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Un informe del Grupo de Estudios de Economía Nacional y Popular (GEENaP)
alertó que la política de transporte del gobierno porteño es
"excluyente" y "expulsiva" respecto de los trabajadores y
los sectores más carenciados, y va en contra de la mejora en el poder
adquisitivo de la gente propulsada desde la administración de Cristina de
Kirchner.
"Al analizar los incrementos en los impuestos destinados al subte,
las tarifas y las constantes ampliaciones presupuestarias, la ausencia de
mejoras en la calidad y la frecuencia del servicio no son consecuencia de una
falta de recursos sino producto de una particular concepción sobre los
servicios públicos en particular y la política pública en general, presentes en
la gestión PRO", indicó el informe.
Por el contrario, subrayó que "se evidencia un fuerte contraste en
estas mismas concepciones del Estado Nacional, que apunta a favorecer los
ingresos de los trabajadores y cuidar su poder adquisitivo, subsidiando el
transporte público de calidad".
De acuerdo con este análisis, la estrategia del jefe de Gobierno
porteño, Mauricio Macri, para la gestión de los subtes, "responde a una
lógica privatista donde son los propios usuarios quienes lo financian,
desdibujándose la noción de servicio público".
El estudio puntualizó que "el incremento de impuestos, sumado a los
aumentos en las tarifas para financiar el servicio, expresan una concepción
expulsiva de la política de servicios, transformando a los subtes en un
servicio excluyente, para el usufructo exclusivo de una minoría que puede
costearlo".
"Prueba de ello es la reducción de la afluencia de pasajeros a la
red de subterráneos evidenciado en los últimos años", destacó el GEENaP,
que se autodefine como "una agrupación kirchnerista de jóvenes militantes
con perfil técnico cuyo objetivo es la promoción y el fortalecimiento del
proyecto político".
Asimismo, señaló que "las constantes ampliaciones presupuestarias
destinadas a financiar el subte son consecuencia de ineficiencias de una
gestión que aún aumentando las partidas que van a la red de este transporte, no
consigue prestar un servicio de calidad".
Puso de relieve que "a diferencia del gobierno porteño, el Estado
Nacional se esforzó por mantener la tarifa estable todos los años donde el
subte estuvo bajo su órbita".
Desde 2002 hasta 2007 no hubo incremento del boleto. Recién en 2008 hubo
un aumento de 29 por ciento pasando de 70 a 90 centavos de peso, y en 2009 un
alza de 22 por ciento, a 1,10.
"A partir de allí, el precio del boleto se mantuvo estable hasta la
transferencia del subte a la Ciudad", indicó el informe, que remarcó que
"en 2012, el gobierno porteño subió la tarifa de 1,10 a 2,50 pesos, 127
por ciento; y en el último mes se aumentó nuevamente a 3,50, representando un
incremento de 40 por ciento, y acumulado una suba de 218 por ciento".
El GEENaP puntualizó que "el aumento de tarifa afecta directamente
al poder adquisitivo de los usuarios, que deben renunciar a utilizar este
servicio o disponer de un mayor porcentaje de sus ingresos para
transportarse". En ese sentido, precisó que "cuando el subte pasó de
1,10 a 2,50 pesos, la red perdió 20 por ciento de pasajeros".
En cambio, señaló que "las políticas llevadas a cabo por el
gobierno nacional para garantizar el aumento del salario mínimo, ayudaron a
aminorar el impacto del incremento del boleto del subte sobre el poder
adquisitivo de los trabajadores".
"Igualmente, entre noviembre de 2011 y noviembre de 2013 hubo un
incremento marcado de la preferencia de los usuarios de transporte público
hacia el colectivo", afirmó el informe.
El informe explicó que "esto se debe a que, mientras que en el caso
del subte hubo un aumento de 218 por ciento, el colectivo tuvo un aumento leve
de 36" y además subrayó que "la cantidad de viajes que pueden
adquirirse con un salario mínimo en colectivo aumentó de 1.840 a 1.941 entre
noviembre de 2011 el mismo mes de 2013".
En tanto, comparó que "la cantidad de viajes en subte que pueden
comprarse con ese salario, disminuyó de 2.091 a 943 en el mismo
período".Ámbito.com