliminarYa es demasiado tarde
Fer Caruso dijo...
ResponderEliminarCon gente mas responsables y a los ferroviarios de alma tomando decisiones y no abajo de escritorio, mas aprietes de cesantías también.... Miren que fácil y que simple.. Hay que hacerse cargo de las irresponsabilidades y de las cagadas de una buena vez....El Aleman que trajo la Grua Takraf y se le tumbo, en Retiro, pregunten lo que hizo?... Eso es ser Patriota....No inviertan tanto, sino mas responsabilidad, mas sanción, y gente ferroviaria joven en lugares claves, ayudando, no quitando lugares.. AYUDANDO, DIJE....
Fito Be dijo...
ResponderEliminarNunca una autocritica de parte del sindicalimo/delegados?? nadie ni sobrero ni ningun sindicaista explico xqe el tren nunca freno ni redujo la velocidad ni siquiera informo x radio del problema que supuestamente tenia, a pesar de pasar tres semaforos dos que lo obligaban a detenerse...Por que no empesamos por profecionalizar a lso conductores tambien, cuando dijieron que se tenian que hacer un test de alcolemia antes de tomar servicio fueron los primeros que gritaron....Es facil criticar a todos echarle la culpa a otro simpre pero los sindicatos son 90% de responsable del estado de los trenes hoy